Carmen Jusué, miembro de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra. EFE/Iñaki Porto

Carmen Jusué: “El vino, un placer adorado por dioses y hombres”

Javier Rodrigo

Pamplona (EFE).- El vino y toda la cultura asociada a esta bebida milenaria es un placer que a lo largo de la historia ha sido “adorado por los dioses y por los hombres”, ha afirmado en una entrevista con EFE Carmen Jusué, miembro de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra.

Jusué es autora del libro “Uvas, parras y vino en el Patrimonio Cultural de Navarra. Paisajes, Historia, Imágenes”, editado por la Cátedra. En la obra se repasan diversos aspectos en los que las uvas, las parras, los viñedos y el vino están presentes, directa o indirectamente, en las artes, la literatura, las ciencias, la economía o la agricultura.

Un cultivo milenario

La vid es un cultivo milenario, ha destacado Jusué. Aunque su origen puede estar en la época del antiguo Egipto, hace unos 6.000 años, “cuando hablamos del vino en Navarra nos vamos hasta el primer milenio antes de Cristo, donde aparecen ya los primeros restos de uvas, pero en forma de pepitas, no lo utilizaban todavía como vino”.

Sin embargo, ha señalado, con la llegada de la cultura romana y sus complejos procesos de explotación y comercialización del territorio, aparecen las vides cultivadas y el vino. De hecho, el vino fue una de las mayores “industrias” del mundo romano.

“Realmente, con el mundo griego y el mundo romano es donde la ‘triada mediterránea’, que es la vid, el aceite y el trigo, se va a expandir por todo el mundo y van a llegar las bodegas, los cultivos, las parras y las uvas por todo el mundo conocido”.

Carmen Jusué

Desde sus orígenes, el vino ha tenido un importante valor ritual y ha estado presente en estelas y escenas funerarias de todo tipo, además de su utilización en las ceremonias cristianas. Esto es así, ha subrayado Jusué, porque “el vino es adorado por los dioses y por los hombres”. El Dionisio griego y el Baco romano eran según la mitología dioses amantes del vino y los hombres no quisieron quedarse atrás en ese sentido.

El vino y las vides en el arte navarro

Navarra ha sido siempre tierra de vides y vinos, sobre todo a partir de la Edad Media y alrededor de núcleos urbanos de población como Olite, Tudela, Estella o Pamplona, donde se crearon “centros vinícolas realmente importantes”, ha indicado Jusué.

“En Olite, por ejemplo, las viñas pertenecían en su mayor parte al rey y los ‘pecheros’ eran los que las cuidaban y daban el vino a cambio de una renta. Estamos hablando de un ‘vino real’, dedicado a los reyes”, ha comentado.

No es de extrañar por tanto que el mundo del vino cobrara una simbología “increíble” en las artes en Navarra, ha afirmado Jusué: “La Edad Media es una época profundamente religiosa, profundamente católica y, de la misma manera que en el mundo romano, la eclosión de figuraciones de uvas, parras y vides se va a producir en gran manera, centrada fundamentalmente en edificios religiosos”.

Así, todas las escenas relacionadas con el vino van a estar generalmente dentro de los espacios religiosos, “las figuraciones buenas y las figuraciones malas, porque también se habla de los efectos perniciosos del vino”.

Jusué afirma que la cultura del vino es inherente a Navarra. EFE/Iñaki Porto

Ha puesto el ejemplo de las dovelas de la Puerta del Juicio de la Catedral de Tudela, donde “dos personajes semidesnudos son obligados a beber el vino que les dan dos diablos mientras están metidos dentro de una caldera”, alertando de lo que les puede suceder a los fieles “si no toman la bebida con la debida mesura”.

Y en muchos edificios románicos y góticos de Navarra hay personajes que cargan con un barril de vino y beben de él o lo llevan a la espalda.

De toda la imaginería relacionada con el vino, Jusué ha destacado asimismo los llamados “mensarios” o calendarios que van ilustrando las labores agrícolas que se realizan a lo largo de los meses del año. En ellos, el mes de marzo está dedicado a la poda de las viñas y septiembre a preparar las tinajas para llegar a la vendimia en el mes de octubre.

Entre estos mensarios, ha indicado, hay tres frontales de altar de Eguillor, Góngora y Arteta, aunque “desafortunadamente ninguno está en Navarra”, ya que uno se encuentra en Turín y dos en Barcelona. Pero hay, ha agregado, un mensario “magnífico” en las claves del claustro de la catedral de Pamplona, otro en Ardanaz de Izagaondoa, en un arco de la iglesia de San Martín, y otro en un libro de horas de la reina María de Navarra, casada con Pedro el Ceremonioso.

Escenas de vendimia en portadas de iglesias

“Son también interesantísimas”, ha dicho, las completas escenas de vendimia que aparecen en las portadas de algunas iglesias, por ejemplo en el claustro de la catedral de Pamplona, delante de la capilla Barbazana. En este lugar, “en un escenario de saltimbanquis, fiestas, flores y demás, aparece una escena de vendimia con un personaje cortando las uvas, otro depositándolas en un cesto y otro subiéndolas a un recipiente”.

Hay otra escena similar en la iglesia de San Pedro de Olite, aunque está muy deteriorada, y “la más bonita de todas ellas es una exquisita representación de la vendimia en la portada de Santa María de Ujué, con dos mujeres cortando los pámpanos, otra depositándolos en unos cestos y otra subiéndolos a un caballo”, ha señalado.

Hay en Navarra otras representaciones exentas, como la de Santa Ana la Vieja de Tudela, que ofrece al Niño un racimo de uvas.

En el Renacimiento y el Barroco las uvas se expandieron por los interiores de las iglesias navarras, primero alrededor del sagrario y luego en el propio retablo. También en el Barroco hay alegorías más profanas, como en la parroquia de Los Arcos, donde puede observarse un muchacho que lleva por sombrero un cesto lleno de uvas.

El cambio social en torno al vino

La percepción social en torno al vino y la cultura vinculada con el mismo ha cambiado mucho en las últimas décadas, sobre todo con la mejora de la calidad de los caldos y la venta en botellas. No hace mucho tiempo, ha señalado Jusué, “el vino se hacía en las propias bodegas que había en las casas” y por tanto “no era el vino que podemos beber ahora”.

Como anécdota, ha relatado que, cuando se preparaba el folleto de los Temas Cultura Popular del Gobierno foral sobre el vino, en 1982, no había apenas en Navarra bodegas que etiquetaran las botellas para hacer las fotos. “La cultura de comprar botellas de vino todos la hemos visto nacer”, ha comentado.

Mientras crece el interés social por la cultura del vino, parece perder atractivo entre las generaciones más jóvenes. Este desinterés, ha considerado Jusué, se supera “enseñándoles”.

“Les tiene que gustar, tienen que tener interés en tomarlo, pero la cerveza es muy cómoda, y el vino hay que saberlo, saborearlo, paladearlo”, ha concluido.