Los tres acusados del crimen perpetrado en Villava, en el que un hombre fue asesinado a cuchilladas, en el banquillo el primer día del juicio el pasado 13 de noviembre. EFE/Jesús Diges

El juicio por el crimen de Villava, visto para sentencia

Pamplona (EFE). – El juicio por el crimen de Villava, cometido el 14 de enero, cuando Alfredo Ogando Uceta fue asesinado a puñaladas, ha quedado visto para sentencia. Ha sido tras seis sesiones, con la presentación este lunes de las conclusiones por las partes y la última palabra del autor confeso. Este ha declarado ponerse a disposición para reparar daño que haya podido causar.

Tras la fiscalía y la acusación particular, ha llegado el turno de las defensas. Al término de la sesión, solo el autor confeso ha hecho uso del derecho a la última palabra.

La fiscalía mantiene la petición de 20 años para los dos autores

 La fiscal Elena Sarasate ha mantenido este lunes la versión ofrecida en la primera sesión del juicio oral por el crimen de Villava, y solicita una pena de 20 años de prisión para Yaronknys Miguel J. y Emmanuel F. como autor material y cooperador necesario, respectivamente, mientras que pide un año y nueve meses para Diana S. por encubrimiento.

Los acusados enfrentan cargos de asesinato con alevosía, ya que se les atribuye la comisión del acto de manera premeditada y con una ventaja significativa sobre la víctima, impidiéndole tener una oportunidad real de defensa o de evitar el ataque.

Según el relato de la fiscal, Diana S. mantenía una relación extramatrimonial con Alfredo Ogando U., y la madrugada del 14 de enero de 2023, el esposo de Diana apuñaló a Alfredo hasta en 25 ocasiones. Ambos coincidieron en una discoteca, donde los perpetradores del crimen instalaron un dispositivo para rastrear el vehículo de Diana y confirmar la infidelidad.

Sin oportunidad de defenderse

Al percibir que el automóvil se movía, los presuntos asesinos decidieron seguirlo, y fue al llegar al Hotel Villava cuando Yaronknys apuñaló repetidamente a la víctima, quien no tuvo la oportunidad de defenderse, mientras Diana consultaba la disponibilidad de habitaciones del hotel.

El principal acusado alegó legítima defensa en su declaración, ya que, según su versión, fue la víctima la que salió del coche para amenazarlo por haber mantenido una relación previa con su esposa, y eso fue lo que provocó una pelea en el exterior.

Sin embargo, la fiscal ha asegurado que “Alfredo está sentado de espaldas a la carretera, no tiene por qué ver el coche de Yaronknys ni reconocerlo, está bajo los efectos del alcohol, por lo que es manifiestamente imposible que sea él el que se baja del vehículo para amenazar a su asesino”.

Todo, en 59 segundos

“Toda la acción se realiza en 59 segundos, Alfredo estaba sentado y Yaronknys de pie, propinándole las puñaladas”, ha continuado Sarasate, trayendo a colación la declaración del testigo, trabajador del hotel que se incorporaba a su turno sobre las 7 horas, que vio lo que interpretó como “una paliza en el interior del vehículo”.

La inspección ocular de la Policía Foral y el análisis de las lesiones de la víctima realizado por los médicos forenses coincide a la perfección con esta versión.

Sarasate ha descartado, asimismo, la versión ofrecida por Diana, que “debido a su estatura, es imposible que fuese ella quien le abrochó el cinturón a la víctima después de la agresión”, tal y como declaró, al ser una maniobra “difícil” de llevar a cabo, y más, si cabe, sin mancharse de sangre, como han declarado diferentes testigos.

En el caso de Emmanuel, su participación fue continua y constante en el tiempo, según la fiscal. “Hablamos de coautoría porque Emmanuel participó en todos los actos preparatorios y en el momento de los hechos no hizo absolutamente nada para impedirlo, ni tenía intención de ello. Los dos actúan juntos desde el primer momento hasta la huida al Aeropuerto de Madrid-Barajas”. “Su actuación fue determinante y no hizo nada para detener el crimen”, ha sentenciado Sarasate.

A Diana no la considera cooperadora, al darle a su marido ubicaciones falsas de donde se encontraba, y al verse sorprendida cuando fue formada por la Policía Foral de la geolocalización de su vehículo, que certifica que no era conocedora de que su marido iba a aparecer, según la fiscal.

Sin embargo, “está acreditado que los principales acusados intercambian unas palabras con Diana después de propinar las puñaladas y huir”, pero “no podemos acreditar que hubiese un acuerdo previo con los perpetradores”, ha asegurado.

La acusación particular involucra a la esposa del principal acusado y pide 20 años

La acusación particular del crimen de Villava, encarnada por la familia de la víctima, Alfredo Ogando U., ha coincidido en gran medida por el relato presentado por la fiscalía, con la única discrepancia de la participación de Diana S., esposa del autor material del asesinato con alevosía, Yaronknys Miguel J., a quien también le pide 20 años.

Esa misma pena solicita para su marido y al acusado como cooperador necesario, Emmanuel F, sin descartar que ella sea cómplice, en lugar de coautora.

Un compendio de mentiras de los acusados

“Hemos escuchado un compendio de mentiras y falsedades por parte de los acusados”, ha comenzado el abogado, y ha explicado que “no es un motivo de celos. Ya antes, Yaronknys había intentado quedar con Alfredo el 7 de enero”, dejando entrever el motivo del tráfico de drogas como móvil del asesinato.

“Emmanuel se quedó hablando con Diana en el interior de la discoteca, después de que la Policía Nacional, sin saberlo, frustrara el asesinato, cuando incautó el cuchillo y la pistola de aire comprimido en Pamplona”, ha narrado, y fue ahí cuando, según su versión, confeccionaron la segunda parte del plan.

“Después de todo ello, Diana comenzó a enviar mensajes cariñosos a Alfredo para llevárselo a otro lado”, ha proseguido, y, entonces, “Yaronknys les sigue sin intervenir en ningún momento, algo raro si, según él, no sabía con quién le era infiel su mujer”, lo que ha explicado con el argumento de que “ya estaba apalabrado todo con Diana”.

El abogado ha continuado el relato expresando que “no era la primera vez que Diana acudía al hotel, por lo que ya sabía el precio de la habitación”. Además, “en lugar de parar en el reservado junto a la puerta, que estaba vacío, estaciona más adelante, porque había gente en la entrada que pudiera verlo todo”.

“La recepcionista atiende a Diana en la entrada del Hotel, que quería perder el tiempo dentro del establecimiento para no tener que ver nada, pero acabó viendo al coche de su marido”, ha dicho, y “por eso se sorprende tanto, porque se suponía que mientras preguntaba ya tenía que estar el crimen ejecutado”.

La pelea, versión inverosímil

Según los testigos, ha asegurado, “Diana grita ‘mátalo, mátalo’ y no intenta detener a su marido, sino le jalea con los brazos para que prosiga”, y ha calificado la versión de la pelea y defensa propia como “inverosímil”: “No hay salpicaduras en el exterior del coche”.

Además, “después del apuñalamiento múltiple, Diana no toca la puerta del copiloto; y en el momento no declaró que intentase atarle el cinturón para trasladarlo ni preguntó en ningún momento si su amante estaba vivo”. Sin embargo, “después de ver a una persona desangrase con la yugular abierta, se preocupa por la sangre de su coche y por una botella de alcohol caro que compraron”.

Según la acusación, Diana “asegura estar bajo tratamiento psicológico, siendo mentira, y sube a redes sociales foto de su marido en República Dominicana, después de matar a su amante y huir”.

Por último, ha aseverado que “Diana aloja a Emmanuel en su casa, le paga en billete y el pasaporte falso, le informa que Alfredo está en la discoteca con ella y convence a Alfredo para que se quede con ella”. “Después de estos hechos, Diana y Yaronknys siguen siendo pareja”, ha zanjado.

La defensa reclama “in dubio pro reo”

El abogado defensor de Yaronknys J. y Diana S. ha recordado al jurado el principio “in dubio pro reo”, que en el ámbito del Derecho Penal establece que cuando existen dudas acerca de la culpabilidad de un acusado después de evaluar las pruebas disponibles, la sentencia o decisión judicial debe inclinarse a favor del acusado, en referencia a que su cliente Diana está siendo juzgada como asesina cuando “no es más que una testigo”.

“No estamos aquí para enjuiciar si la conducta de Diana es ética o no, sino para dirimir si ha participado en el crimen”, ha dicho, y ha asegurado que “la versión de las drogas no ha quedado acreditada”, achacando a la acusación querer introducir un móvil distinto a las infidelidades, a pesar de no haber pruebas.

Imagen de los tres acusados del crimen de Villava en el primer día del juicio el pasado 13 de noviembre.
Los tres procesados y las acusaciones, en el primer día del juicio por el crimen de Villava. EFE/Jesús Diges

Sobre Yaronknys, ha puesto en duda la versión oficial porque “ninguna de las puñaladas incidió en el cinturón de seguridad, que supuestamente estaba abrochado”.

Además, el recepcionista observa una pelea entre dos personas y no ve ningún arma, ha comentado, por lo que ve corroborada la versión de la defensa propia de su defendido. Además, la presencia de salpicaduras en el exterior del coche indica que “la agresión se produce, o al menos se inicia, fuera del vehículo”.

“Algo que está científicamente acreditado es que la sangre de la navaja es solo de Alfredo, pero la empuñadura de la navaja lleva ADN de los dos. ¿Cómo es posible que si Alfredo no empuña la navaja lleve su ADN?”, ha cuestionado, para sentenciar que “es el fallecido quien pone en escena la navaja”.

La versión de la acusación “una fantasía”

Asimismo, ha calificado como una “fantasía” la versión de la acusación particular de que Yaronknys y Emmanuel iban a cometer el crimen en Pamplona si no hubiese sido frustrado por la Policía Nacional, pero ha celebrado que “si eso fuera así, Diana quedaría automáticamente exculpada”. “Ella nada sabe sobre el geolocalizador y así lo certifica la policía”, ha recordado, poniendo en cuestión su implicación.

Sobre su reacción en el mismo lugar de los hechos, “cómo no va a quedarse paralizada si sale del hotel alegremente si se encuentra el coche de su marido sorprendiéndola in fraganti”. Ha asegurado, a su vez, que la recepcionista del hotel sí declaró que Diana estaba manchada de sangre.

La “absurda” teoría del sicario

Por su parte, la defensa de Emmanuel ha calificado de “absurda” la teoría que su defendido sea un sicario que viene expresamente a España para participar en el crimen, y ha calificado igualmente como “absurdo” el hecho de contratar a un sicario para que finalmente sea quien lo ha contratado el que comete el crimen.

“Dice la acusación que Yaronknys y Diana mandan 4.000 euros a Emmanuel para que venga a España, ninguna prueba lo corrobora”, ha comentado.

Según ha sostenido, su defendido “estaba en la otra acera mientras se producían los hechos y no actuó porque se encontraba en estado de shock”, a la vez que ha descartado que la presunta participación de Emmanuel en los hechos sea relevante como para considerarlo coautor.

Asimismo, ha destacado la “clara intención” de quedarse en España de su cliente. “Llegó con un pasaporte colombiano falso, y si hubiese querido, podría haber huido a cualquier país, asegurándose que las policías española y colombiana estarían buscando a una persona que no existe”.

“La participación de Emmanuel en el asesinato es nula”, ha zanjado.