Juicio este lunes en la Audiencia Provincial de La Rioja, contra Óscar P.R., quien se enfrenta a una petición del fiscal de 22 años de cárcel por el asesinato con alevosía de Javier Ovejas, el 29 de julio de 2021 en Entrena (La Rioja), cuyo cadáver no ha aparecido; y a 1 año más de cárcel por tenencia ilícita de armas. EFE/Raquel Manzanares

El acusado de asesinar a Javier Ovejas: “Lo tengo más que claro, está vivo”

Logroño, (EFE).- El hombre juzgado como presunto autor del asesinato de Javier Ovejas, desaparecido en julio de 2021 en Entrena (La Rioja) y cuyo cadáver no se ha encontrado, ha asegurado este lunes: “lo tengo más que claro, está vivo. No ha aparecido porque está vivo, donde estás las monedas está él”.


La Audiencia Provincial de La Rioja ha celebrado la primera sesión del juicio con tribunal popular, que se prolongará hasta el próximo 27 de junio, que ha comenzado con la declaración del acusado, Óscar P.R., tras los informes provisionales de las partes.

El Ministerio Fiscal pide una pena de 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y otro año por tenencia de armas y una indemnización de 300.000 euros para la familia y su pareja sentimental de Ovejas, quien tenía 31 años cuando desapareció.

Las acusaciones particulares ejercidas por el padre y la pareja de Ovejas piden penas de 25 y 3 años por los mismos delitos y 100.000 euros de responsabilidad civil; y la defensa solicita su libre absolución.

Durante su declaración, el acusado ha relatado que, la noche del 29 de julio de 2021, él llamó a Ovejas para que fuese a su casa y le devolviese 100 euros que le adeudaba, pero este ni siquiera entró, se marchó y dejó su coche aparcado en la puerta porque le contó que se le había averiado.

Esa noche, ha agregado, le visitó varias veces la novia de Ovejas, pero él le contó que no sabía nada de él, después, se fue a Logroño con un conocido porque tenía allí su coche y necesitaba repararlo.

Al día siguiente, volvió otra vez a Logroño con una amiga a ver si conseguía arrancar su vehículo, y después le llamaron a declarar en el cuartel de la Guardia Civil y días después los agentes inspeccionaron su vivienda y la huerta aledaña.

Ha precisado que un conocido de Ovejas de Puente la Reina (Navarra) le mostró unas monedas de oro y unos billetes de colección que le habían robado previamente a él (acusado) y que se lo habían entregado Ovejas y su novia a cambio de marihuana.

¿Dónde está el cadáver?

El acusado ha asegurado que él no tenía armas en casa del calibre 22 y ha subrayado que “todo es un montaje que han hecho ellos y les está saliendo muy bien”, porque sostiene que alguien puso los casquillos y gotas de sangre en el patio de su casa.

También ha dicho que solo tuvo un intervalo de media hora para cometer el crimen y es “completamente imposible matar a una persona y deshacerse del cuerpo”.

“¿Dónde está el cadáver?”, le ha requerido el fiscal al término de su declaración, al recordarle que la desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo modificó el Código Penal y elevó las penas en casos en los que los asesinos no informan del lugar en el que ocultaron el cuerpo de sus víctimas.

“Me lo puede responder usted a mí: ¿Por qué no lo han buscado en vida? Donde están las monedas está él mismo también”, ha respondido.

“Me dijeron que le habían visto por Calahorra, después que si en el extranjero, con los que andaba eran muchos al sur, de Jaén o Málaga”, ha insistido.

No hay derecho este sufrimiento

En el juicio también ha declarado la pareja de Ovejas desde cinco meses antes, quien ha explicado que se alarmó mucho cuando su novio tardó en regresar, por lo que se acercó a casa del acusado a ver si estaba allí y este “bajó sudado en calzoncillos” y le comentó que ya se había marchado porque se le había roto el coche.

Cuando ella vio su coche aparcado allí con su perro atado con una cuerda en los asientos traseros llamó a la Guardia Civil, porque estaba convencida de que su novio nunca habría dejado así al animal.

Muy emocionada, ha recordado que los siguientes días “se volvió loca” llamando a conocidos y amigos, hasta que uno le comentó que la vecina del acusado oyó gritos de auxilio y dos tiros la noche que desapareció Ovejas.

“Seguí llamando a la Guardia Civil los días siguientes. Solo me pedían que les dejase trabajar y no entorpeciese, hasta que le detuvieron (al acusado) a los 6 días. No hay derecho lo que yo he pasado y ese sufrimiento no me lo quita nadie”, ha sollozado.

Respecto a la posibilidad de que Ovejas siga vivo, ha recalcado que “con qué motivo iba a montar todo esto” si ellos eran felices, ha negado que robasen las monedas y ha dicho que su “único pecado” fue relacionarse con el acusado.