Una persona en un acto ante el Congreso de Diputados para pedir que los implantes cocleares y los audífonos sean accesibles para todo el mundo que lo necesite. EFE/Mariscal/Archivo

Riojanos con discapacidad auditiva piden bucles magnéticos para las salas de ocio

Sergio Jiménez Foronda
Logroño, (EFE).- La Asociación de Discapacitados Auditivos de La Rioja (ADARI) reclama que las salas de ocio, como los cines y los palacios de congresos, cuenten con bucles magnéticos para que las personas con implante coclear no tengan que hacer “un sobresfuerzo”, ha afirmado a EFE su presidenta, Esther Ocón.

Ocón, cuya asociación cuenta con unos 80 miembros en esta región, ha realizado estas declaraciones con motivo de la celebración este sábado, 25 de febrero, del Día Mundial del Implante Coclear, un pequeño dispositivo electrónico que, colocado en la cabeza y en el oído, ayuda a que puedan escuchar las personas sordas o con dificultades auditivas.

Ha explicado que, “cada día, hay más casos de personas que nacen con estas deficiencias y a las que se les realiza el implante coclear”, por lo que es necesario que la sociedad se conciencie de que, aunque hace unos 25 o 30 años se vinculaba a la persona sorda solo con el lenguaje gestual, “ahora todo ha avanzado muchísimo y existen estas posibilidades”.

“Por ejemplo, con el tema de las mascarillas en el centro de salud, a una persona sorda, aunque esté implantada, a veces, le cuesta entender al profesional porque, desde pequeña, tiene ese apoyo en la lectura labial”, ha subrayado.
Ante esa situación, cree que, por ejemplo, habría que facilitarle la posibilidad de escuchar mediante mascarillas transparentes.

Detección precoz

Para las personas con implante coclear, ha precisado, “la audición es distinta, muy metálica, y les cuesta más recibir el sonido”, y, “en ambientes de ruido y donde hay mucha gente, como en las discotecas y los cines, muchas veces, les cuesta entender, por lo que la mayoría de ellas se apoyan en la lectura labial”.

Ha destacado que, en la actualidad, “se hace una detección precoz, prácticamente, a todos los niños después del nacimiento y antes de irse a casa, mediante la que determinan si pueden tener algún problema de audición o no”.

“Si han nacido con sordera, entran en un ciclo con el destino hacia el implante, en función del tipo de sordera que tengan”, ha explicado.

Ocón ha precisado que “si a estos niños se les detecta la sordera e implanta de forma precoz, que es lo principal, al final, adquieren un lenguaje y unas facilidades de comunicación casi como una persona con audición normal”.

Lo más importante, ha proseguido, “es el tiempo, ya que en ese primer periodo de vida, que es cuando el cerebro tiene mayor plasticidad, es cuando hay que aprovechar para que los niños desarrollen por completo el lenguaje y aprendan a oír, por así decirlo, con ese sistema que se les facilita”.

Ha resaltado que, “entre las personas mayores con problemas de audición, están las que, hasta cierto momento, han oído con normalidad y las que han nacido con una deficiencia auditiva y que, a lo largo de su vida, han ido tirando de audífonos y oyendo de la forma que han podido hasta que llega un momento en el que han perdido la audición”.

“Entonces, estas personas son las que, normalmente, tienen peor resultado, pero en los niños, si se les implanta de forma precoz a los que nacen sordos, a los dos o tres años se comunican perfectamente”, ha incidido. EFE