Imagen de la jornada celebrada en el Parlamento de Navarra. EFE/ Jesús Diges

La estadística, el gran aliado de Bomberos en la localización de personas desaparecidas

Pamplona (EFE).- La estadística es un elemento esencial en la búsqueda de desaparecidos en el medio natural, según ha explicado el bombero del Parque de Oronoz Roberto Bravo en una jornada organizada por Policía Foral en el Parlamento navarro sobre desapariciones vitales.

Bravo ha explicado que “el trabajo sobre el terreno se realiza en función de estadísticas de alejamiento del ultimo punto de localización conocida” ya que se suelen establecer diferentes patrones de movimiento dependiendo de factores como la edad, si pasan por procesos depresivos, padecen alguna enfermedad mental o alzheimer.

De esta manera, ha ejemplificado, mientras que los menores de 6 años en la mitad de los casos se encuentran en un radio de solo un kilómetro, cuando se trata de personas con alzheimer tienden a hacer desplazamientos más largos aunque tomando como referencia elementos lineales como caminos, tendidos o vallados, información clave para establecer el dispositivo de búsqueda más eficaz.

El presidente del Parlamento de Navarra Unai Hualde (c), el agente primero de la Policía Foral Ignacio Alli (i) y el director general de interior Salvador Diez (d). EFE/ Jesús Diges

La importancia de la información

Bravo ha destacado la importancia de aportar la mayor información de la que se disponga y que esta sea clara siendo el procedimiento habitual que sea el servicio 112 quien recoja esta información haciendo especial hincapié en dónde y qué ha pasado para darle traslado al responsable de guardia de Bomberos, cuerpo encargado en Navarra de la búsqueda y salvamento de personas en el medio natural.

Esta persona, ha apuntado, se encarga de “valorar la situación de emergencia de cada personas desaparecida y cuantificar la urgencia y necesidad de movilizar más o menos medios” en función de la vulnerabilidad de la persona, los riesgos y la presencia o no de indicios que sirvan para dirigir los esfuerzos.

La búsqueda, ha indicado, comienza con una primera acción de entre dos y tres horas en las que se sigue el modelo conocido como rueda de bicicleta estableciéndose un punto central en el área inmediata al último punto de localización del desaparecido y un perímetro exterior de contención unido por rutas de desplazamiento y lugares de mayor probabilidad de localización o riesgo.

La búsqueda de la persona desaparecida

Siguiendo estos elementos lineales, ha apuntado, se realiza una búsqueda rápida en la que no se dan áreas como descartadas mientras que para cubrir grandes zonas se realiza una búsqueda eficiente mediante batidas sonoras, especialmente útiles cuando hay poca visibilidad por falta de luz, niebla o densidad de vegetación, y batidas visuales cuando no se espera que se responda a las llamadas.

De igual modo, ha señalado, se realiza una búsqueda minuciosa en un área pequeña cercana al punto de la última ubicación en el que se bate la zona con una distancia pequeña entre buscadores que permita que no se queden zonas muertas entre medio.

Sobre todo en casos como los de personas con demencia por su tendencia a seguir elementos lineales, ha indicado, se realizan también búsquedas en corredor manteniendo ese eje de progresión y haciendo una revisión de 100 metros a cada lado.

Las primeras 73 horas, cruciales

Si la búsqueda inicial no surge efecto, ha referido, se pasa a una búsqueda planificada hasta las 24 horas siguientes a la desaparición con una mayor cantidad de recursos en la que “tiene que estar todo bien planificado para que el trabajo sea eficaz”.

En caso de que siga sin obtenerse resultados, ha indicado, se pasa a una tercera fase que abarca hasta las 73 horas, tiempo en el que se intenta “peinar áreas hasta completar que se ha barrido toda la zona a partir del punto de planificación inicial donde según la estadística en el 95% de los casos aparece la persona”.

Pasado este tiempo, ha comentado, “la posibilidad de supervivencia cae en picado y se empieza a valorar el abandono de la búsqueda” siempre que este área esté peinado y no haya más hipótesis de búsqueda.

Hay que denunciar cuanto antes

Por su parte, el Agente Primero de la Brigada Delitos contra las Personas de la Policía Foral Pablo de la Fuente ha implorado a la ciudadanía que las desapariciones se denuncien cuanto antes y no se caiga en el mito de las 24 horas, ya que van “contra reloj” y unos minutos pueden ser claves para evitar un desenlace fatal.

“Hay que denunciar la desaparición en el mismo momento que se tiene consciencia de la misma porque vamos contra reloj” y “las primeras horas son fundamentales para el esclarecimiento”, ha subrayado dejando claro que la premisa de esperar 24 horas es “un mito”.

En este sentido ha referido que varias veces al año intervienen en intentos autolíticos en los que los facultativos les han confirmado que “15 minutos más tarde no habría remedio”, por lo que esta prontitud en la respuesta puede dar una segunda oportunidad a esa persona.

Un 39% de los desaparecidos son adultos

Del total de desapariciones vitales que atienden, ha indicado, 39 % son en adultos de las que resuelven el 89 % en 11 horas o menos. Del 11 % restante, ha lamentado, en una de cada tres se da un desenlace fatal.

Aprovechando su visita al Parlamento, el agente ha instado a los grupos a que se impulsen más avances legislativos que permitan reducir los tiempos de respuesta, si bien ha reconocido que los jueces de instrucción con los que trabajan habitualmente “normalmente son muy ágiles”. De igual modo ha pedido más recursos técnicos y humanos ya que solo hay seis personas en la brigada.

De la Fuente ha aclarado que todas las desapariciones reciben el mismo tratamiento de investigación, si bien en el caso de los menores de edad se da una diferenciación legal y judicial puesto que “un mayor de edad se puede ir donde quiera y un menor está bajo la custodia de sus padres y no puede irse”.

Desasosiego e inquietud

Las desapariciones, ha comentado, son hechos que generan en las familias “mucho desasosiego e inquietud”, algo con lo que ha asegurado que están muy concienciados, por lo que siempre se ofrece una persona de referencia que “está en continuo contacto” con la familia las 24 horas los 365 días del año.

De la Fuente ha puesto en valor los avances conseguidos dentro del cuerpo en esta materia desde su incorporación en 2019 al Centro Nacional de Desapariciones que se ha convertido en “un referente a nivel mundial”.

En este tiempo, ha indicado, están haciendo un mayor esfuerzo en formación, y se están especializando, si bien ha comentado que es preciso impulsar la concienciación de la sociedad para que entienda que “esto es un problema importante que nos afecta a todos” y necesitan una “visualización y atención a la víctima como se da en otros evento y delitos”.