Responsables de las empresas BlueFloat Energy y Sener Inversiones Renovables explicaron este jueves en la capital grancanaria los detalles del parque eólico flotante de 225 megavatios de potencia que pretenden construir a ocho kilómetros de la costa de Gran Canaria. EFE/Ángel Medina G.

Parque Tarahal podría nutrir 500.000 hogares grancanarios, según sus promotores

Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Directivos de Bluefloat Energy, que junto al grupo Sener desarrolla proyectos de eólica marina y pugnará con una veintena de empresas por la explotación del espacio marítimo de Gran Canaria, han asegurado este martes que su proyecto, denominado Parque Tarahal, serviría para nutrir las necesidades energéticas de medio millón de hogares de la isla.

En un desayuno informativo, el responsable para España de Bluefloat Energy, Javier Monfort, y la responsable de desarrollo de negocio, Ainhoa Villar, han apuntado asimismo que la sostenibilidad social y paisajística del proyecto, con un coste estimado de entre 700 y 800 millones de euros, son dos de los principales retos a los que se enfrentan.

COMPLEJIDAD DEL PROYECTO

También han relatado la complejidad del proyecto, que se situaría a unos ocho kilómetros del punto más cercano a la costa, en Arinaga, y que contaría con 13 generadores de hasta 261 metros del altura sobre el nivel del mar con aspas de 118 metros de largo, un sistema flotador y anclaje al lecho marino a profundidades de entre 100 y 700 metros.

De hecho, desde su página web es posible visualizar cómo sería el impacto visual desde varios puntos de la costa como Arinaga o Pozo Izquierdo, lugares vinculados a la actividad industrial, o San Agustín y Playa del Inglés, dos de los focos turísticos del sur de Gran Canaria junto con Maspalomas, desde donde no se vería el parque.

El Parque Tarahal tendría una capacidad de producción de energía renovable de 225 megavatios (MW), esto es 17,2 MW cada turbina. En contexto, en todo el archipiélago canario existe ahora mismo cerca de 1.000 megavatios de potencia instalada.

Según los cálculos de Bluefloat, el parque incrementará el valor medio de cobertura de la demanda energética mediante renovables desde un 16,4 % hasta un 25,6 % y generará cerca de 3.000 puestos de trabajo, de los que 1.100 tendrían “impacto directo” en Canarias durante la fase de puesta en marcha, así como 50 puestos anuales vinculados al mantenimiento.

El proyecto supondría además el ahorro 15 millones de toneladas de dióxido de carbono.

BASES DE CONTRATACIÓN PARA UN TIEMPO DIFERENTE

En opinión de los responsable del proyecto Parque Tarahal, el Ministerio de Transición Ecológica debería adaptar las bases de los concursos de explotación de los espacios marítimos a los nuevos tiempos y al “futuro de oportunidad” para fomentar una competitividad que vaya más allá del puñado de grandes empresas clásicas del sector energético, y contribuir así a que el proyecto conviva de forma cohesionada con el territorio.

Hace tan solo dos semanas, y tras varios años de redacción, el Consejo de Ministros dio luz verde al Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) de Canarias, que se espera que sea el primer territorio en desarrollar por completo este tipo de instalaciones. El Ministerio definió seis zonas de alto potencial para la eólica marina en Fuerteventura (a 5,5 kilómetros de la costa), Gran Canaria (5,8 km), Lanzarote (1,7 km) y Tenerife (1,8 km).

De este modo, piden que se le dé más peso, de en torno a un 30 % de la oferta, frente al 70 % del peso que tendría el precio del megavatio/hora, a los criterios no económicos relacionados, por ejemplo, con la capacidad de los proyectos de contar con mayor potencial de ser aceptados por el territorio a nivel social.

También que se prime a aquellos que puedan ejecutarse en el menor plazo de tiempo posible y, por tanto, presenten un mayor “diálogo temprano e intenso con el territorio”, esquemas de participación en la propiedad y propuestas que reviertan en un beneficio para la comunidad, por ejemplo en innovación y desarrollo.

Todo ello, a juicio de Bluefloat, evitaría un escenario de conflicto y litigio que, de darse, supondría un retraso del desarrollo de la eólica marina “y daría al traste con los planes del gobierno y del sector”.

PARTICIPACIONES A PARTIR DE 500 EUROS

Bluefloat ha deslizado además la idea de que pequeños inversores, preferiblemente locales, pudiesen adquirir “tickets” o participaciones a partir de tan solo 500 euros.

Esto, a su juicio, reforzaría la participación y la vinculación socioeconómica del proyecto al territorio en el que se implanta y ayudaría a afianzar la idea de que el parque concierne a todos.

Los inversores “compartirán los riesgos de inversión y se repartirán los beneficios equitativamente a medida que el proyecto los genere”.

Aunque no han calculado qué porcentaje de inversión esperan cubrir con la aportación de pequeños inversores han apuntado que “no es tan importante el volumen sino que haya muchas personas con tickets pequeñitos porque es una forma de hacer que la ciudadanía sienta suyo el parque”, ha dicho Monfort.

MARCO TEMPORAL Y DESAFÍOS TÉCNICOS

La hoja de ruta es que el parque pueda estar en funcionamiento en 2030, pero dependerá siempre de las bases del concurso.

Sobre por qué Gran Canaria, Bluefloat alude a que técnicamente es la isla donde la lámina de mar que ha previsto el Ministerio en el POEM es la que menos retos técnicos presenta, en comparación con el resto de islas, donde las profundidades y desniveles del lecho marino podrían ser un problema.

“Aquí hay profundidades con las que nos sentimos cómodos”, ha resumido Monfort.

Por último, ha aludido a la relevancia de que entre en funcionamiento la central hidroeléctrica del Salto de Chira, ya que las renovables, ha recordado, “necesitan siempre ese componente de almacenamiento”, si bien ha apuntado que la eolica marina tiene un perfil de evolución diferente respecto a esto, porque es una tecnología más estable con un perfil de generación “prácticamente plano” que se acopla mejor a la demanda energética. EFE