Sergio Jiménez Foronda |
Logroño (EFE).- El relato “Anaquel”, que forma parte del libro “El coleccionista de teteras”, invita a “tomarlo todo de una mejor forma, más realista y positiva, porque en la vida va a pasar de todo y no se va a poder evitar”, mediante una historia que hace un “guiño” a los danzadores de Anguiano.
Así lo ha afirmado a EFE la autora de este relato, Mercedes Marqués, con motivo de la celebración de la iniciativa CUCO (Cultura de Comercio) este jueves y mañana, día 17, en el Casco Antiguo de la capital riojana, donde esta obra estará a la venta junto a la mesa de firmas en la calle Capitán Gallarza.
Marqués (Tarazona, Zaragoza, 1970), asentada en Logroño desde hace treinta años, ha explicado que “El coleccionista de teteras” está formado por 12 relatos escritos por otos tantos autores de diferentes nacionalidades, quienes presentarán el libro en varios países, incluido España, dentro del que la primera parada es Logroño.
Teteras para viajar
“Somos 12 compañeros que estábamos haciendo un curso de escritura y uno de ellos empezó a mandarnos fotografías con una estantería maravillosa llena de teteras y de ahí fue surgiendo, entre bromas y comentarios, la idea de este libro, hasta que la pusimos en marcha”, ha precisado.
“Anaquel” narra la historia de “tres vecinos ya jubilados que toman café todas las tardes delante de una estantería llena de teteras”, ha explicado, y, “con cada tetera que eligen, viajan a cualquier parte del mundo de forma imaginaria y llegan a Logroño, sus viñas, la calle Laurel de Logroño y los danzadores de Anguiano”.
“Ya que estos personajes viajan a los sitios más famosos y conocidos del planeta, quería que nuestra tierra también fuera muy popular y lanzar este guiño a los danzadores de Anguiano para que se amplíe todavía más su conocimiento”, ha remarcado.
Para ella, “‘El coleccionista de teteras’ tiene como esencia el secreto de la vida”, dado que, “durante miles de años, las teteras han sido testigo de todo tipo de relaciones: júbilo, duelo, rupturas, pactos, sueños y miedos”.
“Compartir un té es compartir la vida, cuyo sentido se muestra en estos doce relatos”, ha insistido.
