Miembros de Protección Civil, bomberos y personal civil siguen buscando a los desaparecidos bajo los escombros en el pueblo de Tnirt, Marruecos. EFE/Fátima Zohra Bouaziz

Las réplicas aún se sienten en las aldeas marroquíes del epicentro del terremoto

Tnirt (Marruecos) (EFE).- El terremoto mortal que azotó el pasado viernes Marruecos dejó este lunes siete réplicas de entre 3,4 y 4,1 grados y al menos una de ellas se sintió en las aldeas próximas al epicentro, lo que hizo rememorar a sus habitantes el miedo sentido tres días atrás.

Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España, que monitorea los terremotos próximos a este país, a lo largo del lunes se sucedieron, entre las 1.10 y las 20.59 horas GMT siete réplicas, la más importante la última, de 4,1 grados.

En la aldea de Tnirt, ubicada a tan solo 10 kilómetros del epicentro del mortal terremoto del viernes, a las 20.30 hora local (GMT+1) se notó un temblor que, según atestiguó EFE, sorprendió a un grupo de aldeanos intentando sacar de los escombros el cuerpo de una mujer sepultada.

Dos personas caminan sobre los escombros de un edificio dañado por el terremoto dentro de la Medina de Marrakech, Marruecos, este lunes
Dos personas caminan sobre los escombros de un edificio dañado por el terremoto dentro de la Medina de Marrakech, Marruecos, este lunes. EFE/Yoan Valat

Cadáveres bajo los escombros

En ese momento, el IGN registró un terremoto en la zona de 3,9 grados y profundidad de 23 kilómetros. “¡Terremoto!¡Terremoto!¡Terremoto!”, empezaron a gritar los aldeanos, que se alejaron rápidamente de los escombros al temer que una pared agrietada cayera sobre ellos.

La réplica duró aproximadamente cinco segundos, en los que se movieron piedras y se escuchó un ruido por todo el valle.

Al cabo de unos minutos, los jóvenes que excavaban para sacar a la mujer volvieron a la faena.

En esta aldea, aún permanecen entre los escombros dos personas muertas, además de varios cadáveres de animales sepultados bajo las casas.

Según el último balance oficial, facilitado anoche por el Gobierno marroquí el número de víctimas por el terremoto de entre 6,8 y 7 grados que azotó el viernes varias provincias del sur de Marruecos, es ya de 2.862 muertos y 2.562 heridos.

Los equipos de rescate establecen un corredor durante las operaciones de búsqueda entre los escombros de edificios derrumbados en la aldea de Talat N'Yaaqoub, al sur de Marrakech.
Los equipos de rescate establecen un corredor durante las operaciones de búsqueda entre los escombros de edificios derrumbados en la aldea de Talat N’Yaaqoub, al sur de Marrakech. EFE/EPA/Mohamed Messara

Bomberos españoles desplazados a Marruecos descartan casi al 100 % encontrar supervivientes

Cuatro días después del siniestro, los efectivos desplazados por las ONG Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF) y Bomberos para el Mundo hasta la zona de Marruecos afectada por el terremoto descartan, casi al 100 %, encontrar a alguien con vida bajo los escombros.

En declaraciones a EFE, el presidente de BUSF en Huelva, Antonio Nogales, que se encuentra en el país vecino, ha señalado que este martes proseguirán con las tareas iniciadas ayer de apoyo al ejército en distintos puntos, para descartar la existencia de supervivientes antes de meter maquinaria pesada.

“Las posibilidades de que haya personas vivas casi se descartan ya. No podemos decirlo así porque imagino que todavía se puede dar alguna situación de algún rescate, pero las posibilidades ya han disminuido mucho”, ha precisado.

Según Nogales, “a partir de ahora empiezan ya otro tipo de riesgos, como posibles epidemias por la descomposición. Además, quieren enterrar a sus seres queridos, por eso quieren meter maquinaria pesada para agilizarlo todo”.

Por otra parte, la predicción de lluvias desde mañana en Marruecos agravará las condiciones de trabajo porque “la compactación del terreno de adobe se va a convertir en barro”.

Hasta el Alto Atlas, epicentro del terremoto, se ha desplazado también un equipo de la ONG Bomberos para el Mundo, compuesto por ocho efectivos de las provincias de Málaga y Huelva y tres perros de rescate.

Uno de los bomberos que forman parte de este equipo, Jair Pereira, ha explicado a EFE que están trabajando en una de las zonas más devastadas por el seísmo, donde son pocas las viviendas que han quedado en pie.

“Hay un grado muy alto de devastación”, afirma Pereira, que atribuye esta situación a la intensidad del terremoto y a la tipología de las construcciones, en su mayoría de adobe, un material que se deshace rápidamente y no deja bolsas de aire.