Lisboa (EFE).- El papa Francisco acudió hoy a Cascais, en Portugal, para dar la última pincelada al mural de 3,5 kilómetros pintado por jóvenes de varias religiones, reclusos y personas sin hogar como una iniciativa del movimiento Scholas Occurrentes, a los que les dijo que “una vida sin crisis no sirve para nada” pero “quedarse en ellas tampoco es bueno”.
El pontífice acudió a este acto previsto en el programa en ocasión de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ya que el movimiento Scholas Occurrentes es un proyecto educativo presente hoy en 14 países iniciado a principios de la década del 2000 cuando era arzobispo de Buenos Aires.
El mural, que aseguran es uno de los más grandes del mundo, recorre el camino hacia la sede de Scholas en Cascais, que además está decorada, como afirmó el papa, como una moderna “Capilla Sixtina”.