Burgos, (EFE).- La experiencia que han vivido Álvar Alonso, Javier Martínez y Jon Amas, que han recorrido los 500 kilómetros que separan Burgos de Santiago de Compostela en bicicleta, y con una handbike, ha sido “espectacular”, “muy gratificante” y “única”.
Pero ha evidenciado que el Camino de Santiago todavía no es accesible para las personas con discapacidad, ni en la ruta ni en los albergues.
Y además han constatado que para una persona con discapacidad sería “imposible” hacerlo en solitario.
Poca accesibilidad: piedras, cuestas y suelo resbaladizo
“Los caminos no están accesibles, evidentemente porque son caminos, y nos hemos encontrado con muchísimas piedras, cuestas, suelo resbaladizo, suelo en el que la rueda no cogía adherencia”, ha explicado a EFE Álvar Alonso.
Alonso se mueve en su día a día en silla de ruedas y que ha hecho el Camino de Santiago subido a una handbike.
Es el informático de Cocemfe Burgos, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Burgos de la que ha surgido el proyecto ‘Sobre Siete Ruedas’.
Se trata de dar visibilidad al colectivo, recaudar fondos para impulsar su área de ocio y tiempo libre y testar la accesibilidad del Camino de Santiago.
Alonso ha asegurado que “la experiencia ha sido absoluta, muy especial, muy gratificante, muy global. Ha habido de todo y ha sido espectacular”.
Accesos complicados
Pero, queda mucho camino por recorrer para conseguir que sea realmente accesible, pues tal como está es “imposible” que una persona con discapacidad pueda hacerlo en solitario.
“Nos hemos habituado porque nosotros somos muy de habituarnos y tenemos capacidad”, ha admitido, pero no es solo una cuestión de infraestructura.
También han encontrado problemas en los albergues, aunque sólo han pasado por trece de los que tiene el Camino.
En algunos lugares hasta el acceso era complicado y, en otros, las dificultades se encontraban en los servicios, como baños no preparados para minusválidos, con entradas reducidas, imposibilidad de moverse en silla de ruedas o sin barras.
“Sobre todo en albergues de Castilla y León”, ha apuntado Jon Amas, el trabajador social de Cocemfe, quien ha explicado que en Galicia los albergues municipales presentaban más inversión en accesibilidad.
E incluso con carteles en braille, aunque en algunos también fallaba el camino de acceso, con gravilla o grandes pendientes.
Un equipo que ha hecho piña
Tras pasar trece días haciendo el Camino de Santiago, del 18 al 30 de septiembre, Álvar Alonso ha admitido que “sin el apoyo de los tres compañeros no hubiese llegado a Castrojeriz; es así de cruel y duro, pero real”, ha insistido.
Y habla así en referencia a Amas, a Javier Martínez, técnico de ocio y tiempo libre en Cocemfe y que tiene una discapacidad visual de nacimiento, y Pepe Gómez, usuario de la asociación y que ha sido el coordinador y conductor de la furgoneta, quien ha prestado el apoyo logístico, pero también mental.
“Hemos formado un gran equipo. Nos ha enseñado experiencia, disciplina. Los cuatro hemos sido una piña. Hemos pasado un camino precioso y hemos conseguido el objetivo, que es lo más importante”, ha afirmado Gómez.
Ocio y tiempo libre para todos
Un objetivo que consistía en recaudar fondos para mejorar y ampliar el área de ocio y tiempo libre, un aspecto fundamental del desarrollo personal, al que las personas con discapacidad suelen tener muchos más problemas de acceso.
También se quería dar visibilidad al colectivo y, además, se ha conseguido información sobre la accesibilidad de la Ruta Xacobea y Cocemfe colaborará con Cogami (Confederación Gallega de Personas con Discapacidad) para implementar recursos y herramientas que la hagan accesible.
Por su parte, ‘Sobre Siete Ruedas’ seguirá rodando, pues esta ha sido solo la primera de las actividades a desarrollar.
Entre otras, están pensando ya en cómo planificar una ruta para que los socios puedan disfrutar también del Camino de Santiago, aunque se requiere de mucha logística y muchos voluntarios.
