Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Un juzgado de Madrid abre diligencias contra Begoña Gómez por supuesto tráfico de influencias

Madrid (EFE).- Un Juzgado de Madrid ha abierto diligencias de investigación contra la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras recibir una denuncia de Manos Limpias.

El titular del Juzgado de Instrucción número 41 adoptó esta decisión el pasado 16 de abril tras recibir la denuncia por reparto ordinario, según ha adelantado el diario El Confidencial y ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

En el procedimiento, que se ha declarado secreto, el juez investiga una denuncia del autodenominado sindicato Manos Limpias, a la que ha tenido acceso EFE y que se fundamenta en una serie de noticias de prensa.

En ella, expone que Begoña Gómez, “prevaliéndose” de su relación con el presidente del Gobierno, habría recomendado o avalado “por carta de recomendación con su firma a empresarios que se presentan a licitaciones públicas”.

Los empresarios que aparecen en la denuncia

Señala que uno de los empresarios que resultó adjudicatario de licitaciones de 10 millones de euros organizó más tarde un máster que dirige Begoña Gómez.

Y también menciona al presidente del Zamora CF y empresario Víctor de Aldama, uno de los principales investigados en el denominado caso Koldo, a quien sitúa como el “contacto” de Gómez con la empresa Globalia, e indica que éste ganó 6,67 millones de euros.

Manos Limpias relata que Air Europa “pactó pagar 40 mil euros al año al Africa Center de la denunciada” y que “el acuerdo entre Globalia y el Instituto de Empresa incluía la entrega de 15 mil euros al año en vuelos de primera clase para la denunciada y su equipo”.

La denuncia, que solicita tanto la declaración de Gómez como la de los periodistas que han publicado las ocho noticias en las que se basa, sostiene que las cartas de recomendación “dispararon las adjudicaciones a empresarios con los que le unía una relación de amistad”.