Vista del Banco de Japón. EFE/Franck Robichon

El Banco de Japón empeora sus previsiones económicas por la inflación y el frenazo global

Tokio (EFE).- El Banco de Japón (BoJ) optó hoy por mantener su política monetaria ultraflexible pese al ajuste aplicado el mes anterior, lo que alejó las expectativas sobre subidas de tipos en el país y causó una abrupta devaluación del yen y una fuerte subida bursátil.

Al término este miércoles de su reunión mensual sobre política monetaria, el instituto emisor japonés decidió por unanimidad de la junta mantener en el -0,1 % la tasa de interés de referencia para los bonos a corto plazo y continuar con sus compras de bonos a gran escala.

En lo que respecta a la curva de rendimientos de los bonos a largo plazo, el banco central japonés mantuvo entre el -0,5 % y el 0,5 % la horquilla de fluctuación, tras ampliar este margen en su reunión previa del mes pasado, lo que fue interpretado por los mercados como una señal de las subidas de tipos por venir.

El gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda, volvió a argumentar que la economía japonesa todavía no está preparada para asimilar un endurecimiento de esas tasas pese a la aceleración de la inflación en el país.

El Banco de Japón empeora sus previsiones económicas por la inflación y el frenazo global
Dos personas pasean delante de un panel con los resultados de la bolsa de Tokio. EFE/EPA/Franck Robichon

“Todavía no se ha logrado un índice de precios de consumo (IPC) estable y sostenible como el deseado”, ni un nivel adecuado que “permita a las empresas subir los salarios”, dijo Kuroda en una rueda de prensa posterior a la reunión de hoy.

Bajan el yen y los bonos y sube la bolsa

Los mercados reaccionaron a la continuidad de las medidas flexibilizadoras con una rápida devaluación del yen, lo que a su vez propició el optimismo en el parqué tokiota, donde el índice referencial Nikkei terminó con una ganancia del 2,5 %.

El dólar llegó a comprarse hoy a 131,5 yenes, lo que supuso una apreciación del 2,5 % en apenas unas horas desde principios de la jornada, cuando el billete verde se cotizaba en la zona baja de los 128 yenes.

Un yen más barato beneficia a los grandes exportadores japoneses, al incrementar sus beneficios al repatriarlos y hacer a estas empresas más competitivas en el exterior, aunque al mismo tiempo encarece sus suministros de materias primas y componentes procedentes del extranjero.

Otro de los efectos de la decisión del BoJ fue la caída de los bonos estatales hasta por debajo del rango superior de cotización fijado por el banco central nipón, tras haberse situado estos activos por encima de ese tope en los últimos días.

Inflación creciente pero insuficiente para el BoJ

El índice de precios de consumo subió en Japón un 3,7 % el pasado noviembre, su mayor incremento en 41 años, y se espera que cierre el año natural 2022 en torno al 4 %, el doble de la cifra del 2 % fijada por el BoJ.

Para el ejercicio fiscal 2022, que concluirá a finales del próximo marzo, el BoJ estima que el indicador se situará en el 3 %.

Sin embargo, el BoJ considera que esta inflación es de carácter importado y transitorio por el encarecimiento global de las materias primas y de la energía, y por tanto cree que no responde a una revitalización de la economía japonesa que sea capaz de asimilar un alza de tipos.

Paneles de los datos bursátiles en el Banco Central de Japón.
Paneles de los datos bursátiles en el Banco Central de Japón. EFE/Franck Robichon

El banco central nipón estima asimismo que la economía japonesa se expandirá un 1,9 % en el actual ejercicio, según su último informe de previsiones publicado hoy, que revisa una décima a la baja su anterior estimación en el contexto de ralentización e inflación globales.

La divergencia entre la política monetaria del BoJ y la de otras entidades de referencia como la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo causó una fuerte devaluación de la divisa nipona frente al dólar y al euro durante el pasado año, aunque el yen se recuperó en cierta medida tras el ajuste del mes pasado.

Los expertos prevén que el BoJ emprenderá un cambio de rumbo como muy tarde a partir de abril, cuando concluirá el mandato de Kuroda, quien lleva una década apostando por una estrategia ultraflexible para sacar a la economía nipona de su largo ciclo deflacionario.

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