Dani Rovirosa |
Bruselas (EuroEFE).- Bruselas ha aumentado en los últimos días la presión sobre X, Google y Meta, pese a las críticas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanza contra la Unión Europea, acusándola de atacar a las tecnológicas estadounidenses y, más ampliamente, a la libertad de expresión.
La Comisión Europea rechaza las críticas de la Casa Blanca -a las que se han sumado los propietarios de X, Elon Musk, y de Meta, Mark Zuckerberg– y asegura que aplica las normas de forma «agnóstica«, sin tener en cuenta el país de origen de las compañías.
Las últimas decisiones
El pasado viernes, la Comisión multó a X con 120 millones de euros por no respetar los requisitos de transparencia en la política de suscripciones, en los anuncios que muestra a los usuarios y en el funcionamiento de sus algoritmos, algo a lo que le obliga la ley de servicios digitales europea (DSA).
La semana pasada, Bruselas también inició una investigación antimonopolio a Meta para averiguar si está limitando el acceso a WhatsApp a los potenciales competidores que aspiran a ofrecer servicios de inteligencia artificial en la aplicación de mensajería.
Y este martes abrió a Google otro expediente similar, ante la sospecha de que no paga adecuadamente ni a editores ni a creadores de contenidos por los resúmenes que los sistemas de inteligencia artificial generativa «AI Overview» y «AI Mode» muestran en los resultados de búsquedas de los usuarios.
Al mismo tiempo, sin embargo, Bruselas aceptó el lunes la solución que ha ideado Meta para mostrar menos publicidad personalizada a sus clientes, tras la multa de 200 millones de euros que le impuso en abril por haber infringido la ley de mercados digitales (DMA).
Por ahora, la Comisión ha perdonado a la empresa de Zuckerberg la sanción periódica que debería haber pagado de no haber ofrecido ningún remedio.
Reacción de EE.UU.
La multa de Bruselas a X ha reavivado las críticas de la administración estadounidense a las leyes que la UE ha aprobado en los últimos años para controlar el poder de las tecnológicas. El propio Trump dijo este lunes que «Europa va por mal camino» y «tiene que tener mucho cuidado al hacer muchas cosas».
Y el secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que la sanción es un «ataque» a Washington, mientras el propio Musk llamó a «abolir» la UE, a la que llegó a comparar con el régimen nazi de Adolf Hitler.
Unos comentarios que ahondan en el mensaje de la nueva estrategia de seguridad nacional que acaba de publicar Washington, en la que acusa a la UE de censurar la libertad de expresión y augura el fin de la civilización europea por la política migratoria del bloque comunitario.
Respuesta de la UE

En este contexto, la Comisión decidió avisar este martes a Estados Unidos de la apertura de la investigación contra Google, que el Consejo de Editores Europeos ha considerado «necesaria y oportuna», porque aseguran que los resúmenes de inteligencia artificial han reducido el tráfico en las búsquedas de internet.
La Comisión ha insistido a la Casa Blanca de que la UE aplica sus reglas de manera «justa y equitativa» y de que sus decisiones están sometidas al escrutinio «independiente» de la justicia europea, según dijo la portavoz de la Comisión, Arianna Podesta.
Un mensaje que también trasladó este lunes la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario para la política digital, Henna Virkkunen, a representantes de X, aprovechando un viaje oficial a Estados Unidos.
Pero al mismo tiempo, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, respondió el lunes a la estrategia de seguridad nacional estadounidense al advertir de que la UE no aceptará ninguna «amenaza de interferencia en la vida política europea» desde Washington, porque «si somos aliados, debemos actuar como aliados».
Todo ello, mientras los líderes europeos tratan de negociar un acuerdo de paz en Ucrania que no atente contra sus intereses económicos ni comprometa la seguridad del continente, y esperan que Trump no imponga nuevos aranceles a la UE en respuesta a sus medidas contra las «big tech».
Los grupos del ala izquierda del Parlamento Europeo, mientras tanto, acusan a la Comisión de doblegarse ante las presiones de Trump, porque creen que actúa con lentitud a la hora de hacer cumplir las normas digitales y por haber propuesto retrasar más de un año la aplicación de la ley de inteligencia artificial a los modelos de alto riesgo.


