Una mujer trabaja desde su domicilio. EFE/Miguel Toña

La presencia femenina en puestos directivos sigue bajando y la brecha salarial, estancada

Barcelona (EFE).- La brecha salarial entre hombres y mujeres en puestos directivos en España disminuye a un ritmo tan lento que harían falta 20 años más para lograr la igualdad, mientras que la presencia femenina en estos niveles cae un año tras otro y se sitúa ahora en el 15,6 %, por debajo de los niveles de 2008.

Este es el escenario que dibuja el último estudio de la escuela de negocios Eada y el grupo Icsa sobre la brecha salarial y la presencia de la mujer en puestos directivos, que elaboran cada año sobre la base de una muestra de más de 80.000 salarios de toda España.

El informe, presentado este martes en rueda de prensa, revela que la presencia de mujeres en puestos directivos se encuentra este 2024 un punto por debajo del año pasado hasta llegar al 15,6 %, después de tres años de descensos consecutivos, desde el 18,8 % de 2021.

La presencia de mujeres directivas, por debajo de 2008

Este 15,6 % está además por debajo del 19,5 % de presencia femenina directiva alcanzado en 2008, hace 16 años y justo antes del inicio de la gran crisis financiera.

Respecto a la retribución, el salario medio actual de un directivo es de 93.030 euros brutos anuales mientras que las de su homóloga femenina llega a los 83.663 euros de media, una diferencia del 11,2 %, ligeramente menor que la de hace un año (12,1 %).

Desde 2017 la brecha salarial ha ido cayendo en España de manera constante, aunque a un ritmo tan lento que se tardarían unos 20 años en lograr la igualdad entre hombres y mujeres directivas, según ha destacado Indry Canchila, socia directiva de consultoría de Icsa Grupo.

“Sigue siendo inaceptable y es necesario trabajar en ello”, ha destacado, tras alertar también del peligro de caer en “una brecha salarial fantasma”, no real.

Por su parte, la investigadora y profesora de Eada Aline Masuda ha instado a las empresas a “rediseñar” los cargos de dirección de manera que se mejore realmente la conciliación laboral y familiar reduciendo la carga de trabajo con puestos compartidos.

“Los puestos que fomentan la presencialidad y las horas extras contribuyen a la desigualdad”, ha dicho.

Masuda también ha pedido que cuando se aprueban normas se piense en cómo implementarlas y que existan sanciones, y ha advertido de que reducir la brecha salarial sin aumentar la presencia femenina en los puestos directivos “es trabajar en balde”.

Además, ha alertado sobre la tendencia de las empresas a imponer “el teletrabajo inflexible. Obligar a teletrabajar días concretos no es flexibilizar”, ha afirmado.

Más mujeres en comunicación y menos en TIC

Las mujeres tienen más presencia como directivas en las áreas de comunicación (39 %), recursos humanos (33,2 %) y marketing (30 %), mientras que cae drásticamente en el ámbito de las Tic (5,2 %) y la producción (5,8 %), así como la dirección comercial (7,3 %) y la dirección general (9 %).

Si se tiene en cuenta el tamaño de la empresa, las mujeres directivas son un 17,6 % en la gran empresa, un 29,4 % en la mediana y un 52,9 % en la pequeña.

Por sectores, los servicios y la sanidad y ámbitos asistenciales registran el mayor porcentaje de presencia femenina (el 19,74 % en ambos casos), frente al 1,32 % de la banca y los seguros, el 2,63 % de la administración pública y el 1,32 % de la construcción y la inmobiliaria.

La brecha salarial es menor entre los empleados

El estudio analiza también la diferencia retributiva por categorías profesionales y revela que la brecha entre los mandos intermedios es del 12,2 % y entre los empleados, del 8,9 %.

En cuanto a la cuota de presencia, las mujeres son un 33,9 % en el colectivo de mandos intermedios y un 46,3 % en el de empleados.

El informe sostiene que uno de los factores esenciales que explica la brecha salarial es el tipo de trabajo y el entorno laboral que fomentan la presencialidad y las horas extras y defiende la necesidad de cambios legales y culturales en el trabajo, con horarios más flexibles y procesos de selección “justos y transparentes”.