José Ramón Sáenz es el nuevo prior del monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, declarado Patrimonio de la Humanidad hace 25 años por su dimensión cultural, junto a la que él quiere potenciar la religiosa. EFE/Raquel Manzanares

El nuevo prior de Yuso quiere potenciar la dimensión religiosa del monasterio unida a su importancia cultural

Eduardo Palacios

Logroño, (EFE).- El monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, cumple 25 años de su declaración como Patrimonio de la Humanidad, un tiempo en el que se ha convertido en un referente cultural de La Rioja por las actividades que acoge en torno a la lengua y, ahora, su nuevo prior quiere potenciar y dar a conocer también la dimensión religiosa de este cenobio.

Así lo ha explicado a EFE José Ramón Sáenz (Manajarrés, La Rioja, 1960), quien desde unas semanas es el nuevo prior de Yuso, un monasterio al que retorna tras más de una década de trabajo en Roma, en uno de los principales puestos de responsabilidad de la orden de los Agustinos Recoletos, de la que era vicario general.

En ese puesto, el segundo en la jerarquía de la orden, este fraile riojano tenía responsabilidades relacionadas con casi un millar de monjes repartidos por todo el mundo, de lo que pasa a asumir el “mando” sobre una comunidad de 12 personas.

“No vengo a jubilarme”, recalca el prior de Yuso, para quien este monasterio es uno de los principales centros de los Agustinos Recoletos en el mundo y, por eso, le han encomendado una misión relevante para la toda la orden.

Porque en el monasterio de San Millán de la Cogolla “hay muchos retos para nosotros” porque “este es un lugar de encuentro”, no solo para miles de turistas que visitan el monasterio cada año, “sino que es un referente cultural y también un lugar en el que hay una relación intensa con las administraciones”.

Porque Yuso, que desde 1997 es Patrimonio de la Humanidad, es un foco de atracción para miles de personas por su relación con la lengua, ya que en su biblioteca se encontró el códice con las primeras palabras en lengua castellana y en euskera, que fueron escritas en el otro monasterio de San Millán, el más primitivo, el de Suso.

Dimensión cultural y religiosa

Yuso es, además, la sede del Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (Cilengua) y todos los años acoge seminarios y actividades de investigación sobre el lenguaje y su origen.

Ahora, el proyecto del Gobierno regional Valle de la Lengua, junto a Voces de la Lengua, se pone en marcha para dar una dimensión más a San Millán, como referente, por ejemplo, de espectáculos de teatro y música en torno a la palabra.

“La faceta científica continúa, pero se va a complementar con diferentes representaciones que pueden hacer más efectiva la misión que tiene Yuso, la de ser un vehículo de comunicación y la de unir a las personas en torno a la lengua, en este caso de una forma más lúdica”, ha considerado el prior.

Sin embargo, Sáenz recuerda que “una de las razones principales por las que los monasterios de San Millán fueron declarados Patrimonio de la Humanidad fue porque en Suso y Yuso hay una historia de comunidad religiosa ininterrumpida desde el siglo VI hasta nuestros días”.

El Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, es Patrimonio de la Humanidad desde 1997, por su dimensión cultural en torno al origen de la lengua romance escrita y también por su importancia para la historia religiosa española. EFE/Raquel Manzanares

Es decir, Suso y Yuso cuentan con “una dimensión religiosa que se olvida a veces, pero aquí estamos para recordarla” y difundir cómo en San Millán se considera, según certificó la Unesco en 1997, que estuvo uno de los orígenes de la vida en comunidad monástica en España, primero en un entorno de cuevas junto a Suso y siglos después en Yuso”.

“Aquí la vida comunitaria no se perdió nunca, porque en la desamortización de Mendizábal hubo monjes (Benedictinos) que se quedaron al cuidado del monasterio” y, “a penas salieron, llegaron los Franciscanos y en cuanto lo dejaron ellos llegamos nosotros, los Agustinos Recoletos”, detalla Sáenz.


Ahora mismo, por la falta de vocaciones, muchas comunidades están “en una situación de repliegue” y dejan algunos de sus monasterios, como sucedió en Nájera con el de Santa María La Real, de donde salió la orden de los Franciscanos hace algunos años.

“Nosotros (los Agustinos Recoletos) también vivimos esa situación en otros lugares, pero tenemos interés en mantener nuestra presencia en San Millán por la significación que tiene y la puerta que abre a la evangelización de la cultura, a hacer presente el evangelio en la cultura moderna”, subraya el prior.

EFE La Rioja