Pamplona (EFE).- Representantes del comité de empresa de Volkswagen Navarra (UGT, CCOO, ELA, LAB y CGT) han mostrado este viernes su sorpresa por la “magnitud” del excedente de plantilla en el periodo de transición al vehículo eléctrico, ya que durante año y medio se reducirá a la mitad tanto la producción (150.000 coches menos) como el personal (2.500 trabajadores menos).
Según el calendario presentado por la dirección, que el comité ha hecho público en conferencia de prensa, para 2024 la producción prevista es de 250.000 unidades y desde el mes de abril de ese año, cuando se deje de producir el Polo, habrá un excedente de plantilla del 25 % (unos 1.500 puestos de trabajo).
La producción prevista para 2025 (modelos Taigo y T-Cross) es de 150.000 coches, lo que supone una caída del 50 % en el número de trabajadores (2.500 menos), una situación que se mantiene hasta mediados de 2026, un año con una producción prevista de 200.000 coches.
En 2027, con la transición ya hecha, la producción prevista es de 300.000 coches, pero en todo caso se daría un excedente de 600 trabajadores, han informado los sindicatos, que han considerado imprescindible que se ubique en los terrenos de la fábrica la nueva planta de ensamblaje de celdas de baterías para absorber ese excedente.
“No éramos conscientes de la magnitud”
El presidente del comité de empresa de Volkswagen Navarra, Alfredo Morales (UGT), ha destacado que los sindicatos ya sabían que hasta 2026 iban a pasar una “pequeña travesía del desierto”, pero “no eramos conscientes de la magnitud” de la bajada de producción y excedente de plantilla durante ese periodo de transición, que ha calificado como “bañera”, por su forma en el gráfico.
El comité, ha apuntado, ya ha trasladado a la dirección que hay que acordar unas medidas que garanticen el empleo durante esos años, unas medidas “que hoy no las tenemos”, y además entienden que es fundamental que la fábrica de ensamblaje de celdas de baterías se ubique en terrenos de Volkswagen, para que la planta tenga “un futuro que nos merecemos a partir de 2026”.

Además, ha calculado que ese excedente de 600 trabajadores se multiplicaría por seis en el parque de proveedores, aproximadamente un 20 % del total de trabajadores de ese sector.
Volkswagen Navarra, ha dicho, se remite a los “ámbitos superiores” de la multinacional en este tema, y por ello el comité ha solicitado ya una reunión con las “altas instancias” del grupo, ya que “queremos el mismo trato” que en otras plantas.
En ese sentido, ha señalado, “escapa a nuestra comprensión” que se esté dudando si la nueva fábrica se va a instalar en Volkswagen Navarra, a no ser, ha comentado, que la multinacional quiera ahorrarse la inversión adjudicándole la producción a un tercero. La información que le ha llegado al comité, ha agregado, es que se podría estar buscando otra ubicación para esta planta en Navarra.
Todos los sindicatos, en la misma línea
Por CCOO, Carlos Zalduendo considera que dirección y sindicatos tienen que ser capaces de acordar medidas que flexibilicen la actividad y den estabilidad a la plantilla, además de la ubicación en terrenos de la factoría de la fábrica de ensamblaje de baterías.
Igor Peñalver, de ELA, ha asegurado que sorprende que “esté en cuestión el proyecto industrial” de Volkswagen Navarra “después de todos los esfuerzos que ha hecho la plantilla” y se ha preguntado si esta situación se debe a un “posible chantaje” de la empresa de cara a la próxima negociación del convenio.
El portavoz de LAB, Raúl Portillo, ha resaltado que “debe quedar claro a todo el mundo que esta unidad del comité no es ficticia” y ha aseverado que, aunque no quieren una “competición” con Seat, “no es de recibo” que esta filial del grupo decida dónde se va a ubicar la planta de ensamblaje de baterías.
Óscar Añorbe, de CGT, ha denunciado que los sindicatos han cumplido “estrictamente, hasta la última coma” los acuerdos a los que se ha llegado con la dirección en los últimos años, pero no así la empresa, en lo relativo por ejemplo a la garantía de producciones.