Dacca (EFE).- Al menos una trabajadora del sector textil falleció y otro resultó herido de gravedad este miércoles durante las protestas para exigir una subida de salarios en Bangladesh, que continúan después de que los sindicatos rechazasen por insuficiente el alza propuesta por el Gobierno.
Miles de empleados del sector textil del país asiático, centrado en las exportaciones para grandes marcas multinacionales, tomaron esta mañana las calles en la zona de Konabari, en el distrito contiguo a la capital de Gazipur.
El encargado del puesto de Policía del Hospital Universitario de Dacca, Bachhu Mia, afirmó a EFE que dos trabajadores heridos fueron enviados al hospital tras unos enfrentamientos.
“Una trabajadora de unos 22 años fue declarada muerta en el hospital. Un hombre de unos 42 años de edad está recibiendo tratamiento”, dijo Mia.
Por su parte, el oficial a cargo de la estación de Policía, Ashraf Uddin, se limitó a afirmar a EFE que las fuerzas de seguridad expulsaron a los trabajadores de las calles.
Cierre de cientos de fábricas
La semana pasada, al menos dos trabajadores murieron y varios otros resultaron heridos cuando las manifestaciones para exigir un alza salarial degeneraron en violencia, unas protestas que se extendieron a otras zonas del país asiático provocando el cierre de cientos de fábricas.
Los trabajadores exigen un salario mínimo de 23.000 taka (unos 207 dólares) para contrarrestar la elevada inflación en el país asiático, un sueldo que fue aumentado por última vez en 2018, cuando se fijó en 8.000 takas (95 dólares al cambio de la época, y unos 72 dólares actualmente).
El Gobierno de Bangladesh anunció ayer un aumento a 12.500 takas (unos 112 dólares), efectivo según la viceministra de Trabajo, Monnujan Sufian, a partir del próximo 1 de diciembre.
Este intento por contener las manifestaciones, sin embargo, fue rechazado por los sindicatos.
El sector textil, uno de los principales motores económicos de la economía de Bangladesh, se ha enfrentado un intenso escrutinio durante años debido a las malas condiciones laborales, especialmente después del colapso del complejo Rana Plaza en 2013, en el que 1.100 trabajadores murieron y 2.500 resultaron heridos.
Los textiles representaron casi el 85 por ciento de las exportaciones totales del país asiático, que ascendieron a 55.000 millones de dólares el año pasado.
