Moscú (EuroEFE).- Rusia y la Unión Europea (UE) se disputan este domingo la lealtad de los moldavos en unas elecciones parlamentarias cruciales para definir el rumbo político de Moldavia, un país que está pagando un alto precio por su vecindad con la guerra en Ucrania.
«Hoy les digo con toda la seriedad que nuestra soberanía, independencia, integridad y futuro europeo están amenazados«, dijo la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, a pocos días de los comicios.
Según la mandataria, el Kremlin está «gastando cientos de millones de euros en la compra de cientos de miles de votos a ambos lados del Dniéster y más allá de las fronteras del país».
Mientras, la oposición moldava, partidaria del acercamiento a Moscú, acusó a las autoridades de «intimidar» a los votantes y tachó al Gobierno de «marionetas» de Bruselas.
La tensión seguía al rojo vivo este viernes, tras la prohibición de una de las formaciones que integra el bloque opositor prorruso por presunta corrupción, lo que ha llevado a la oposición a acusar a Sandu de «silenciar» a sus contrincantes.
En los comicios presidenciales del año pasado, los partidarios de Rusia y la UE ya se fajaron en una ajustada pugna electoral, que finalmente fue ganada por la europeísta Sandu.
¿Qué dicen las encuestas?

Las últimas encuestas muestran que el apoyo al gobernante Partido Acción y Solidaridad (PAS) de Sandu se situaría en torno al 28,6 %, insuficiente para que gobierne en solitario, como lo hizo tras las parlamentarias de 2021.
En el segundo lugar se sitúa la coalición opositora prorrusa Bloque Patriótico, que cosecharía un 13,9 % de los votos.
Los demás partidos se balancean en torno al 5 %, el umbral necesario para entrar en el Parlamento. Mientras, alrededor de un tercio de los votantes son indecisos.
La participación ciudadana, sobre todo la de la diáspora, será, al igual que en los comicios anteriores, clave para definir al ganador, predicen los expertos.
El proeuropeo PAS
Actualmente, el PAS cuenta con 63 de los 101 mandatos en el Parlamento unicameral de Moldavia, al haber obtenido el 52,80 % de los votos en las parlamentarias de 2021.
Su mayoría es suficiente para gobernar sin pactos, algo que no está claro que consiga mantener tras estas elecciones.
El partido de Sandu apuesta por la entrada de la antigua república soviética en la Unión Europea para 2030.
El modelo económico que defiende la formación busca acercar la legislación a la europea para facilitar el acceso a fondos de la UE destinados al desarrollo de infraestructuras, energía y agricultura.
El partido promete además continuar las reformas judiciales para combatir la corrupción y crear un clima empresarial predecible, lo que se ha visto respaldado por la extradición el jueves desde Grecia del mayor oligarca moldavo, Vladímir Plahotniuc.
En el sector energético, se planea fortalecer la independencia de Rusia mediante la construcción de líneas eléctricas y gasoductos.
El votante medio del PAS son los ciudadanos proeuropeos, los jóvenes y los miembros de la diáspora.
Patriotas prorrusos

El principal competidor de PAS en las elecciones del domingo es el Bloque Patriótico, liderado por el socialista y expresidente moldavo, Ígor Dodon.
Los opositores ofrecen una alternativa al modelo actual de economía, basada en el acercamiento a Rusia y la Unión Económica Euroasiática, liderada por Moscú.
La principal promesa electoral es reducir las facturas por el consumo energético mediante un contrato a largo plazo con la gasística rusa Gazprom y la reanudación de los vuelos con Moscú.
Los opositores prometen también abrir el mercado ruso para los productos agrícolas moldavos, lo que se convertiría en un estímulo para el desarrollo de las zonas rurales del país, considerado hasta hace poco como el más pobre de Europa.
Según el Bloque Patriótico, el rápido acercamiento a la UE y los acuerdos con los Veintisiete limitan la soberanía del país, por lo que se apoyan en los nostálgicos de la URSS y regiones dependientes del comercio con Rusia.
Los opositores al Gobierno acusan a las autoridades de altas tasas de inflación y de la imparable emigración de moldavos en busca de una vida mejor.
Campaña crispada
La campaña electoral en Moldavia está repleta de escándalos, en los que el Gobierno y la oposición prorrusa se acusan de trabajar para fuerzas extranjeras que intentarían minar la soberanía nacional.
En agosto los líderes de Alemania, Francia y Polonia visitaron Chisinau en el Día de la Independencia, lo que los expertos interpretaron como un claro apoyo de la UE a la presidenta Sandu.
La mandataria moldava afirmó a comienzos de septiembre que las fuerzas prorrusas llevan a cabo una «guerra híbrida» en Moldavia para conquistar el país en las urnas.
Mientras, a una semana de las elecciones, las autoridades practicaron más de 270 registros e informaron de la detención de más de 70 personas, presuntamente implicadas en un plan para la desestabilización de la situación, coordinado por Moscú.
Los opositores, por su parte, acusaron a las autoridades de intentos de «acallar» a sus detractores con arrestos de críticos del Gobierno y la prohibición de partidos prorrusos a varios meses de los comicios.
Un partido prohibido a tres días de las elecciones
En una vuelta de tuerca, un tribunal de Chisinau prohibió este jueves durante 12 meses las actividades del partido Corazón de Moldavia, que forma parte del opositor Bloque Electoral Patriótico, a petición del Ministerio de Justicia del país.
Lo hizo semanas después de que la policía registrara las casas de algunos miembros de Corazón de Moldavia en relación con un caso de presunta compra de votos, financiación ilegal del partido y blanqueo de capitales.
Corazón de Moldavia ha tachado esa decisión de «ilegal y políticamente motivada», y la describió como «un espectáculo sucio, orquestado de antemano por las autoridades con el único propósito de silenciar» a sus contrincantes, dijo en un comunicado en su página web.
Por su parte, Dodon, del Bloque Patriótico, señaló que los días en el poder de Sandu y el PAS «están contados».
«Comprenden que su fin está cerca, por lo que recurren a la ilegalidad contra nuestros colegas del bloque», dijo Dodon durante una protesta frente a la Comisión Electoral Central (CEC) de Moldavia.
Sandu ha insistido en que Moscú está tratando de «comprar» votos de los votantes moldavos para hacerse con el control de esa antigua república soviética, enclavada entre Ucrania y Rumanía.


