Imagen de archivo de un rabijunco etéreo (Phaethon aethereus), un ave marina de zonas tropicales. EFE/ Marcel Gil Velasco

La eólica marina: un “crimen perfecto” que amenaza a las aves migratorias

Santiago de Compostela, 29 mar (EFE).- Sin testigos incómodos para las grandes corporaciones energéticas, el desarrollo de la energía eólica marina en aguas exteriores (más de 14 millas de la costa) parece reunir todos los ingredientes para traducirse en “un crimen perfecto” que amenaza a los millones de aves que frecuentan el corredor migratorio y la zona de invernada ubicados en el noroeste de la Península Ibérica.

Así de claro lo tienen al menos los responsables de las principales organizaciones ecologistas gallegas, quienes están convencidos de que la zona de alta mar frente a Galicia puede llegar a convertirse en un embudo mortal para millones de aves de diferentes especies por la instalación de los aerogeneradores mar adentro.

“Lamentablemente, se sabe aún muy poco sobre la importancia que tienen las aguas exteriores tanto para aves marinas como para no marinas, pues hasta allí no llegan los naturalistas. Hasta allí sólo puede llegar la investigación científica profesional, mediante personal, barcos, tiempo y presupuestos adecuados”, sostienen en un manifiesto varios colectivos conservacionistas.

En declaraciones a Efe, el presidente de la Sociedade Galega de Ornitoloxía, Óscar Rivas, afirma que el daño que puede producir la infraestructura de la eólica marina “es muy alto, porque esta zona de la costa gallega es un lugar estratégico en cuanto al flujo migratorio de las aves, y también se desconoce cómo pueden afectar estas instalaciones a los mamíferos marinos”.

“Al no existir estudios que revelen lo que ocurre más allá de las proximidades de la costa, el principio de precaución debe de respetarse”, sostiene.

Hasta ahora, gracias en gran medida al trabajo desinteresado de naturalistas (que censan desde cabos los movimientos de estas aves; sobre todo desde Estaca de Bares, con datos desde hace medio siglo), la Ciencia y la ciudadanía en general pueden conocer las dimensiones impresionantes del fenómeno de los movimientos de las aves marinas en las aguas más próximas a tierra, que incluso comienzan a tomar forma de recurso turístico en determinadas zonas.

Pero no ocurre lo mismo con el área marina frente al noroeste de la Península Ibérica, una extensa zona “de extraordinaria importancia, a nivel europeo, atlántico e incluso global”, como corredor migratorio y zona de invernada para millones de aves marinas y no marinas en migración, frecuentemente nocturna, de numerosas especies, explica Rivas.

Está bien documentado, según los grupos conservacionistas, que el riesgo de colisión de aves contra las turbinas eólicas es mayor en los lugares con gran número de aves migradoras que, además, junto con las invernantes presentan mayores tasas de mortalidad que las aves residentes.

“Pero algo así no será posible para los parques eólicos marinos. No habrá testigos incómodos para las grandes corporaciones energéticas”, señalan en un manifiesto conjunto los colectivos conservacionistas.

“Con la excepción de un par de ONG internacionales, ninguna asociación dispone de los medios humanos, técnicos y económicos para hacer esos estudios en alta mar. No habrá, casi, cadáveres, pues serán rápidamente dispersados por las corrientes marinas”, añaden.

Expone, en este sentido, que por los estudios efectuados por las mareas negras, se sabe que a las costas llegan apenas un 10 % de las aves afectadas. “Los ingredientes de un crimen perfecto”, lamentan.

Por ello, los conservacionistas exigen que, “en aplicación del principio de prudencia”, cualquier planificación de parques eólicos marinos en el sector noroccidental de la península Ibérica cuente previamente, como mínimo, con un completo estudio previo de la distribución estacional de las poblaciones de las diferentes especies de aves marinas que utilizan esta zona, así como de las aves terrestres que la atraviesan en sus migraciones.

Un estudio, exigen, que “debe ser público e independiente, y extenderse durante varios años, a fin de lograr información acerca de la amplia variabilidad de presencia interanual en estas aguas de las diferentes especies”.

Los ambientalistas claman contra los errores de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), aprobados por el Gobierno en febrero de este año, relativos a las cinco demarcaciones marinas españolas: noratlántica, sudatlántica, del Estrecho y Alborán, levantino-balear y canaria.

Para los conservacionistas gallegos, en el caso concreto de la demarcación noratlántica, los POEM plantean como ‘zonas de alto potencial para la conservación de la biodiversidad’ una sucesión de áreas próximas a tierra, pero “obviando de forma inaceptable el principio de precaución”, ya que incluye buena parte de las aguas exteriores en cinco ‘zonas de alto potencial para el desarrollo de la energía eólica marina’.

El secretario técnico de ADEGA (Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza), Fins Eirexas, recordó en declaraciones a EFE que el Gobierno “se comprometió” a realizar una planificación propia para el posible desarrollo de la eólica marina en las costas estatales, “no una planificación de refilón metida en un cajón de sastre llamado POEM y en el que no se tienen en cuenta, por ejemplo, ni los calderos ni el impacto sobre el hábitat marino”.

“Vivimos en uno de los litorales mundiales con mayor intensidad de paso migratorio de aves y de cetáceos y esto no se tiene en cuenta, y estas lagunas (en referencia a la falta de informes de los POEM) no son temas menores, estas cuestiones son las que determinan si una planificación es sostenible o no, y en este caso se trata de una miopía muy alarmante”, critica.

Eirexas aclara que su organización no se opone al desarrollo de la eólica marina, pero matiza que ha de desarrollarse “allí donde se necesite”, y aclara que Galicia no es el caso, “y donde no comprometa recursos tan importantes como los ecosistemas marinos, ya que son los de comer y los que producen la mayor parte del oxígeno de la tierra porque secuestran la mayor parte del carbono”.