Estrasburgo (Francia) / Bruselas (EuroEFE).- Una amplia mayoría del Parlamento Europeo, desde los conservadores hasta los grupos de la izquierda, condenaron este martes la violencia machista y conmemoraron el 25N, mientras que los dos grupos de ultraderecha responsabilizaron a la inmigración del asesinato de mujeres a manos de sus parejas y exparejas, que en España son 38 en lo que va de 2025.
La sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo -al igual que las de la Comisión y el Consejo Europeos en Bruselas- se iluminaron desde la noche del lunes de naranja, el color elegido por la ONU para simbolizar el activismo contra la violencia de género.
«Hoy conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres«, recordó desde el pleno de la Eurocámara este martes la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
«Es un recordatorio de nuestra responsabilidad para responder a la llamada a la acción. En esta casa hemos impulsado legislación criminalizando más formas de abuso de género (…), y juntos podemos ir aún más lejos», añadió.
Entre los grupos políticos, la más expresiva fue la diputada liberal sueca Abir Al-Sahlani, que instó entre abucheos de la extrema derecha a que los hombres «recriminen los comentarios de mierda que sus tíos hacen en las cenas de Navidad» y afeen las bromas sexistas de sus amigos.
«A los hombres en esta sala y fuera de ella, a no ser que elijáis el respeto por encima de la dominancia y cambiéis las normas entre la población masculina, nada cambiará«, advirtió.
También la popular griega Eleoneora Meleti señaló que la violencia contra las mujeres no sólo es física, sino que también supone misoginia, discursos de odio y estereotipos que pintan a las mujeres como inferiores y menos capaces. «Esta narrativa debe cambiar. Hoy pido a los hombres que sean nuestros aliados», urgió.
«Una emergencia europea»
Desde las filas socialdemócratas, la española Iratxe García -que al igual que otras eurodiputadas, llevaba una prenda naranja- subrayó que «no se trata de un problema privado sino de una emergencia europea«, cuando «a demasiadas mujeres no se les cree y se les obliga a demostrar que han sido violadas».
«La Unión Europea debe actuar con claridad y valentía, reconocer el feminicidio, hacer una ley del ‘sólo sí es sí’ y considerar la violación un delito a nivel europeo», incidió García, un reclamo que comparten otros grupos a su izquierda.
Muchas feministas quedaron decepcionadas tras la aprobación el año pasado de la primera ley específica de la Unión Europea (UE) para combatir la violencia de género, porque ese texto no obliga a los países miembros a tipificar la violación como delito penal, como ocurre en España.
Sin embargo, esa directiva contiene avances notables en la lucha contra el ciberacoso, la protección de las víctimas o la prevención de crímenes machistas, por lo que la Comisión Europea instó este lunes a los países a implementarla «con celeridad«.
En el pleno de este martes, la conservadora belga Assita Kanko recordó a las once mujeres «asesinadas por hombres que decían amarlas» en la última semana en Europa, dos de ellas en España, y subrayó que la Eurocámara está trabajando en una directiva de víctimas para asegurar que los responsables rinden cuentas por sus crímenes.
Fuera del consenso quedó la ultraderechista alemana Irmhild Bossdorf, que alegó que «la otra curva que crece al mismo ritmo que la de la violencia contra las mujeres es la de la inmigración ilegal que entra en Europa», que, dijo, vienen de «culturas con una idea de las mujeres muy diferente a la europea».
También la francesa Mathilde Androuët aprovechó su discurso del 25N para hablar de la «violencia institucional y mediática» contra la extrema derecha y cargar contra los migrantes.
El vínculo entre violencia y austeridad

Por su parte, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) advirtió este martes de que las medidas de austeridad, que «privan a las mujeres de empleos de calidad, las empujan a realizar más trabajo de cuidados no remunerado y erosionan constantemente los servicios públicos vitales incrementan su exposición a la creciente violencia de género«.
Dichas medidas, que están «precarizando el trabajo, recortando la protección social y debilitando los servicios públicos», dificultan «que las mujeres sean económicamente independientes y puedan escapar de la violencia».
En ese sentido, la confederación sindical pidió en un comunicado a la Unión Europea y los Gobiernos nacionales que eleven la calidad de los empleos «como barrera para detener la violencia contra las mujeres y que introduzcan nuevas medidas legalmente vinculantes para evitar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo a nivel de la UE».
«Hoy, los políticos se desvivirán por emitir declaraciones enérgicas sobre la violencia contra las mujeres, pero las trabajadoras están hartas de que este día se utilice como un postureo moral por parte de los mismos políticos cuyas decisiones las exponen a un mayor riesgo de violencia machista», declaró la vicesecretaria general de la CES, Isabelle Schömann.
«Cada trabajo que se precariza significa que una trabajadora pierde su independencia financiera. Cada plaza de guardería recortada significa que una trabajadora se ve obligada a reducir su jornada. Cada recorte en la pensión significa que una trabajadora se vuelve económicamente dependiente o cae en la pobreza», añadió.
Subrayó que todo ello se traduce en que más mujeres están «expuestas al aumento de la violencia machista durante más tiempo» y que la «política de gestos no sirve para detener la violencia contra las mujeres«.
«Lo que las trabajadoras necesitan son empleos de calidad y lugares de trabajo seguros que les garanticen no quedar atrapadas en relaciones abusivas«, afirmó.


