Quito (EFE).- Alrededor de 200 testigos presentará la acusación particular en el caso del feminicidio contra la abogada María Belén Bernal, cuya autoría ha confesado su esposo, el exteniente de la Policía de Ecuador Germán Cáceres, protagonista del caso de violencia machista más mediático de Ecuador.
Así lo dio a conocer Jesús López, abogado de Elizabeth Otavalo, madre de Bernal, al acudir al complejo judicial donde se desarrolla la audiencia preliminar de presentación de indicios por parte de la Fiscalía y la acusación particular, con las que un juez deberá decidir si se abre un juicio contra Cáceres.
“Deberá tomar una decisión de si este caso pasa a la siguiente fase, que es la de juzgamiento, o emite auto de sobreseimiento en favor de alguna de las personas procesadas”, explicó el letrado.
El feminicidio de María Belén Bernal
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 11 de septiembre de 2022, cuando María Belén Bernal fue a visitar a Cáceres en la Escuela Superior de Policía, al norte de Quito, donde este la mató presuntamente en su habitación y después se deshizo del cadáver, que fue hallado diez días más tarde en un cerro cercano al lugar.
El caso generó una gran alarma social al producirse el asesinato dentro de un recinto policial, e incluso Otavalo ha llegado a calificarlo como un crimen de Estado, mientras que Cáceres se dio a la fuga y estuvo en paradero desconocido hasta finales de diciembre, cuando fue capturado en Colombia.
López se mostró confiado en contar con “todos los elementos de convicción necesarios para acreditar la responsabilidad penal del procesado, así como la omisión grave en la que incurrió Alfonso Camacho”, quien estuvo en la Escuela Superior de Policía el día del feminicidio.
El abogado Jesús López explicó que este martes se lleva a cabo una audiencia de evaluación y preparatoria.
“Solo anunciaremos los testigos que asistirán a la siguiente fase, que es la de juzgamiento, que son aproximadamente 200. No obstante hoy no se receptará la declaración de absolutamente nadie, y el juez tomará su decisión con base en documentos, informes y pericias”, informó.
Justicia, no venganza
Otavalo aseguró que “lo único” que espera es que “se haga es justicia”.
“No estamos buscando venganza, que atropellen a nadie. Estoy buscando justicia y la justicia es que, en derecho, el juez determine cuáles son los culpables”, anotó al señalar que hay “un femicida confeso, Germán Cáceres, y también tenemos a un Camacho (sic) por omisión”.
También se mostró confiada en que existen todos los elementos para demostrar al juez “cuán involucrado estuvo el señor Camacho y que no se haga espíritu de cuerpo, porque el general Camacho es su padre. ¡Basta!”, pidió.
Otavalo agregó que se llevaron a cabo procesos administrativos para otros policías, “varios de ellos están con la baja, pero por menos de lo que hizo este señor Camacho”.
“Él en dos horas simplemente salió absuelto y no lo podemos permitir. Ya basta de tanto apadrinamiento, de tanta ceguera del Estado, de la institución policial como tal”, subrayó.
Audios reveladores
Y comentó que el audio de su hija el día del suceso, sustraído del teléfono móvil de la víctima, “es una prueba contundente para determinar los asesinos”.
“Con ese audio se determinó que (la cadete) Joselyn Sánchez (quien estuvo detenida pero ya fue liberada) no estaba involucrada”, recordó.
Según Otavalo, no se le involucró a Sánchez “porque ella es una estudiante de la Escuela Superior de la Policía”. “Sin embargo, el señor Camacho es un oficial que estaba trabajando, cumpliendo su responsabilidad y no le pudo ayudar a mi hija”, señaló.
“Él debió prestar auxilio y otra historia fuera hoy”, añadió antes de recordar que Cáceres está recluido en la cárcel tras su expulsión de Colombia, donde lo localizaron a finales de diciembre pasado, tras casi tres meses prófugo de la Justicia.
Defensa niega omisión
De su lado, Gladys Terán, abogada de Camacho, aseveró que están “totalmente optimistas” y “convencidos” de que su defendido es inocente, pues tienen “la evidencia de que él no escuchó los pedidos de auxilio”.
“Si los hubiese escuchado, que no es así, él no tenía la posibilidad de impedir la lamentable muerte que se dio de la abogada Bernal”, comentó.
El pasado 12 de enero, Cáceres, acusado de haber asesinado el 11 de septiembre a su esposa dentro de la Escuela de Policía, en Quito, confesó el femicidio, pero no habló de cómplices ni encubridores en este caso.
