Susana González de 48 años, teletrabajando en su casa de Sevilla. EFE/Sara Morato

Teletrabajo, ¿enemigo o aliado de la mujer?

Sara Morato |

Sevilla (EFE).- Pilar, mujer teleoperadora de 40 años, comenzó en el teletrabajo hace cuatro para poder conciliar su empleo y sus obligaciones familiares. Forma parte del 11,5 % de las mujeres en Andalucía que teletrabajan frente al 6,8 % de hombres en esta situación y que abre el debate sobre si esta práctica es aliada o enemiga de la mujer.

Mientras que el porcentaje de mujeres que deciden teletrabajar ha aumentado tres puntos en el último año, la misma cifra disminuye más de tres puntos en el caso de los hombres. Son datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Pilar es uno de estos casos. “Mis hijos eran pequeños y cada vez que se ponían enfermos, que eran bastantes veces, teníamos que ingeniárnoslas en casa para ver con quien los dejábamos”. Por eso, optó por comenzar a teletrabajar.

Una decisión que no siempre ha sido fácil. Para mantener el mismo rendimiento que se le exigía de forma presencial y atender a sus hijos en casa llegó a ser “bastante estresante”. Es lo que ha asegurado en una entrevista a EFE.

Aunque el teletrabajo le ha permitido cuidar de sus hijos, ha echado de menos el trabajo colaborativo con sus compañeros. “A mi no me gusta trabajar sola en casa”, sentencia, “A partir de enero vamos a trabajar de forma híbrida -unos días en casa y otros de forma presencial- y la verdad es que lo prefiero”, dice.

La historia de Pilar la comparten otras mujeres como Susana. Ella ha encontrado en el teletrabajo muchos beneficios como la conciliación familiar y la comodidad del hogar.

Para ella, las desventajas son mínimas. Nada más allá del aislamiento producido por no acudir al lugar de trabajo. “Mi empresa me permite promocionar desde casa”, ha asegurado. Por eso, “, por lo que “si trabajo de forma correcta no tendría ningún inconveniente en ascender laboralmente”, ha comentado.

¿Vuelve el rol tradicional de la mujer?

Inciden algunas tendencias como los cambios en la natalidad, con una tasa del 6,9 en Andalucía, superior a la media nacional. O o tener hijos en edades cada vez más avanzadas, con una media por encima de los 30 años en España. Son cuestiones que han hecho cada vez más necesaria la conciliación entre el trabajo remunerado y los trabajos del hogar.

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Susana González forma parte del 11,5 % de las mujeres en Andalucía que teletrabajan frente al 6,8 % de hombres en esta situación. EFE/Sara Morato

“Las mujeres siguen siendo las que más solicitan medidas de conciliación, como el teletrabajo, para atender el trabajo dentro del hogar”. Así lo dice explica Lourdes Mundate, directora del Laboratorio-Observatorio de salud laboral con perspectiva de Género de la Junta de Andalucía. Por ello, “están expuestas a mayores niveles de estrés debido a un doble rol o dificultades de desconexión en el hogar”, dice.

Además de las consecuencias psicológicas, esta conciliación tiene repercusiones en el desarrollo laboral de las mujeres como el techo de cristal. También la brecha salarial y, en definitiva, una mayor precariedad laboral.

Mundate apunta que se trata de una amenaza que empuja de nuevo a las mujeres a ocupar los roles tradicionales del hogar. Una “retradicionalización” de los roles de género. Esto porque los hombres suelen tener “más dificultades que las mujeres para equilibrar el trabajo y la familia”. En todo caso, “, mientras que “las mujeres sufren más estrés laboral y ralentización de su desarrollo de carrera”.

Exclusión del ámbito social

“Teletrabajar a veces supone un mayor estrés y un alejamiento físico del lugar del trabajo”. Así lo asegura Raquel Serrano, secretaria de Igualdad, Juventud y Formación de UGT de Andalucía. Agrega que esto “puede influir negativamente en el desarrollo del trabajo femenino y pudiendo invisibilizar las opciones profesionales de mejora”.

Que las mujeres opten por el teletrabajo con una gran diferencia respecto a los hombres es una señal del aún desigual reparto de tareas domésticas. Por eso ha señalado que, aunque puede ser una medida de ayuda para las mujeres, se debe asegurar “el ejercicio de los derechos laborales”. Entre ellos, ” como “la desconexión digital y la seguridad laboral de las personas que deciden trabajar desde su hogar”.

Patricia Laguna, secretaria de la Mujer de CCOO de Andalucía, subraya que el teletrabajo no es una medida de conciliación. Se trata de “organización del trabajo”, que no regula un uso libre de los tiempos de trabajo y descanso.

“Si estás teletrabajando, la media hora de descanso que te corresponde por cada seis horas de trabajo no la vas a emplear en tomarte un café con tus compañeros, por ejemplo”, comenta. Más, “seguramente pongas una lavadora o empieces a hacer la comida para cuando lleguen los niños”, comenta.

Para el sindicato, los mayores riesgos para la mujer a causa del trabajo son la exclusión del ámbito laboral. Esto puede conllevar la vuelta de las trabajadoras al ámbito doméstico y su invisibilización en el entorno social. Asimismo, la falta de desconexión digital. Para ello piden un tratamiento específico del número de horas correspondientes al teletrabajo que impida que las mujeres “hagan horas de más”.