Imagen de archivo de la operación en la que la Guardia Civil detuvo a una mujer en el barrio bilbaíno de Zorroza en una operación contra la trata de mujeres en varios municipios vizcaínos.

ONG de ayuda a víctimas de trata: Es difícil pero se puede salir del infierno

Bilbao (EFE).- El director de la ONG Fiet Gratia, Ezequiel Escobar, que ayuda a mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual en España, ha reconocido en una entrevista con EFE que salir de ese “infierno” es un camino “difícil” y “largo” pero ha querido lanzar un mensaje de esperanza: “se puede”.

Fiet Gratia nació en 2009 y está presente en estos momentos en cinco regiones de España: Galicia, Euskadi, Comunidad Valenciana, Madrid y Melilla. En el País Vasco ha dado atención recientemente a trece mujeres liberadas tras desarticular la Guardia Civil una organización criminal dedicada a la trata en Bizkaia que se ha saldado con siete detenidos.

Eran mujeres que habían sido captadas en países de Sudamérica aprovechando su situación de vulnerabilidad y pobreza y a las que se les ofreció unas condiciones de vida y laborales prometedoras.

Sin embargo la realidad era otra: Las mujeres estaban confinadas en una casa del barrio bilbaíno de Zorrotza donde vivían en condiciones infrahumanas e insalubres, hacinadas entre restos de comida y suciedad. Sólo podían salir una hora al día, se las controlaba por un circuito cerrado de televisión y eran obligadas a aceptar clientes las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Ayudar a estas mujeres a transitar un nuevo camino es lo que hace Fiet Gratia: darles herramientas para que puedan empoderarse, rompan con el ciclo de vulnerabilidad, y logren finalmente una inserción sociolaboral.

Fotografía de archivo del pasado 7 de marzo de la operación en la que la Guardia Civil registró una vivienda y detuvo a una mujer en el barrio bilbaíno de Zorroza en una operación contra la trata de mujeres simultánea en varios municipios vizcaínos.

Camino difícil y largo

Escobar ha reconocido que el camino es “largo” y “difícil”. Lo primero que necesita una mujer que se encuentra en una situación así es encontrar un espacio de “seguridad” porque viene de ser tratada como un “objeto”, de haber vivido un “trauma” y necesita ser “escuchada”.

Esa primera fase, ha relatado, está marcada por el “miedo” y la “fragilidad”, decidir si denuncia o no; si retorna a sus países de origen, la mayoría son extracomunitarias, o se queda; confiar en la organización…

“El proceso de tomar la decisión de salir es extremadamente complejo por el factor miedo”. “Nosotros no le contamos milongas a nadie, este es un camino en el que les vamos a acompañar pero no es fácil”, ha explicado Escobar.

En este sentido ha recalcado que “generar expectativas falsas” a estas mujeres es “peligrosísimo” porque puede provocar un “efecto destructivo sobre la persona”.

Empezar a soñar


Una vez superado este momento que ha calificado como “crítico” se pasa a una segunda fase: el periodo de “restauración”. La ONG cuenta con recursos de acogida y un equipo de profesionales de diversos ámbitos (jurídico y psicosocial) y también voluntarios a los que forman que van a elaborar un itinerario adaptado a cada mujer.

“Aquí la gran dificultad es tener la paciencia para abrir un nuevo camino”, ha añadido Escobar, porque esta fase se suele alargar de promedio durante casi dos años hasta conseguir la formación que les permita su inserción sociolaboral.

Se trata de que ellas “decidan qué quieren hacer con su vida. Muchas no han tenido la posibilidad de soñar nunca y empezar a soñar es muy bonito pero también muy difícil”.

Hay que “cerrar una herida, dejar lo que ha pasado atrás, enfocarse en el futuro e ir hacia adelante”, ha explicado Escobar, quien ha recordado también que una de las grandes preocupaciones de estas mujeres son los familiares que tienen en sus países de origen.

1.168 mujeres atendidas en 2022


Ha indicado que la ONG está formada en la actualidad por 44 profesionales y 113 voluntarios, entre ellas varias mujeres que tras haber sido víctimas han decidido dar el paso de ayudar a otras a salir del “infierno” que ellas mismas han vivido.
Escobar ha valorado el papel de estas mujeres: “que una mujer le diga a otra: yo te entiendo, he pasado por lo mismo, eso es poderosísimo”.

Ha precisado que el pasado año la ONG atendió en España a 1.168 mujeres víctimas de contextos de explotación sexual y prostitución, de las que 434 fueron en el País Vasco, y logró sacar de esas situaciones a más de 60.

“Se ve que es complicado conseguir que las mujeres salgan de ese contexto”, ha indicado.

Escobar ha recordado que la prostitución en España está “muy normalizada” hasta el punto de que los datos indican que es el “tercer país en el mundo en demanda”, y que es un negocio que genera 25.000 millones de euros al año, “que es lo mismo que los presupuestos de la Comunidad de Madrid”.

“Hablamos de algo que genera mucho lucro y es muy difícil salir de algo que está normalizado”, ha reconocido.

Escobar ha apelado a un cambio de paradigma y de concienciación social como el que se dio en España en 2004 con la aprobación de la Ley contra la violencia de género. Ha hablado del modelo sueco frente a la prostitución, que es abolicionista, pero ha insistido en que no se trata de prohibir sin más, sino que es necesario un cambio en el pensamiento crítico que incida en la demanda.

“El cambio se genera con una desincentivación de la demanda”, ha resumido. EFE