Celia Sierra |
Madrid (EFE).- Mucha gente y muy buenas sensaciones de los galeristas marcan el inicio de ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo que abre este miércoles las puertas de su 42 edición rodeada de expectación y con una oferta que trata de captar el ojo del coleccionista internacional en detrimento de las piezas controvertidas.
Este año, el entusiasmo y el optimismo de las galerías -211, una veintena más que en 2022- es notable. Todo apunta a que será la edición de la recuperación, tras varias marcadas por la pandemia y la guerra en Ucrania.
“El mercado español está un poco paradito, pero los coleccionistas latinoamericanos se han comprado casas de varios millones en España, que las decoran a todo meter”, comenta Juana de Aizpuru, fundadora de la feria.
La veterana galerista trae una oferta marcada por el color y las grandes dimensiones, con el ojo puesto en los coleccionistas latinoamericanos y Madrid como la nueva Miami europea.

Su pieza más grande es un lienzo del español Federico Guzmán de casi 3,5 metros de largo por 2 de alto y vivos colores.
A la caza del coleccionista internacional
Al coleccionista extranjero, especialmente el latinoamericano, no parece que le haya afectado la guerra, la inflación o los últimos coletazos de la pandemia.
Son los que se pueden permitir comprar algunas de las obras más caras, como la que ha resultado ser una escultura del español Eduardo Chillida (1924-2002), 3,7 millones de euros, que pesa 1.500 kilos.
Otra suya, más pequeña, titulada “Puerta de Libertad I”, cuesta 2,4 millones de euros.

El escultor y el pintor español Joan Miró Miró (1893-1983) se hacen este año con los primeros puestos de los precios más altos.
“La femme et l’oiseau”, de Miró, tiene un precio de 2 millones de euros y otro óleo de similares dimensiones, 1,6 millones.
La escasez de obras de Chillida en el mercado y la aceptación de Miró por coleccionistas en todas parte del mundo han disparado sus precios, según los galeristas.
Lo que no hay es ni rastro del español Pablo Picasso (1881-1973) en la feria, por la cantidad de exposiciones organizadas con motivo del cincuenta aniversario de su muerte.
España, donde nació, y Francia, donde murió, tienen programadas en 2023 una serie de actividades por ese aniversario.
Todos los galeristas consultados se muestran entusiasmados por el nivel de los congregados: la feria ha invitado a cerca de 400 coleccionistas internacionales y 200 profesionales, un récord.
Ni polémica ni arte político
La polémica ha desaparecido de ARCO. Un Picasso amortajado acapara la atención mediática, más por la gracia que por la polémica en sí.

Mención aparte merece la presencia de la galería ucraniana Voloshyn, la primera del país que visita ARCO, que presenta a dos artistas, Nikita Kadan y Mykola Ridniyi.
Durante las primeras semanas de la invasión rusa, la galería, ubicada en un sótano, se convirtió en un refugio para los artistas y las familias de sus trabajadores.
Kadan empleó aquellos días en pintar con rabia y de manera desordenada una serie de cuadros con cera negra en los que se puede leer “Dejad de comprar gas a fascistas”, “Descolonizad Rusia” y “Embargo de gas a Rusia”.
José de la Mano, galerista, se muestra optimista por la cantidad de gente interesada en venir este año. A estas alturas otros años le quedaban todavía invitaciones, pero, en el primer día de la feria, no tiene ni una.
“Hay muy buen nivel; se nota que los galeristas han puesto toda la carne en el asador”, asegura.