El arquitecto tudelano Rafael Moneo, en la apertura de la exposición que muestra su obra en Navarra. EFE/Jesús Diges

Una exposición muestra los proyectos y obras de Rafael Moneo en Navarra

Pamplona (EFE).- Los proyectos y obras ejecutadas de Rafael Moneo en Navarra se exponen desde este viernes en Pamplona junto a una pequeña muestra de otros levantados en todo el mundo. Es una iniciativa que el propio arquitecto asemeja a “abrir los cajones donde se guardan los álbumes de las fotografías familiares”.

Lo ha dicho el protagonista en el acto de apertura de la muestra “Rafael Moneo en Navarra”, inaugurada con un acto social al que han asistido la consejera de Cultura, Rebeca Esnaola; el alcalde de Pamplona, Enrique Maya; y la concejala de Cultura de Tudela, Merche Añón. También han acudido representantes del mundo de la arquitectura y la cultura de la Comunidad.

Ha sido en el Archivo Real y General de Navarra, un palacio del siglo XII precisamente recuperado bajo su dirección entre 1995 y 2003. Es un edificio que ha encontrado “bien cuidado, tratado con respeto y que coincide con los principios fundacionales” del edificio institucional, que alberga el archivo de la Comunidad foral.

De sus paredes cuelgan dibujos, planos, fotografías y proyectos, a los que acompañan algunas maquetas e incluso varios óleos pintados en su juventud por Moneo, hoy con 85 años. Al ver imágenes que en algunos casos llevaban guardadas 60 años, ha sentido que mostraba “interioridades”, ha dicho con cariño tras asegurar que en todo caso el acto se había convertido “en algo muy familiar”.

Moneo: “Siento que no me he ido”

“Todo lo que veo me hace sentir que no me he ido”, ha dicho el arquitecto tudelano, quien ha repasado parte de la obra expuesta rememorando los sentimientos que le produjeron entonces y lo que significa ahora.

Moneo ha afirmado estas impresionado y agradecido por este reconocimiento. EFE/Jesús Diges

La exposición, comisariada por los arquitectos Belén Esparza,Curro Blasco y Sixto Marín, es una retrospectiva de su obra en su tierra natal y tras su paso por Pamplona hasta el 15 de enero de 2023, irá a la Fundación María Forcada de Tudela en febrero.

Esta exposición recorre la huella del internacional arquitecto en su tierra natal a través de un doble viaje humano y profesional, que se inicia con su infancia en Tudela, y que entrelaza esa trayectoria personal con la profesional a través de un balance de todos los trabajos realizados en Navarra.

La importancia del dibujo en la obra de Moneo

La exposición se distribuye en varios ámbitos, dado que se muestran los planos de Rafael Moneo correspondientes a todas sus obras en Navarra. Las primeras datan de los años 60 del pasado siglo XX y se exponen a través de los dibujos originales a lápiz sobre papel sulfurizado ejecutados por el arquitecto.

Estos diseños en papel, de aspecto frágil, pero de trazo preciso, reflejan la importancia que el arquitecto ha concedido desde sus inicios al dibujo como vehículo para la expresión de sus intenciones creativas. También como primera construcción de su arquitectura, que convierte al dibujo en una realidad propia y concreta.

Especial atención a los proyectos realizados en Navarra

Se dedica una atención especial a los proyectos realizados en Navarra, que corresponden, entre otros, a obras realizadas en Tudela como el edificio de viviendas en la Calle Eza (1965-1966), las Escuelas Públicas Elvira España (1966-1971), la Casa Añón (1974-1976), la Real Casa de Misericordia (1983) o el proyecto de Casa de Cultura en el antiguo convento de San Francisco (2003-2010).

Continúan otros proyectos ubicados en Pamplona, como la Plaza de los Fueros (1970-1975), el Archivo Real y General de Navarra (1995-2003) o el Museo de la Universidad de Navarra (2008-2014), estas dos últimas sus obras más recientes en la Comunidad Foral.

También tienen presencia otras como la Bodega de Arínzano (1991-2002) o un desconocido proyecto que presentó al concurso de la Hospedería de San Miguel de Aralar (1965) y que no llegó a ejecutarse.

La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, y el arquitecto Rafael Moneo. EFE/Jesús Diges

En el centro de la sala se distribuyen varias vitrinas que ofrecen documentos y piezas que permiten trazar la trayectoria humana y personal de Rafael Moneo a modo de semblanza biográfica. Lo hacen desde su nacimiento en Tudela, sus años de infancia, juventud, formación e inicios profesionales, hasta el año 1996, fecha de la concesión del Premio Pritzker de Arquitectura.

Este recorrido se realiza a través de fotografías, reseñas, entrevistas y documentación personal y publicada que ha cedido el arquitecto de su propio archivo expresamente para esta exposición. Es un material que se ha valorado especialmente desde la organización, al conectar con las labores archivísticas que se llevan a cabo en el edificio.

Finalmente, en la parte trasera de la sala se puede acceder a un recinto que revela la actividad de Rafael Moneo como arquitecto y teórico de prestigio internacional, persona relevante y reconocida en el mundo de la arquitectura.

En ese espacio se expone un friso cronológico con las obras realizadas por el arquitecto, y varias vitrinas acogen las publicaciones más destacadas que identifican a Rafael Moneo con una de las personalidades más destacadas de la arquitectura actual.

Moneo, impresionado y agradecido

Con todo ello, Moneo se ha dirigido a los presentes para decirse “impresionado” y mostrarse “agradecido”, además de percibir “un cariño recíproco” en los presentes.

Así, ha dicho haberse encontrado “con buena parte de lo que ha sido mi pasado”, que le ha hecho rememorar las ayudas que desde el inicio de su carrera tuvo por quienes le encargaron sus primeros trabajos en Tudela, pero también en Pamplona con otros proyectos.

En nombre de los comisarios, Belén Esparza ha sumado a todos quienes han impulsado la realización de esta exposición “para cumplir una deuda que tiene esta tierra” con Moneo, mostrando proyectos conocidos y otros menos que revelan “la calidad de los dibujos, la sensibilidad con la que estaban hechos”. 

Edición web: Javier Rodrigo