Bruselas (EFE).- La Unión Europea (UE) acordó este jueves tomar medidas para acelerar las devoluciones de migrantes irregulares -hoy solo el 21 % de las órdenes de expulsión son ejecutadas- y destinar más fondos para proteger las fronteras exteriores.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en rueda de prensa al término de la reunión la necesidad de que los países se mantengan “unidos” para lograr resultados.
Explicó además las dos líneas que va a trabajar la UE: por un lado avanzando hacia el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se negocia desde hace dos años y medio, y por otro con medidas operativas “que se pueden adoptar ahora”.
La migración se puso en la agenda de la cumbre coincidiendo con el aumento de los flujos migratorios a través de la ruta de los Balcanes Occidentales y del Mediterráneo Central.
A ese aumento de las llegadas se suma la situación límite en la que se encuentran los sistemas de acogida de muchos Estados miembros, como Bélgica o Países Bajos, tras haber recibido la UE a más de cuatro millones de refugiados de Ucrania en solo un año.
Otro factor que preocupa, sobre todo a los países del Este, es que se vuelva a producir una instrumentalización de migrantes como la ocurrida en 2021, cuando Bielorrusia facilitó el traslado de miles de ciudadanos sirios, afganos e iraquíes hasta las fronteras europeas para tratar de desestabilizar a la UE.
Por esos motivos, los líderes de la UE aprobaron unas conclusiones que animan a adoptar medidas operativas para avanzar en los asuntos más urgentes, mientras se sigue negociando el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se quiere cerrar para 2024.
Las conclusiones inciden en la llamada “dimensión externa” de la migración, el aspecto donde hay más consenso a nivel europeo, que pasa por la protección de las fronteras exteriores, la devolución de quienes no tienen derecho a pedir protección internacional y la cooperación con los países de origen.
Entre otros elementos, piden a la Comisión que “financie medidas de los Estados miembros que contribuyan directamente al control de las fronteras exteriores de la Unión, como los proyectos piloto de gestión de fronteras, así como a la mejora del control fronterizo en países clave en las rutas de tránsito hacia la UE”.
También instan a Bruselas a movilizar “inmediatamente” fondos y medios para “ayudar a los Estados miembros a reforzar las capacidades de protección de fronteras y infraestructura, medios de vigilancia, incluida la vigilancia aérea, y equipamiento”.
Von der Leyen dijo que se pondrán en marcha en las fronteras exteriores dos proyectos piloto para acelerar los retornos.
La UE quiere involucrar más a Frontex en la protección de las fronteras exteriores y combatir el tráfico de personas. Por ello, llamó hoy a concluir nuevos acuerdos para desplegar a agentes de Frontex también en terceros países.
Por último, para combatir los intentos de instrumentalizar la migración, los Veintisiete piden avanzar en una serie de herramientas, incluidas posibles medidas contra los operadores de transporte que participen o faciliten la trata de personas o el tráfico ilícito de migrantes.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no comparte como la mejor solución frente al problema de la inmigración ilegal la idea planteada por varios países europeos de instalar vallas en las fronteras exteriores de la UE financiadas con fondos comunitarios.

Los líderes de la UE urgen a acelerar su industria verde ante el plan de EEUU
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea urgieron también este jueves a poner en marcha un plan para potenciar las industrias limpias europeas, facilitando las ayudas públicas y acelerando los permisos para nuevos proyectos, con el fin de hacer frente a los masivos subsidios que Estados Unidos o China ofrecen al sector.
Los Veintisiete discrepan sobre hasta qué punto flexibilizar las normas de ayudas de Estado, algo que se concretará cuando haya una propuesta definitiva de Bruselas, y dejan para más adelante el debate sobre si será necesario crear un fondo común para financiar este esfuerzo.
Los líderes debatieron el Plan Industrial del Pacto Verde propuesto la semana pasada por la Comisión en respuesta a la ley de Washington y sus 370.000 millones de dólares en subsidios para tecnologías verdes de producción estadounidense, que amagan con empujar a algunas empresas europeas a marcharse al otro lado del Atlántico.
Aunque continúan las negociaciones con Estados Unidos para que las firmas europeas reciban un trato favorable, la UE ha optado por adoptar su propia estrategia para recuperar competitividad también frente a China, Japón o India, que prevén inversiones masivas en la industria “verde”.
Respaldan la propuesta de flexibilizar las normas sobre ayudas públicas para facilitar que los Gobiernos den subsidios, incluidas desgravaciones fiscales, pero insisten en que el apoyo debe ser “específico, temporal y proporcionado” y dirigirse a sectores estratégicos afectados por los subsidios extranjeros o los altos precios de la energía.
Varios Estados temen que la medida desemboque en una carrera de subsidios, no solo con terceros sino dentro del propio mercado europeo, y dé una ventaja desproporcionada a los países con más margen fiscal, sobre todo tras haber constatado que Alemania y Francia coparon más de dos tercios de las ayudas públicas avaladas por Bruselas en la pandemia.
París y Berlín son los principales defensores de la flexibilización, mientras que Holanda y los nórdicos son los más reacios a una medida que España apoya siempre que sea temporal y limitada a algunos sectores, según explican fuentes del Gobierno.
España cree que existe riesgo de fragmentación del mercado único, pero también de que las empresas “se vayan a Estados Unidos”, por lo que está abierta incluso a permitir que los Estados igualen los subsidios de países extracomunitarios cuando haya peligro de que una compañía abandone el continente, algo sobre lo que de momento no hay consenso.
Para compensar esta flexibilización y equilibrar las condiciones en los Veintisiete, los líderes llaman a utilizar también financiación europea procedente de instrumentos que ya en marcha, como el Banco Europeo de Inversiones.