Fotografía de una creación gastronómica del chef David Sierra, en el restaurante Joselito Casa de Comidas, en Washington (EE.UU.). EFE/Jorge Dastis

El gusto tiene un componente emocional porque está asociado a la supervivencia, según experto

Logroño (EFE).- El sentido del gusto tiene un componente emocional porque está asociado a la supervivencia del ser humano, que se asegura de que el alimento que ingiere no es perjudicial para su organismo, ha asegurado a EFE el profesor del Máster en Neuropsicología de UNIR Javier Tubío.

Este investigador del grupo “Neurociencia aplicada a la Educación” de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha aludido al concepto de “la magdalena de Proust”, un fenómeno neurológico que se produce cuando el cerebro asocia un estímulo sensorial, como un olor o un sabor, a un recuerdo del pasado.

“Cuando codificamos la información, o sea, los recuerdos, se hace de forma multimodal, a través de todos nuestros sentidos, que son con los que nos comunicamos con el mundo para que al final lo percibamos como un todo”, ha explicado.

Pero además, ha agregado, todos los recuerdos tienen una “asociación emocional”, ya que también se nutren de las sensaciones que se experimentan al interaccionar con el mundo.

Las croquetas de la abuela

En este sentido, ha precisado que hay interacciones que, emocionalmente, son bastante neutras, y no se recuerdan tan intensamente como las que tienen un componente emocional “mas fuerte”, que ayuda a que se “consolide mejor” en la memoria.

Así, se recuerda con mayor fuerza el sabor de las croquetas de la abuela o de un arroz disfrutado con amigos durante unas vacaciones por “el contexto emocional” que llevan asociadas esas experiencias.

Ha subrayado que, del gusto, depende la supervivencia del ser humano, de modo que es un sentido que se consolida más en la memoria para evitar el consumo de sustancias tóxicas o venenos.

“De forma innata, tenemos una mayor preferencia hacia un gusto dulce o salado. También hemos experimentado aversión hacia los gustos amargos o ácidos, eso no ocurre con el resto de sensaciones”, ha indicado.

El gusto, esencial para la supervivencia

Así, de la infancia, perviven los recuerdos “más dulces”, de momentos felices y sensaciones que “aportan seguridad”.

“Si un día comes algo que te sienta mal, eso se queda grabado a fuego en el cerebro para no volver a probarlo en tu vida, porque el gusto es un sentido que se condiciona muy fácil”, ha relatado.

Desde la perspectiva de la neuropsicología, la alimentación es importante por ese vínculo que tiene con la supervivencia, ya que el gusto es el sistema sensorial que “más fácil se condiciona”.

“La comida la vamos a recibir como un todo y, si un plato no está bien presentado visualmente, pues también eso suma al contexto y no va a apetecer, ya que no solo cuenta que esté rico”, ha concluido este experto.