Pamplona (EFE).- Los toros de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro han provocado momentos de tensión y peligro en el cuarto encierro de las fiestas de San Fermín en una carrera veloz en el que numerosos mozos han sido arrollados y volteados, sin heridos por asta de toro.
Tras unas horas de confusión sobre una posible herida por asta de toro en el cuarto encierro de los Sanfermines, el último parte médico facilitado recoge siete corredores trasladados al Hospital Universitario de Navarra por traumatismos.
El primer balance del encierro hablaba de varias incidencias, ninguna por asta, pero en una posterior comparecencia ante los medios de comunicación desde el Hospital Universitario de Navarra se ha añadido que había una nueva incidencia, con una herida por asta en el hueco poplíteo de la pierna.
Finalmente, diversas fuentes consultadas han descartado que haya una herida por asta y en el último parte médico tan solo figuran heridos por traumatismos.

La carrera, que ha durado dos minutos y veintiún segundos, ha partido puntual a las 8 de la mañana de los corrales de Santo Domingo encabezada por los cabestros, que para el final de la cuesta ya habían sido superados por tres toros.
Con muchos menos corredores que los días precedentes, la manada ha cruzado sin incidencias la plaza Consistorial, donde un toro negro, otro castaño y el jabonero abrían paso al resto de sus hermanos.

Haciendo honor a su fama, los astados de Fuente Ymbro han llegado a la curva de Mercaderes a gran velocidad sin permitir largas carreras de unos corredores incapaces de seguir su ritmo.
La misma tónica se ha repetido a lo largo de toda la calle Estafeta donde se han vivido los mayores momentos de tensión, con dos corredores que, a escasos metros de distancia, han sido volteados por un toro castaño, y varios más a los que la manada les ha pasado por encima sin prestarles especial atención.
Esta calle, en la que normalmente los toros suelen rebajar su ritmo y permiten carreras más largas, los astados gaditanos han imprimido un ritmo trepidante al encierro y han producido montones con los que ellos mismos han tropezado después. Esto ha alargado la duración, que hasta ese momento llevaba tiempos dignos de firmar récord.

En los tramos de Telefónica y Callejón la manada estaba totalmente estirada, lo que ha permitido intercalarse entre los animales para lograr carreras más vistosas y largas. Un cabestro ha sido el primero en entrar a la Plaza de Toros, seguido de una manada dividida en tres, que no ha generado excesivos problemas en el ruedo.
Este 10 de julio, como es habitual, se ha rendido homenaje a la última víctima mortal de los encierros de San Fermín, el madrileño Daniel Gimeno. Sus padres se han acercado hasta el tramo de Telefónica para colocar flores en el poste del vallado donde fue empitonado mortalmente por un Jandilla.