Pamplona (EFE).- Cientos de personas, convocadas por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (Affna), han recordado en Pamplona a los 3.500 navarros y navarras, 309 de ellos de la capital, que fueron asesinados tras el golpe de estado de 1936.
El acto, celebrado este año bajo la lluvia, ha contado con la presencia de la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, y el presidente del Parlamento, Unai Hualde. También han acudido parlamentarios y concejales de varios grupos políticos.
Verdad, justicia y reparación para las víctimas
En este homenaje, en el que muchos de sus participantes portaban banderas republicanas, el actor José Mari Asín ha leído un comunicado. En el mismo ha destacado que “son numerosos los hitos promovidos para que la historia deje de estar escrita por los vencedores y para que el horror no quede en el olvido”.
“Son las víctimas de aquella masacre, sus familias, las que con tesón, esfuerzo y valentía están posibilitando que se pueda resarcir, de alguna manera, a las personas represaliadas por los golpistas”, ha señalado.

El homenaje ha tenido lugar junto a la placa que recuerda a los vecinos de Pamplona asesinados, un espacio declarado por el Gobierno foral como Lugar de Memoria Histórica de Navarra.
El objetivo, ha agregado Asín, “ha sido y es la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y sus familias, siempre desde el afán de no repetición de aquellos hechos”. Pero “queda camino por andar, puesto que la Justicia nunca ha estado de nuestro lado y los victimarios siguen pasando desapercibidos”, ha resaltado.
Mención especial a las personas presas
Ha intervenido asimismo en este acto la presidenta de la asociación, Amaya Lerga. Ha recordado que “en Navarra no hubo frente de guerra pero sí fuimos una de las comunidades con mayor ratio de asesinatos y represión. Hasta hoy, la impunidad de estos crímenes”.
Décadas después, ha indicado la presidenta de Affna, “hemos logrado con el impulso memorialista y social situar la memoria en el marco político y creemos que se ha logrado normalizar el trabajo de la memoria de una manera irreversible”.

Este año, ha comentado, han querido hacer una mención especial a las personas presas, “a todas ellas, desde las que vivieron detenidos esos primeros días tras el golpe de estado, pensando muchos que nada les pasaría, hasta los últimos del franquismo, que sí lo sabían tras décadas de persecución a la izquierda política y a la lucha antifranquista”.
Testimonio de la familia Esparza
Como testimonio familiar, este año ha participado Jaime Esparza, quien ha relatado la represión que vivió su familia, tanto por parte paterna como materna, por el “delito” de que varios de sus miembros eran de la CNT y de la UGT.
Entre ellos sus tíos Luis y Victorio, hermanos de su padre, que, como se ha podido saber posteriormente, fueron asesinados el mismo 18 de julio de 1936 en Berriozar.
Una ofrenda floral por parte de las personas asistentes y un aurresku de homenaje han cerrado el acto.