Redacción Asia (EuroEFE).- Las cumbres que esta semana mantendrán los máximos responsables de la UE con Japón y China se enmarcan en un contexto de acercamiento entre el bloque comunitario y las economías asiáticas, con el objetivo de afianzar nuevos vínculos comerciales ante la amenaza arancelaria del Gobierno de Donald Trump.
Mientras negocia nuevos acuerdos de libre comercio en la región, que se sumarían a los ya firmados con Singapur, Vietnam, Japón y Corea del Sur, Bruselas tiene citas con Tokio y Pekín los próximos 23 y 24 de julio, respectivamente, con vistas a fortalecer la cooperación con ambos territorios.
Una «alianza de competitividad» con Japón
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se reunirán el miércoles en la capital nipona con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en un encuentro en el que las dos partes persiguen poner en marcha una «alianza de competitividad».
Fuentes comunitarias indicaron que esta iniciativa busca «proporcionar un enfoque más integral y focalizado» para las «bases» económica e industrial del bloque de los 27 y el archipiélago, en un entorno global «más hostil» y que presenta «más desafíos» como consecuencia de la guerra comercial propiciada por Estados Unidos.
Dentro de su acuerdo, Japón y la UE prevén impulsar iniciativas conjuntas para reducir su dependencia de China en el suministro de tierras raras, empleadas en la fabricación de armas, vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, según adelantó el diario japonés Nikkei.V
Von der Leyen y Costa llegaron este martes a Osaka para visitar la Exposición Universal que se celebra en esa ciudad nipona, al inicio de su viaje a Japón dirigido a estrechar lazos con el país asiático.
«Con ganas de mantener reuniones productivas que destaquen nuestra estrecha asociación y cooperación, así como de visitar la Expo de Osaka antes de la Cumbre UE-Japón en Tokio», dijo Costa a través de su cuenta oficial en X.
«La cumbre de mañana llega en un momento oportuno. El mundo está cambiando rápidamente. Para socios como nosotros, eso significa acercarnos aún más para enfrentar las realidades de nuestra época. Y dar forma a un mundo que refleje nuestros valores: economías abiertas, sociedades seguras y reglas justas», afirmó Von der Leyen en la misma red social.
Touchdown in Osaka!
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) July 22, 2025
The 🇪🇺🇯🇵 Summit tomorrow is timely.
The world is changing rapidly.
For partners like us, it means becoming even closer to face the realities of our time.
And shape a world that reflects our values:
Open economies. Secure societies. And fair rules. pic.twitter.com/i4WqkoB8Ne
Tras su llegada a Japón, Costa y Von der Leyen visitaron las instalaciones de la Expo Universal de Osaka y el pabellón de la UE dentro de este recinto, diseñado como escaparate de las políticas comunitarias y de los vínculos e iniciativas conjuntas con Tokio, bajo el lema «Alimentando el mañana».
Cumbre con China
El jueves, Bruselas y Pekín conmemorarán medio siglo de relaciones en su vigesimoquinta cumbre bilateral, en la que Von der Leyen y Costa se encontrarán con el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang.
El portavoz chino de Exteriores, Guo Jiakun, señaló este martes que el Gobierno de la potencia asiática espera que la cita con la UE sirva para «profundizar la cooperación» y «enviar una señal positiva a la comunidad internacional» sobre el compromiso mutuo con el multilateralismo y la apertura comercial.
Bruselas, por su parte, ha indicado que pondrá sobre la mesa cuestiones como el acceso al mercado chino, la guerra en Ucrania, la transición verde y la seguridad global.
Más acuerdos comerciales en la región
El pasado 13 de julio, tras una década de negociaciones, la UE alcanzó un acuerdo político sobre un tratado de libre comercio (TLC) con Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático, después de una reunión entre el presidente de esta nación asiática, Prabowo Subianto, y Von der Leyen.
Ambos líderes insistieron en el «potencial sin explotar» de sus relaciones comerciales y la mandataria europea calificó a Yakarta, que cuenta con las mayores reservas de níquel del mundo, como «uno de los principales proveedores de bienes vitales para la transición digital y ecológica».
Otro TLC en curso es el que negocian la UE y la India, una de las principales economías asiáticas, cuando ambas partes han marcado finales de este año como plazo para que cristalice el acuerdo.
En las últimas reuniones entre socios indios y comunitarios, el Ministerio de Comercio e Industria de la India pidió a Bruselas un «enfoque igualitario en las barreras no arancelarias», además de marcos regulatorios inclusivos y proporcionados que no restrinjan el intercambio entre los dos actores.
Mientras, el primer ministro indio, Narendra Modi, inicia este martes su cuarta visita como mandatario a Reino Unido, centrada en la firma definitiva del tratado de libre comercio recientemente acordado entre Nueva Delhi y Londres.
Esta aproximación de la UE a Asia se produce en un momento de reajustes en el comercio global, tras la imposición de aranceles por parte de Washington a sus socios en abril.
Vietnam e Indonesia han sido dos de los primeros países en alcanzar acuerdos con EE.UU. alrededor de estos gravámenes, que en sus respectivos quedan recortados al 20 y al 19 %, frente a los 46 y 32 % iniciales.
Australia y Nueva Zelanda
En Oceanía, la UE mantiene un TLC con Nueva Zelanda, que se suma a los cuatro suscritos en el continente vecino, y el pasado abril, ante los cambios en el entorno comercial global, retomó las negociaciones para firmar otro con Australia.
En los márgenes de la cumbre del G7 celebrada en junio en Canadá, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo que el país austral vislumbra «dónde podría estar el punto de acuerdo» en el diálogo con Bruselas.
Las conversaciones en materia comercial entre Camberra y la UE, iniciadas en 2018, se estancaron en 2023 por divergencias sobre el uso de denominaciones de origen europeas como ‘prosecco’ y ‘feta’, que Australia utiliza para productos locales, y el acceso al mercado europeo de productos agrícolas australianos como el azúcar, que cuenta con más de 445 millones de consumidores.


