Ricardo Martí Fluxa, presidente de Tedae. EFE/ R. Garcia

Fluxá, presidente de Tedae: Ucrania ha hecho cambiar la idea sobre la industria de Defensa

Sara Muñoz |

Madrid, (EFE).- La invasión rusa de Ucrania ha sido “tristemente fundamental” para que la sociedad cambie su percepción sobre la industria de Defensa, una actividad “creadora de empleo”, con 50.000 puestos directos y más de 200.000 sumando los indirectos, y de riqueza, al aportar en torno al 1,4 % del PIB nacional.

Con motivo del primer aniversario de la “agresión”, el presidente de Tedae, Ricardo Martí Fluxá, recibe a EFE en su despacho de Madrid, entre fotografías y recuerdos de su paso por la carrera diplomática, para hacer balance del último año de este sector, que exporta a los cinco continentes “prácticamente el 60 % de lo que produce”.

Tedae son las siglas de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, que representa y promociona al casi centenar de empresas que la conforman y a los cuatro sectores estratégicos que representa.

En 2020, pocos días antes de la declaración de estado de alarma por la pandemia, Martí Fluxá fue elegido presidente de esta asociación sin ánimo de lucro, una experiencia más en una dilatada carrera profesional que le ha llevado a ser jefe de Protocolo y Actividades de la Casa de Su Majestad el Rey y, más tarde, a la Secretaría de Estado para la Seguridad (1996-2000).

Pese a haber dado el salto a la empresa privada -actualmente, es el presidente no ejecutivo de la promotora inmobiliaria Neinor Homes tras pasar por otras compañías como ITP-, conserva esa fascinación por la política exterior y las relaciones internacionales propia de un diplomático, un brío que muestra desde la primera pregunta.

El presidente de Teade, Ricardo Martí
El presidente de Teade, Ricardo Martí. EFE/ Raúl Caro

Pregunta: ¿Qué ha significado la guerra de Ucrania para la industria de la Defensa?

Respuesta: Una percepción completamente diferente de su importancia. Ha sido tristemente fundamental. Nos hemos dado cuenta de que necesitamos estar preparados en todos los aspectos, sobre todo, si queremos preservar nuestro modelo de vida, nuestras libertades, nuestra sociedad y la forma en la que hemos vivido durante los últimos años.

En concreto, desarrolla, el conflicto armado que desde hace ya doce meses se libra a unos 4.000 kilómetros de España “ha supuesto una percepción inmediata del riesgo, incluso de la palabra peligro”, ya que, hasta ahora, parecía que estos acontecimientos “olvidaban Europa”.

Pero la situación “es una manera de despertarnos de un sueño muy agradable pero que era falso”, porque la amenaza “ya no está en un país africano ni en la lejana Asia, sino en nuestras fronteras”.

Una oportunidad para la consolidación de la industria

Este “cambio de sensibilidad” también se aprecia en España, un miembro “importante” de la OTAN cuyo Gobierno se comprometió, en la pasada cumbre organizada en Madrid, a elevar el gasto en armamento para situarlo en el 2 % del PIB en 2029.
Por lo pronto, el presupuesto militar para 2023 asciende a 12.825 millones de euros, un 25,8 % más respecto al año anterior, el 1,2 % del PIB.

Todo ello se convierte en una oportunidad para esta industria “vertebradora”, donde la retribución puede ser “hasta tres veces” el salario medio de una actividad del sector servicios, y que aspira a entrar “en un país muy importante” -que no se puede desvelar- tras triunfar en Sudamérica, Oriente Medio, Asia y Australia.

De ella se valora su talento humano y las capacidades técnicas en sistemas, turbinas y el ámbito naval, por ejemplo, todo conseguido “por el esfuerzo público-privado, con ayudas, pero también con muchos accionistas privados que han arriesgado sus capitales para conseguir esta alta tecnología”, dice Martí Fluxá.

Pero la industria tiene, asimismo, algunas carencias, como el tamaño de sus empresas.

“Tenemos unas cadenas de suministro espléndidas, pero otros países han ido trabajando en la consolidación de tres o cuatro compañías tractoras”, relata el presidente de Tedae, que cree que España debería contar con otras “dos o tres” grandes empresas más allá de Indra y Airbus.

Con todo, alaba el papel “fundamental” que tienen las “resilientes” pymes del sector, que siguen “haciéndolo muy bien” incluso después de la pandemia y de la guerra en Ucrania.

Apuesta por la innovación frente a la guerra de guerrillas


Los grandes desafíos del futuro, como la descarbonización, son compartidos prácticamente por todos los países, admite Martí Fluxá.

A ellos se añade la crisis de suministros, que ha tensado las cadenas de producción en los sectores de corte más tecnológico.
Aun así, en este aspecto, España -en lo que a su industria de Defensa se refiere- “está mejor situada porque tenía suficiente stock en muchas cuestiones y hemos sabido cubrirnos más”.

De vuelta al prisma europeo, vaticina que la vuelta a una estrategia militar de guerra de guerrillas como la que se está viendo entre Rusia y Ucrania, frente a las expectativas de un conflicto híbrido con acciones “offline”, no impedirá que el sector siga invirtiendo en innovación y digitalización.

“La demanda vuelve a ser muy intensa en nuevas formas de Defensa, mucho más que en ‘herramientas’ como las que aparecen en Ucrania”, apunta, no sin antes resaltar que estas industrias son duales, por lo que sus tecnologías -entre ellas, muchas aplicaciones móviles- tienen además un uso civil.Sin ir más lejos, para calcular la distancia entre Madrid y Ucrania en esta entrevista se ha empleado un conocido servidor de mapas basado en el sistema GPS, hijo de la Guerra Fría y de la carrera espacial entre las dos potencias de aquel mundo bipolar.