La discoteca Fonda Milagros tras el incendio. EFE/Juan Carlos Caval

Dos responsables de la discoteca Teatre, ante la jueza por las 13 víctimas de Murcia

Murcia, 30 ene (EFE).- El gerente y la encargada de la discoteca murciana Teatre, donde el pasado 1 de octubre se originó un incendio que al propagarse a otra contigua causó 13 muertos, declaran este martes como investigados ante la jueza que instruye la causa por otros tantos delitos de homicidio por imprudencia.

Son el gerente, Juan Inglés Rojo, y la encargada, Eva Martínez, encargada del local y hermana del propietario, Marcos Martínez, que declaran esta semana después de que la pasada lo hicieran el dueño de la máquina de fuego frío que causó el incendio, según la Policía, y el organizador de la fiesta en la que se usó esta noche.

Se espera se aclare el embrollo de permisos de apertura, cierre y regularización de las carencias detectadas por la inspección municipal que motivó que la sala estuviera abierta pese a tener orden de clausura tiempo atrás y que dio origen tras la tragedia a una campaña de vigilancia en otros locales que acabó con el cierre de varios de ellos por similares motivos administrativos o de falta de elementos de seguridad, entre otros.

También el de la propiedad, gerencia y derecho de uso de los locales que nacieron de reformas de Teatre para crear otro espacio separado sin las debidas medidas de seguridad y aislamiento térmico respecto de la nave original en la zona de discotecas y bares de copas de Las Atalayas, antigua zona industrial hoy muy frecuentada por clientes latinoamericanos que emigraron a la Región de Murcia, como todas las víctimas, de Nicaragua, Colombia y Ecuador.

El informe policial técnico definitivo señala que lo sucedido en Teatre y la anexa La Fonda Milagros, donde fueron encontrados todos los cadáveres, fue “un incendio de carácter accidental por negligencia” en el uso de ese aparato de chispas con ignición lenta en el falso techo como único y principal foco.

De ahí que pese a que quien lo manipulaba declarara el pasado martes que lo había apagado una hora antes de que las lenguas de fuego devoraran los locales, pudieran haberse corrido pausadamente las llamas por encima de la escayola hasta brotar violentamente tiempo después.

El organizador de la fiesta declaró que no se ocupa de comprobar si la persona que maneja la expansión de los gases o maneja ese tipo de máquinas reúne la preparación necesaria, porque legalmente no se exigen requisitos para ello, y que era la segunda vez que se usaba en una fiesta en Teatre, sin que la anterior hubiera ocurrido nada, mientras que quien la manejaba lo había hecho en varias ocasiones anteriores sin incidentes.