Fotografía de archivo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. EFE/Rodrigo Sura

Nayib Bukele asegura que la Fuerza Armada salvadoreña está por lograr “su victoria más grande”

San Salvador (EFE).- El presidente en licencia y reelecto para un segundo mandato, Nayib Bukele, aseguró que la Fuerza Armada de El Salvador, que realiza tareas de seguridad en el país, está por “lograr su victoria más grande”.

Bukele, que no ahondó ni especificó más, recordó en un mensaje en la red social X que la Fuerza Armada cumple este 7 de mayo 200 años de fundación.

“Nuestra Fuerza Armada cumple 200 años y está a punto de lograr su victoria más grande…”, escribió.

De acuerdo con datos de la prensa local, el Ejército salvadoreño cuenta con más de 24.000 elementos activos -la cifra más alta entre los países de Centroamérica- de los que al menos 20.000 están en tareas de seguridad junto con agentes de la Policía Nacional.

Un continuo régimen de excepción en El Salvador de Bukele

El Salvador implementa desde marzo de 2022 un régimen de excepción para combatir a las pandillas en una llamada “guerra” que se ha convertido en la principal y única medida de seguridad de Bukele, a quien el Congreso le aprobó una licencia de seis meses para su campaña política para las elecciones del 4 de febrero, en las que resultó reelegido para un segundo mandato consecutivo a pesar que la Constitución lo prohíbe.

Fotografía de archivo en la que se observa a cadetes al participar en un acto en el marco del Día del Soldado Salvadoreño, en la Escuela Militar “Capitán General Gerardo Barrios” en San Salvador (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura

En el marco de este régimen, las autoridades reportan más de 79.200 detenciones y las organizaciones humanitarias han recibido más de 6.000 denuncias de violaciones a derechos humanos, principalmente por detenciones arbitrarias y torturas, y reportan unas 240 muertes de detenidos bajo custodia estatal.

Organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional (AI), advierten que la violencia de las pandillas se ha visto sustituida por la estatal, ejercida por militares y policías en las comunidades empobrecidas e históricamente afectadas por el accionar de las maras.