Francisco Javier Almeida en el primer día del juicio en el que se le acusa de ser el presunto autor de los delitos de asesinato y agresión sexual. EFE/Raquel Manzanares.

Almeida: No soy yo quien ha hecho eso

Logroño, (EFE).- Francisco Javier Almeida ha declarado este lunes en el juicio como presunto asesino y agresor sexual de un niño de 9 año, Álex, en Lardero (La Rioja), que “la persona que ha hecho eso” no es él, “es otra persona distinta”; y ha dicho que no sabe explicar cómo llegó el pequeño a su casa porque ese día lo recuerda “en una nebulosa”.

Almeida ha declarado en la primera jornada del juicio con tribunal popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Logroño, en el que el fiscal y las acusaciones particular, por la familia de Álex, y la popular, representada por la Asociación Clara Campoamor, exigen prisión permanente revisable por el delito de asesinato y 15 años de cárcel por el de agresión sexual.

La defensa de Almeida, ejercida por un abogado de oficio, pide la absolución, ya que niega la implicación del procesado en los hechos, ocurridos en el municipio riojano de Lardero el 28 de octubre de 2021.

TODO ESTÁ NUBLADO


En su intervención, este hombre de 55 años ha recalcado que desde que salió en libertad provisional de la cárcel en abril de 2020 -tras ser condenado por el asesinato y agresión sexual a una mujer en 1998 en Logroño-, ya no sabía “cómo actuar e iba como un zombi”, porque se sentía “aislado y sin capacidad de iniciativa”.

“Hay cosas que no soy capaz de entender”, ha indicado, como qué le dijo al niño en el parque en el que jugaba disfrazado por la fiesta de Halloween para convencerle de que le acompañase a su piso, donde, ha asegurado, que el pequeño “voluntariamente y sin forzarle” accedió a tener relaciones sexuales con él.

“Después, todo está nublado. Solo recuerdo que le tapé la boca y, cuando me di cuenta, algo pasó. Yo no le asfixié, perdió el conocimiento. Después, bajé con la escalera con el niño en brazos para pedir ayuda porque creía que seguía vivo”, ha relatado.

También ha dicho que ese día había bebido mucho, aunque ninguno de los cinco guardias civiles que han testificado este lunes lo han ratificado.

La Audiencia Provincial de Logroño acoge el juicio con jurado contra Francisco Javier Almeida. EFE/Raquel Manzanares

NO DABA LA SENSACIÓN DE ESTAR BORRACHO

El sargento de Policía Judicial que realizó la instrucción del caso ha relatado que, tras el aviso de los padres del niño alertando de su desaparición, iniciaron su búsqueda en la zona y encontraron al procesado en las escaleras de su portal con el menor en brazos, a quien intentaron reanimar sin éxito porque ya había fallecido.

“No daba la sensación de estar borracho y nos llamó la atención que llevaba la bragueta bajada del pantalón”, ha indicado.

En el cuello del pequeño había “lesiones coincidentes con una posible estrangulación”, además de otras heridas de haber ejercido “una elevada violencia” sobre él.

“Álex en absoluto tuvo medio de defenderse”, ya que, ha precisado, apenas pesaba 28 kilos, frente a la complexión fuerte del presunto agresor, quien ha detallado que mide 1,86 y pesaba unos 88 kilos.


ENTENDÍA LA SITUACIÓN

En el dispositivo de búsqueda también participaron dos agentes de la Guarda Civil del municipio cercano de Villamediana de Iregua, quienes se encargaron de apoyar a los policías locales de Lardero, han declarado que no respondía a nada cuando se le detuvo, pero que entendía la situación. “Se le leyeron los derechos y dijo que sí comprendía cuando le pregunté”, ha recalcado uno de estos agentes.

Estos guardias colaboraron en mantener la cadena de custodia de la peluca y zapatos del niño que llevaba Almeida, cuyas manos preservaron con bolsas para conservar los restos biológicos que tuviera; y precintaron su domicilio.