Bruselas (EuroEFE).- El comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen, trasladó este jueves al secretario de Estado de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, la intención de la UE de acelerar el fin de las importaciones de gas ruso, prevista para antes de 2028, y comprar más volumen de ese hidrocarburo en Estados Unidos.
«Necesitamos importar más gas desde Estados Unidos. Así que me complace mucho que la administración estadounidense también apoye esto», dijo Jørgensen tras recibir en Bruselas al responsable de Energía del Gobierno de Donald Trump.
Good meeting with @SecretaryWright in Brussels.
— Dan Jørgensen (@DanJoergensen) September 11, 2025
The EU and the US stand strong and united against Russia.
We are committed to strengthen our energy cooperation, support Ukraine and implement the Russian energy phaseout as fast as possible. pic.twitter.com/aUMIgvaDoU
Jørgensen agregó que EE.UU. dispondrá de suficiente gas natural licuado para incrementar el abastecimiento a la UE porque «está ampliando su producción de GNL con el objetivo de aumentar las exportaciones en los próximos años e incluso meses».
Según el comisario, la cifra suma lo que la UE ya importa y lo que necesitará cuando aplique la normativa que la Comisión Europea presentó el pasado junio para acabar progresivamente con todos los contratos gasísticos de Rusia, que incluye obligar a los importadores a romper sus contratos a largo plazo por fuerza mayor antes de 2028, propuesta que debe aún ser aprobada por el Consejo y por el Parlamento Europeo.
«Este es un plan muy ambicioso y sin duda se sentirá en Moscú. Y lo hacemos así de ambicioso porque queremos decirle a Rusia: basta. Pero está claro que también tenemos una responsabilidad con nuestros Estados miembros: garantizarles el suministro. Estoy convencido de que podemos hacerlo, incluso con este calendario tan ambicioso», añadió.
Esa hoja de ruta ofrece cierta flexibilidad a Eslovaquia y Hungría, reacias a romper lazos energéticos con Moscú, pero Budapest y Bratislava en principio no podrían vetar el plan, pues solo precisa del respaldo de una mayoría cualificada entre los Veintisiete y no por unanimidad.
Desde la invasión rusa en Ucrania, la UE ha ido reduciendo su dependencia en el gas ruso, pasando del 45 % al 19 % del total de sus importaciones al cierre de 2024, gracias al aumento de las compras a EE.UU., Noruega y Catar, a las renovables y a la caída del consumo, tendencias que Bruselas cree que prevalecerán.
Jørgensen añadió que también trató con Wright de la posibilidad de «trabajar más estrechamente en energía nuclear» y, en particular, en el área de los pequeños reactores nucleares, tecnología en desarrollo en ambas jurisdicciones.
Washington y Bruselas establecerán una colaboración técnica en estos temas y organizarán eventos y encuentros empresariales, ya que son las compañías y no los Estados las que producen, transportan, venden y compran gas.
El socialdemócrata danés añadió que Washington también está de acuerdo «en que debemos ejercer más presión sobre Rusia» y en que Washington y Bruselas deben «ayudar a Ucrania también en la difícil situación energética en la que se encuentra».
«En general, diré que, aunque ciertamente no coincidimos en todo, por ejemplo -creo que no es ningún secreto- no compartimos la misma visión sobre el papel de las renovables, sí tenemos muchas cosas en común y muchas áreas donde podemos colaborar y donde es de interés europeo que lo hagamos», dijo Jørgensen.
El comisario aseguró que no habló con Wright de sanciones, pues no entra en sus competencias, pero sí «de cómo podemos presionar a Rusia impidiendo que gane dinero vendiéndonos energía y de cómo podemos trabajar juntos para garantizar que Ucrania tiene el suministro energético que necesita».
Wright ve ambicioso pero viable que la UE cumpla la meta
Por su parte, el secretario de Energía de EEUU reconoció que el compromiso que ha adquirido la UE de alcanzar los 750.000 millones de dólares en importaciones energéticas desde el país norteamericano es «muy ambicioso» pero alcanzable si al reemplazo de los hidrocarburos rusos se une la cooperación nuclear.
Así se ha expresado en una rueda de prensa tras reunirse con el comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen, pocas semanas después del acuerdo comercial que ambas partes han logrado para evitar una guerra arancelaria.
Dentro de este pacto la UE ha accedido aumentar sus importaciones de productos energéticos estadounidenses hasta los 750.000 millones de dólares (unos 700.000 millones de euros), además de aceptar unos aranceles del 15 %, entre otras cosas.
«Estoy de acuerdo en que el objetivo es muy ambicioso», señaló, para después explicar que esta es una práctica común de la Administración de Donald Trump porque «si no apuntas alto, no llegas alto».
No obstante, en opinión del secretario de Energía estadounidense, «por supuesto hay un camino para lograrlo» que pasa por sustituir el gas natural ruso que sigue entrando en la UE por gas norteamericano, así como por reemplazar los productos de petróleo (gasolina o diésel) que el bloque importa desde Rusia también por importaciones estadounidenses.
«Eso te da tal vez dos tercios del camino», aseguró Wright, quien recordó que Estados Unidos es «el mayor productor del mundo» de productos del petróleo y por tanto «esta es una gran avenida» para aumentar las compras energéticas de la UE a su país.
Aparte de reemplazar la energía rusa por norteamericana, el responsable de Energía del Gobierno estadounidense expresó que el tercer pilar de la estrategia provendrá de una mayor cooperación en el ámbito de la energía nuclear con la firma de más proyectos de «gran escala».
«La UE y Estados Unidos están ambos entusiasmados por ver un renacimiento nuclear», subrayó, antes de apuntar que las dos partes podrían colaborar tanto en el desarrollo de reactores nucleares de nueva generación y también de «reactores de gran escala».
«Si haces esas tres, llegas» a la cifra objetivo, resumió.


