El delantero de Osasuna Abde Ezzalzouli (2-d) celebra con Moi Gómez (2-i) tras marcar ante el Athletic. EFE/Jesús Diges

El Athletic no cumplió con Iribar en El Sadar

Ramón Orosa


Bilbao (EFE).- “Un buen resultado” en El Sadar, le había pedido el mítico exguardameta José Ángel Iribar a su equipo como regalo por su 80 cumpleaños un 1 de marzo que fue día grande para el Athletic Club por diversas razones.

Por lo relevante de la fecha para su leyenda más ilustre pero, sobre todo, porque jugaba una semifinal de Copa.

La final de Copa es un acontecimiento que vive como pocos un club para el que el llamado torneo del K.O. es fetiche y el que más le ha encumbrado durante los ya 125 años de historia que cumple en este 2023.


Entre innumerables muestras de cariño, Iribar, cuando se le preguntó por un deseo para su cumpleaños, pidió al Athletic un buen resultado para El Sadar.

Esas muestras de cariño le llegaron tanto en casa, de la plantilla rojiblanca, como fuera de Lezama, donde era incesante el goteo para adherirse a la iniciativa de que todos los porteros vistan este fin de semana de negro.

Todo un homenaje a quien en activo llegó a ser considerado como uno de los mejores guardametas del mundo.

José Angel Iribar “El Txopo”, que ha cumplido 80 años, ha recibido las felicitaciones de la plantilla. EFE/ATHLETIC DE BILBAO

Fue una petición humilde y casi obligada ante los capitanes que le portaban una tarta con velas sobre el número 80 para que las apagase mostrando que, aún ya a punto de comenzar su novena década, sigue en forma.

¿Qué menos se puede pedir que un marcador en Pamplona que hiciese más llevadera la vuelta dentro en San Mamés?

Partido plano y sin juego

Pues el Athletic no le correspondió ante Osasuna, contra el que le salió un partido plano, trabado y en la línea de falta de juego, de pegada y ambición ofensiva que lleva desde el regreso del parón por el Mundial de Catar.


Una fase de la temporada en la que apenas si ha sumado 8 puntos de 27 posibles y que le han descendido en la clasificación liguera de puestos de Liga de Campeones hasta una novena plaza.

Una posición en la que divisa muy lejos cualquier objetivo europeo que no sea la todavía casi desconocida Conference League. La Champions se le ha ido ya a 10 puntos y la Europa League a 8.


Donde sí ha mantenido el tipo el Athletic es en la Copa, superando con más autoridad que problemas las eliminatorias contra el Sestao River, Eldense, Espanyol y Valencia. Esta última con el mérito añadido de lograrlo en Mestalla.


Ese poderío, no obstante, no lo ha trasladado a LaLiga, donde el nuevo plan de Valverde de evitar que Iker Muniain y Oihan Sancet se encuentren juntos por dentro en aras de un equilibrio defensivo no acaba de darle resultados.


De hecho, de las dos victorias ligueras del Athletic en el tramo postmundialista, una fue con esa fórmula bautizada como ‘rock and roll’ con los navarros por delante de Mikel Vesga y junto a dos extremos y un delantero centro.

Fue frente al Cádiz, un 4-1 que recordó a las goleadas, algunas fuera de casa, de inicios de curso.

Un doble pivote falto de creación

En El Sadar, Valverde regresó al doble pivote Dani García-Vesga, un plan con malísimos números en los últimos años y que tampoco les salió en su día ni a Gaizka Garitano ni a Marcelino García Toral.

El asturiano llegó a admitir que, aún viéndoles compatibles y como un buen doble pivote en teoría, en la práctica las estadísticas con ellos juntos eran demoledoras.

Ante Osasuna el Athletic no perdió por ese doble pivote, aunque con él la generación de juego rojiblanca disminuye drásticamente.

Lo que le desequilibró fue la velocidad, el desborde y la definición de Abde, que puso en franquía a su equipo en la eliminatoria con una carrera larga, en la que no le frenó Dani Vivian, no llegó a la ayuda Oscar de Marcos y batió a Julen Agirrezabala.

Al meta le superó con uno de esos disparos cruzados que aún no alcanza a detener el joven donostiarra.

La amenaza de Abde mandó al banquillo a la hora del partido a De Marcos y a Alex Berenguer, la banda derecha que debía defender al extremo marroquí y que había sido de lo más aseado en ataque en la primera mitad de los ayer de negro.

No fue el día de Sancet y Williams

No fue el día de Sancet, en otras ocasiones brillante en El Sadar, justo al lado de su casa, y ayer impreciso y atascado como pocas veces con balón.

Tampoco apareció mucho Muniain, escorado a al izquierda, Aunque el capitán protagonizó las mejores ocasiones, una de ellas con paradón incluido de Sergio Herrera tras tocar el balón en un defensa rojillo.

Que no entrase en juego el capitán lo pagó caro el Athletic.

Poco hizo también en ataque Iñaki Williams, como Muniain muy desasistido. Marcó un gol tras un rechace el mayor de la saga, pero, como le suele ocurrir, le pilló en fuera de juego.


La novedad de la alineación fue Iñigo Martínez, casi cuatro meses después de su último partido. Y no estuvo mal el zurdo internacional formando flanco con un Yuri Berchiche al que le faltó dar la profundidad por la banda que acostumbra.


Pero el plan, por ninguna de las dos partes, no era dar rienda a la alegría sino aguantar, no cometer errores y que fuese San Mamés el que decidiese.

Casi como que no pasase nada. Y a punto estuvieron los dos equipos de conseguirlo.


Aunque apareció Abde como suele últimamente, complicó las cosas al Athletic para la vuelta y dejó a la plantilla rojiblanca sin poder cumplir la petición de su mítica leyenda.


Un Iribar que, no obstante, confía en que en la vuelta las cosas cambien y en que sus ‘leones’, con los que a sus 80 años todavía comparte el día a día, respondan a su deseo de cumpleaños.

“Un buen resultado”, aunque sea un mes tarde de lo acordado.

Valdría una final de Copa, el partido de los partidos para el Athletic y, por supuesto, para el ‘El Chopo’, que en choques así labró buena parte de su inmensa leyenda. EFE