El popular sueco Joergen Warborn, miembro del Partido Moderado de Suecia, habla durante una sesión del Parlamento de la UE. EFE/EPA/RONALD WITTEK / Archivo

El PPE pacta por primera vez con la extrema derecha para rebajar una ley de sostenibilidad

Bruselas (EuroEFE).- El Parlamento Europeo apostó este jueves por rebajar los requisitos de sostenibilidad para empresas aún más que lo que había propuesto Bruselas después de que el Partido Popular Europeo (PPE) dejase de lado la tradicional mayoría de partidos proeuropeos y pactase con los grupos ultraconservador y de la extrema derecha parlamentarias.

Se trata de la primera vez desde las elecciones de 2024 en la que un ‘dossier’ legislativo sale adelante con esta nueva mayoría de derechas alternativa a la tradicional de partidos proeuropeos, que ya había logrado que prosperaran resoluciones no vinculantes pero nunca antes un texto que servirá para negociar una ley.

Las principales cuestiones abiertas en esta legislación, el llamado paquete Ómnibus I, se centraban en el número de empresas que quedarían bajo el paraguas de las nuevas normas, la obligación de presentar planes de transición climática y las cláusulas de responsabilidad civil para estas empresas, que facilitarían que los afectados acudan a la justicia si las compañías no cumplen con lo establecido.

Las enmiendas de los populares, que aún deben negociarse con los países de la Unión Europea, eliminan por completo la obligación de elaborar dichos planes de transición y la existencia de las cláusulas de responsabilidad civil y reducen sustancialmente el número de empresas europeas que quedan sujetas a la ley, que serán las que tengan más de 1.750 empleados y una facturación anual superior a los 450 millones de euros.

Segundo intento

Planta operativa de energía fotovoltaica flotante instalada en el País Vasco, en el Parque Tecnológico de Álava. EFE/ L. Rico

El voto de este jueves, que salió adelante por 382 votos a favor, 249 en contra y 13 abstenciones, es el segundo intento del Parlamento Europeo de fijar su posición para negociar con los Estados las iniciativas clave de la agenda de simplificación regulatoria planteada por la Comisión Europea para impulsar la competitividad del bloque.

El primero había fracasado por un estrecho margen en el último pleno pese a que las comisiones parlamentarias responsables le habían dado su visto bueno con una mayoría de centro entre populares, socialdemócratas y liberales, la que junto a los verdes apoyó la reelección de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión.

Desde entonces, el negociador jefe de la legislación, el popular sueco Jörgen Warborn, ha tenido la opción de negociar de nuevo con la mayoría de centro o de presentar sus propias enmiendas, que rebajan aún más la propuesta de Bruselas, y esperar a que los grupos de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) y los Patriotas por Europa (PfE) se sumaran a este nuevo texto.

El cordón sanitario roto

Después de tres semanas, los grupos de centro dieron por rotas las negociaciones durante la jornada del miércoles. «Reventar la coalición de centro significa reventar el último vínculo responsable entre el realismo económico y los compromisos sociales y climáticos de la UE. Rechazar este compromiso empuja a la mayoría Von der Leyen a un territorio inexplorado», advirtió la presidenta del grupo liberal, Valérie Hayer, en un comunicado.

Tanto la negociadora de los Verdes, Kira-Peter Hansen, como fuentes del grupo socialdemócrata coinciden en que los grupos de centroizquierda han ofrecido cesiones a los populares en cuestiones que para ellos eran clave, como las cláusulas de responsabilidad civil, pero en respuesta el PPE «no ha mostrado ninguna voluntad de moverse ni siquiera un paso» hacia un compromiso.

Un portavoz del PPE alegó, por su parte, que los socialdemócratas «han sido incapaces de demostrar» que los indecisos en sus filas -que fueron clave para que no prosperara el primer voto en octubre – se hayan movido lo suficiente como para que un potencial compromiso sea viable y salga adelante durante la votación.

En un comunicado, los Patriotas por Europa celebraron que «el cordón sanitario se haya roto por primera vez» y una mayoría de populares, ultraconservadores, extrema derecha y soberanistas haya abierto «el camino a reemplazar el Pacto Verde Europeo por una agenda centrada en la competitividad».

La derecha europea celebra la rebaja en normas sostenibilidad

La derecha y la extrema derecha europeas celebraron este jueves la apuesta de la Eurocámara por rebajar los requisitos de sostenibilidad para empresas gracias a un pacto inédito entre el PPE y los grupos a su derecha en el hemiciclo.

«Hoy comienza el desmantelamiento del Pacto Verde«, celebró la negociadora de la ley por parte de los Patriotas por Europa (PfE), la francesa Pascale Piera, que atribuyó a su grupo y a los Conservadores y Reformistas por Europa (ECR) la autoría de las enmiendas que han salido adelante este jueves para debilitar los requisitos propuestos inicialmente.

«Por supuesto que hemos estado en contacto con el PPE. Nos han llamado todos los días para asegurarse de que votaríamos por las enmiendas, y obviamente votamos por ellas porque son nuestras enmiendas», aseguró Piera.

También su homólogo negociador por parte de ECR, el polaco Tobiasz Bochenski, dijo que el voto de hoy «frena un poco» la pérdida de competitividad de la Unión Europea ante China y Estados Unidos y coincidió en que el Pacto Verde Europeo «nunca había sufrido un revés tan serio» en Bruselas.

Bochenski declinó, no obstante, revelar quién ha sido su interlocutor con el PPE para el que ha sido el primer acuerdo de la historia entre el PPE y los grupos ultraconservadores y de la extrema derecha parlamentaria en un ‘dossier’ legislativo.

El jefe negociador de la Eurocámara, el popular sueco Jörgen Warborn, afirmó por su parte que no ha habido negociaciones con los grupos de la extrema derecha, defendió que los populares han sido los únicos autores de las enmiendas que han salido adelante y restó importancia a su alianza con los partidos radicales.

En paralelo, dijo, el PPE negocia otras cuestiones con su coalición tradicional con socialdemócratas y liberales que sostiene a Ursula von der Leyen al frente de la Comisión, como el presupuesto comunitario o el objetivo de reducción de emisiones para 2040.

«Querré colaborar mucho con los partidos de la coalición (de centro) también en el futuro, pero si no hay una mayoría tenemos que encontrarla y estamos en una situación en la que necesitamos facilitar que las empresas hagan negocios. Es lo que ha pasado hoy», dijo Warborn.

Decepción entre las ONG

Desde la sociedad civil, las ONG lamentaron que el voto «desmantele de manera efectiva» las leyes bandera europeas sobre sostenibilidad y al mismo tiempo golpee la estabilidad política de la Eurocámara con la primera ruptura seria del cordón sanitario del centro a la extrema derecha.

«Estas leyes, que proporcionaban esperanza, seguridad y la promesa de un futuro más justo y sostenible, se han reducido a ejercicios performativos. No es momento de ralentizar nuestro camino hacia una economía más sostenible, pero la UE está avanzando en sentido contrario», afirmó la responsable de políticas financieras sostenibles de la oficina europea de WWF, Mariana Ferreira,

También el investigador senior en política climática de la UE de E3G, Pepe Escrig, confió en que las negociaciones con el Consejo de la Unión Europea sirva para que los gobiernos «escuchen a las empresas a las que dicen defender» y aseguró que dos tercio de los líderes empresariales españoles creen que es justo que las grandes empresas estén obligadas a implementar planes de transición climática como los que quiere descartar la Eurocámara.