Santander (EFE).- Cantabria registra en el primer trimestre del año cuatro accidentes laborales mortales y 15 graves, según los datos del Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo, lo que representa un aumento del doble en el caso de los mortales, que en el mismo periodo de 2023 fueron 2, y de más del doble en los graves, que han pasado de 6 a 15.
Este 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, pero con las últimas cifras del instituto cántabro dedicado a este ámbito y el diagnóstico de los principales sindicatos en Cantabria no se puede ser optimista.
Las organizaciones sindicales y la patronal ven necesario actualizar la Ley de Prevención de 1995.
Los sindicatos sostienen que en este momento se requiere avanzar en cambios legislativos para proteger mejor a las personas trabajadoras.
Subrayan que hay que “poner la salud laboral y la prevención de riesgos laborales en el centro de todas las políticas” y que cumplir con la normativa “garantiza menos siniestralidad”.
“Estamos ante una situación intolerable, con unos datos de siniestralidad laboral muy alarmantes”, dice CCOO.
Este sindicato incide en que en España en 2023 se han producido 624.911 accidentes de trabajo con baja y 721 muertes, mientras que en Cantabria se han registrado en ese periodo 6.958 accidentes de trabajo con baja y 13 muertes.
Y denuncia que muchos de estos accidentes “se producen por causas fácilmente prevenibles”, como las caídas en altura, los golpes o atrapamientos, y por otras como las cardiovasculares, “que son escasamente tratadas desde la prevención de riesgos laborales”.
“Subregistro” de enfermedades de origen laboral
CCOO también percibe “un subregistro de las enfermedades con origen laboral”, que es “especialmente sangrante”, a su juicio, “en los casos de cáncer por exposición en el trabajo”.
“Hay cifras de reconocimiento que son obscenas si las comparamos con las muertes que se producen anualmente por cáncer”, abunda este sindicato, que indica que en Cantabria se han comunicado dos partes en 2023 y sólo cinco en los últimos diez años.
Esta organización lamenta que “en muchos casos” los empresarios no están concienciados sobre la importancia de la prevención y la salud laboral. Y prueba de ello son, a su juicio, “las altas cifras de siniestralidad y de muertes en el trabajo”.
“Es imprescindible que las empresas inviertan en prevención y que la seguridad y la salud no se queden en el papel”, recalca.
UGT, por su parte, insiste en la necesidad de que se cumpla la Ley de Prevención, que “aunque sea de 1995 y debe ser actualizada, no puede denostarse”.
Este sindicato ha alertado de la falta de información y formación a los trabajadores en materia de prevención y salud laboral.
La patronal
CEOE-Cepyme sostiene que “a la hora de enfocar una estrategia conjunta cada uno debe hacer su parte”.
En su opinión, el principal reto actualmente es “la verdadera integración y consolidación de la cultura preventiva”.
También pide una Ley de Prevención “actualizada y adaptada al mercado laboral actual, cambiante y con nuevos riesgos emergentes”, tras “más de 25 años de vigencia de la norma actual”.
Por otro lado, la parte empresarial ve necesaria una modificación de la normativa a fin de facilitar su aplicación en las pymes, y que se implemente un sistema de vigilancia y control “que garantice un cumplimiento efectivo”.
“A la Administración le corresponde garantizar la efectiva participación de los agentes con competencias en seguridad y salud en el trabajo y de los interlocutores sociales”, dice la CEOE.
Aboga por promover con la negociación colectiva el desarrollo de acciones adaptadas a cada sector o empresa en función de los riesgos identificados.
