Dos personas observaban ayer el mar desde el santuario de A Barca, en el concello coruñés de Muxía, corazón de la Costa da Morte y epicentro del hundimiento del Prestige. EFE/ Cabalar

Greenpeace denuncia que se dan las condiciones para que ocurra otro Prestige

Vigo, 10 nov (EFE).- La organización ecologista Greenpeace ha recordado este jueves que la posibilidad de que se repita un desastre ecológico como el del Prestige, del que ahora se cumplen 20 años, es tan cierta como en 2002 dado que las condiciones son exactamente las mismas.

“Aproximadamente el 70 por ciento del transporte marítimo de petróleo en la Unión Europea, cifrado en más de 800 millones de toneladas, se realiza frente a las costas del Atlántico y del Mar del Norte”, recuerda la ONG en un comunicado, en el que señala que frente a Galicia siguen pasando más de 36.000 barcos al año, un 35 por ciento con mercancías peligrosas como el petróleo.

El “desastre ambiental más grave de nuestra historia”, recuerda Greenpeace, tuvo lugar pese a que Galicia había sufrido hasta cuatro catástrofes similares en las tres décadas anteriores sin que, como ahora, se hubiesen previsto medios ni un plan de contingencia mínimamente eficaz para abordar el naufragio.

Los ecologistas responsabilizan a las autoridades y su “negligente actuación” de la magnitud de aquel desastre de alcance continental, “antes, durante y después” del naufragio, por el encadenamiento de errores críticos y por alimentar la desinformación sobre las dimensiones de la catástrofe.

“La desinformación oficial fue una de las principales características de esta catástrofe de repercusión internacional: fue escasa, insuficiente y, en ocasiones, falsa”, afirma esta organización.

Ahora, con motivo del 20 aniversario de aquella tragedia, Greenpeace ha realizado un documental testimonial con voces que vivieron en primera persona el desastre y actuaron para poner soluciones.

También ha aprovechado Greenpeace la ocasión para recordar una vez más que son los combustibles fósiles los principales responsables de la crisis climática en la que estamos inmersos y que su papel en el sistema energético debe ser sustituido con urgencia por alternativas renovables, más limpias, más baratas y más justas.

Según Greenpeace, la industria fósil continúa actuando con total impunidad y opacidad, creando redes de sociedades fantasmas de toda índole para proteger sus peligrosos cargamentos y eludir responsabilidades en caso de accidente, como sucedió en el caso del Prestige, en el que la batalla judicial continúa veinte años después.

Para Greenpeace debe existir un mecanismo claro que haga que la industria petrolera, que aprovecha los recursos naturales, se haga responsable de las consecuencias derivadas de su lucrativa actividad económica.