Spedding, la británica que se volvió cocalera reivindica la lucha de Adepcoca

Por Gabriel Romano |

La Paz, 20 sep (EFE).- Alison Spedding, una académica y profesora británica que vive desde hace treinta años en Bolivia, como socia activa de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) reivindica en una entrevista con Efe la independencia de este mercado tradicional y de los productores movilizados que exigen al Gobierno no autorizar ningún otro comercio paralelo de la hoja de coca.

La doctora, como le dicen por su grado académico, o la “gringa”, por el acento con el que pronuncia el español, participó este lunes en la marcha de los afiliados a Adepcoca para exigir la libertad de Freddy Machicado, el presidente de esta entidad privada que se resiste al funcionamiento de un mercado paralelo.

Spedding, como es habitual en ella, vestía una pollera que identifica a las cholas aimaras, trenzas, sombrero y un aguayo, el tejido típico andino útil para colocar algunas pertenencias y que las mujeres atan en sus hombros.

Cuando habla, esta británica, que optó por convertirse en una cocalera boliviana, enseña entre sus dientes el verdor del bolo de hojas de coca que se acomoda a un lado de la boca y que sirve para mitigar el hambre, además de que es fuente de energía para los que consumen esta planta venerada por varias culturas del país.

“Soy socia de Adepcoca, soy afiliada de base de la central de San Bartolmé de Chulumani”, dijo a Efe mientras varios de sus compañeros la rodeaban.

Lazo con Bolivia

Spedding, antropóloga de profesión, llegó a Bolivia en la década de 1980 para realizar su tesis doctoral justamente sobre estructuras sociales de comunidades productoras de coca.

Consiguió su residencia indefinida en 1989 y al poco tiempo se afilió a la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz.

“La doctora” recordó que al hacer su investigación no entendió a fondo el proceso de producción de la hoja de coca, algo que consiguió cuando compró un terreno e inició su propio cultivo de esta planta.

“Como era obligatorio, tenía que afiliarme y cumplir la función social que he hecho desde ese entonces. Mi cocal (terreno de coca) más viejo tiene 31 años”, dijo con simpatía.

Spedding, de 60 años, relató que algunos de sus hermanos y su madre están en Reino Unido y lamentó la “crisis económica” que atraviesa su país como consecuencia del “brexit”.

“Yo no me arrepiento para nada, no me arrepiento de haber venido aquí”, aseveró.

Esta británica productora de hojas de coca combina esa labor con la docencia en la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en La Paz y la literatura, pues es autora de varios libros sobre la planta, la vida en las cárceles, temáticas de género y novelas.

Análisis del conflicto

A juicio de Spedding, la solución al conflicto cocalero es que el Gobierno de Luis Arce “actúe según la ley” y “lo que es justo”.

Eso implica que debe “aplicarse la ley para todos”, así como hay abiertos procesos en contra de Machicado y su grupo por la destrucción del mercado paralelo, también se deben indagar las agresiones por parte del sector de Alanes, quienes en los enfrentamientos usaron bombas molotov y cartuchos de dinamita, explicó.

Spedding consideró que el “descontrol de la comercialización de la hoja de coca” ha producido la “rebaja histórica” del precio, algo que “no se ha visto en años”.

“Esto es consecuencia de que el Gobierno descarta toda organización y regulación del comercio de coca según las leyes que ellos mismos han promulgado”, aseveró.

La tensión que enfrenta a Adepcoca tradicional con el bloque de Alanes, quien recibió el apoyo del oficialismo, tiene como punto crucial el mercado paralelo que este puso en funcionamiento hace un año, pese a que las leyes bolivianas únicamente reconocen el funcionamiento de uno en La Paz y otro en Cochabamba.

El conflicto entre los cocaleros derivó la semana pasada en la toma y destrucción del mercado paralelo, y la posterior detención de varios dirigentes de Adepcoca, que ahora exigen la liberación de sus socios y que se declaré a este mercado como el “único” para la venta de hojas de coca de La Paz. EFE

Edición web: Sebastián Bayona