Imagen de archivo de un cirujano plástico durante una rinoplastia. EFE/Miguel Gutiérrez

La belleza virtual como referente, un problema cada vez mayor para los cirujanos plásticos

Javier Rodrigo |

Pamplona (EFE).- ‘Doctor, quiero operarme para parecerme a esta imagen virtual que tengo en el móvil’. Esta petición, cada vez más habitual en las consultas, comienza a ser un verdadero problema para los cirujanos plásticos, ha afirmado el facultativo Bernardo Hontanilla, quien será el primer ocupante del sillón de Cirugía Plástica y Reparadora creado por la Real Academia de Medicina.

En una entrevista con EFE, Hontanilla, director Científico y Académico del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), ha asegurado que cada vez hay más personas que confunden lo que es posible en el mundo virtual con lo que es factible hacer en un quirófano.

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El doctor Bernardo Hontanilla, director Científico y Académico del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universitaria de Navarra. EFE/Jesús Diges

Hontanilla (Villa Cisneros, Sahara Occidental, 1968), quien se ha dedicado especialmente a la atención de pacientes con parálisis facial, la reconstrucción mamaria y la de cabeza, cuello y miembros, así como el tratamiento de malformaciones vasculares, ha señalado que acepta el cargo de académico “con muchísima ilusión” para “dar a conocer una especialidad que es preciosa y que a veces es muy poco conocido lo que realmente hace”.

Importantes avances en este campo

En los últimos años, ha explicado, la cirugía reconstructiva ha experimentado importantes avances, por ejemplo con la llegada de la ‘supermicrocirugía’, que supone amplificar la visión del microscopio quirúrgico en el quirófano y realizar reconstrucciones mucho más complejas.

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El doctor Bernardo Hontanilla, director Científico y Académico del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universitaria de Navarra. EFE/Jesús Diges

Además, en el ámbito del linfedema (acumulación de líquido linfático en el cuerpo), ahora se pueden suturar pequeños vasos linfáticos de menos de un milímetro. O reconstruir también pabellones auriculares con pequeñas porciones de tabique nasal de otros pacientes e incluso utilizar metales con memoria de forma en prótesis biocompatibles.

En este ámbito también han supuesto un punto de inflexión las prótesis biónicas, ha asegurado Hontanilla: “Yo pienso que dentro de no muchos años ya no se van a realizar trasplantes de manos, pies o brazos de cadáver a un vivo porque implica la inmunodepresión del paciente, sino que hay prótesis biónicas con una funcionalidad absolutamente increíble”.

Del mismo modo ha avanzado “muchísimo” en los últimos 20 a 25 años la reconstrucción mamaria con tejido dermograso a nivel infraumbilical, que tiene unos resultados muy buenos desde el punto de vista de la simetría mamaria o de la sensibilidad, que hace treinta años eran impensables. Se consigue así una mayor satisfacción psicológica y física de los pacientes, ha indicado.

La IA, una oportunidad y un peligro

Hontanilla ha apuntado que, como en todos los ámbitos de la vida, la inteligencia artificial ha irrumpido con fuerza en este campo.

La inteligencia artificial, ha dicho, “no va a reemplazar al cirujano plástico, pero sí que va a reemplazar al cirujano plástico que no sepa de inteligencia artificial. En la cirugía estética es quizá el ámbito en el que más se va a desarrollar”.

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Imagen de archivo de varias prótesis mamarias. EFE/EPA/Peter Nyikos

La IA, ha matizado, “es una gran oportunidad, pero también tiene algunos peligros”, como el metaverso, porque “ya está ocurriendo que hay personas que se meten en un sitio impersonal donde aparecen mucho más bellas y guapas de lo que son y después van a exigir esos rasgos ilusionantes a los cirujanos plásticos”.

“Esto va a ocurrir cada vez con más frecuencia y creo que hay que tener mucho cuidado y hay que ser muy honrado y tener un código ético para que esto esté muy bien regularizado”, ha advertido.

En este sentido, ha comentado que, en el campo de la cirugía estética, hay personas que “solicitan cosas irreales, técnicas irreales para las que no están ni psicológicamente preparadas ni entienden los procedimientos quirúrgicos; hay que saber explicar y hay que saber decir que no. Y la inteligencia artificial, el metaverso, los big data van a complicar en este momento todo esto”.

La importancia de tener unos valores claros

El facultativo de la CUN ha alertado además de que este sector “puede ser una selva” y ha resaltado que hay que distinguir entre los cirujanos plásticos que tienen la especialidad de cirugía plástica, estética y reparadora reconocida por el BOE y que se obtiene por vía MIR, y los cirujanos estéticos que “en realidad no tienen ningún título, sino que hacen un curso por alguna universidad o un máster online y hacen cirugía estética”. “Qué duda cabe de que esto necesita regulación”, ha aseverado.

Por ello, Hontanilla apuesta por que el cirujano plástico tenga unos valores sólidos: “El primero es la honradez con uno mismo, saber lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer, lo que debo o no debo hacer porque no lo sé hacer. Honradez también con las personas que vienen a solicitar nuestra ayuda, explicar los problemas, las posibles complicaciones y ser realistas con los resultados.