Pamplona (EFE).- Con un cielo radiante y en una jornada calurosa, Olite retorna este fin de semana varios siglos atrás y celebra sus Fiestas medievales. El evento ya se ha convertido en tradición y revive el glorioso pasado de Olite como capital del Reyno de Navarra, con el castillo donde residieron los monarcas navarros como telón de fondo.
Con los puestos de los comerciantes ya instalados y abiertos, el pregón de las fiestas ha dado inicio a una jornada en la que, junto a la de mañana, miles de personas se acercarán a curiosear y adquirir algunos de los productos ofertados. El mercado de antaño ofrece productos tanto de gastronomía (miel, queso, embutidos o dulces) como de joyería y bisutería, y de otros oficios tradicionales.

La animación musical, los números de magia, los trovadores y juglares, e incluso los combates entre caballeros salpican en estas jornadas el programa del evento, que en su XXIX edición vuelve a contar con el desfile del cortejo real que llena de ambiente medieval las calles de Olite, adornadas con pendones y símbolos de la época.