Palma, 13 mar (EFE).- El Govern balear ha pedido al Gobierno que declare Mallorca zona catastrófica para facilitar ayudas económicas y beneficios fiscales a quienes han sufrido los destrozos materiales por la borrasca Juliette entre el 26 y el 28 de febrero y ha aprobado por decreto ley ayudas propias a los damnificados.
El Consell de Govern ha aprobado la solicitud en la misma reunión en la que ha dado el visto bueno a una norma urgente que contempla subvenciones por las pérdidas agrícolas ocasionadas por el temporal de nieve, lluvia y viento.
La presidenta del Govern, Francina Armengol, se ha mostrado convencida de que el ejecutivo central aprobará la declaración de toda la isla como “zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil” y ha asegurado que dotará de todos los fondos necesarios el programa autonómico de ayudas.
Armengol, que ha presentado el decreto en Sa Pobla para poner de manifiesto que el Govern paliará las pérdidas en cultivos como el de la patata en esa zona de Mallorca, ha apuntado que las ayudas autonómicas podrán sumarse a las que apruebe el Gobierno central.
La borrasca afectó, además de al sector de la patata en Sa Pobla y Muro, a los cultivos de olivar y algarroba de toda la isla, a las granjas de ovejas en la Serra de Tramuntana y, en general, a toda la vegetación en una extensión de 14.167 hectáreas.
El Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de Baleares (Fogaiba) elaborará un censo previo de afectados y una evaluación individualizada de daños para la distribución de las ayudas.
El decreto ley contempla además medidas para agilizar la reparación de los daños por los cientos de miles de árboles derribados y dañados, tanto para reducir los riesgos de plagas como para prevenir los incendios en la próxima temporada estival.
Igualmente se ha establecido un régimen especial para simplificar los trámites administrativos y reducir los plazos, tanto para las ayudas de la administración autonómica como para las que puedan aprobar el Consell de Mallorca y los ayuntamientos.
En la solicitud de declaración de zona catastrófica formulada al Gobierno central, el ejecutivo balear argumenta que aunque no se produjeron daños personales, el temporal Juliette obligó a evacuar a decenas de personas, a abastecer de agua y comida a muchas que quedaron aisladas, y dejó sin suministro eléctrico a unos 25.000 ciudadanos.
Asimismo, se produjeron importantes daños en la red de carreteras de la isla y en las infraestructuras eléctricas y de telecomunicaciones.