Barcelona (EFE).- El ir y venir de gente es continuo y sus organizadores tienen previsto ampliar su capacidad para 2024: con más de 785 empresas expositoras y mil inversores en busca de oportunidades, el 4 Years From Now (4YFN), evento centrado en las firmas emergentes, se ha consolidado como indispensable en el MWC.
Un pasillo poco iluminado, flashes de luces de colores y música de acompañamiento a modo de local de ‘chill out’ conectan el resto de pabellones del MWC con este salón, donde emprendedores locales y extranjeros se dan cita para tejer relaciones entre sí y buscar el favor de los inversores.
Situado por primera vez en el pabellón 8 -el último si se accede a Fira de Gran Via, sede del MWC, desde el acceso principal-, a medida que uno se acerca al 4YFN va dejando atrás corbatas y trajes de ejecutivos y se topa con sudaderas y rostros juveniles.
Esta feria se celebra desde 2014 y este año, en el que lleva por lema “Humanizar la tecnología”, “ha superado todas las expectativas” depositadas, ha indicado a EFE su director, Pere Duran.
El punto de inflexión fue la pandemia: antes de la covid-19 se ubicaba en el recinto de Fira en Montjuïc, pero desde entonces comparte espacio con los congresistas del MWC, lo que hace que este evento sea todavía más interesante para los emprendedores.
Las cifras son las siguientes: más de 785 empresas con estand; expositores de más de 35 países (aproximadamente la mitad españoles, la otra mitad internacionales); más de mil representantes de fondos registrados, que acumulan 40 millones de euros de liquidez con posibilidades de ser invertidos; y más de 375 ponentes.
En el 4YFN se cuentan delegaciones de Ucrania, Austria, Sudáfrica, Corea del Sur, Suiza, Francia, Japón, Chile y Estados Unidos. Tienen estand propio Caixabank y BStartup de Banco Sabadell, así como las principales universidades catalanas o Vueling, mientras que el Puerto de Barcelona patrocina un área de ponencias en el estand de la asociación privada Tech Barcelona.
Pero a los números se suman sensaciones: el pabellón es uno de los más transitados del congreso; a simple vista se identifican congresistas del MWC que examinan con curiosidad las innovaciones; algunos estands se han ubicado en los pasillos adyacentes por falta de espacio; y las zonas al aire libre, con música de fondo y bares, se llenan de gente si el sol lo permite.
Las firmas presentan innovaciones relacionadas con la salud digital, la educación o las finanzas, pero también se adentran en campos en exploración como el metaverso.
Todo lo anterior lleva al 4YFN a querer “crecer significativamente”, según explica Duran, al mando del salón desde 2017. El año próximo ocupará también parte del nivel inferior del mismo pabellón, ahora no utilizado.
Ello pese a que el congreso tiene lugar en un momento poco propicio para las empresas emergentes, que se enfrentan a un cóctel de crisis formado por la guerra de Ucrania, los altos tipos de interés y los ajustes en las grandes tecnológicas, las llamadas ‘big tech’.
Pero Duran apunta que las empresas que más dificultades tienen son las que necesitan acelerar su crecimiento (las que cierran rondas grandes, superiores a los 10 o incluso 100 millones), no las que requieren de una pequeña inversión en la llamada fase semilla, a menudo inferior al millón de euros, para arrancar su proyecto.
Y le da la vuelta a la tortilla: los despedidos por las tecnológicas, muchos de ellos con elevados sueldos, son potenciales emprendedores o pequeños inversores, de modo que el efecto puede ser incluso positivo para estos proyectos en fase incipiente.
