Bioquímico Baker: Crear proteínas desde cero parecía una locura, pero es una revolución

Bilbao – El bioquímico David Baker ha conseguido crear proteínas desde cero, algo que parecía “una locura”, pero hoy es una “revolución en sí misma” que ya ha logrado una vacuna contra el coronavirus y otras terapias llegarán en los próximos años.

Baker (1962), de la Universidad de Washington, es uno de los galardonados de este año con el Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina.

Ha contribuido, con el uso de la Inteligencia Artificial, a predecir la estructura tridimensional de las proteínas, responsables de múltiples procesos biológicos.

Baker ha ido un paso más allá gracias al software RoseTTAFold. Crear proteínas “es una revolución”, ha afirmado a EFE.

De lo que más se habla es de las posibilidades en medicina, aunque “el potencial es inmenso” en tecnología y en ingeniería.

Diseño desde cero.

Durante años, “el diseño proteínas de novo, es decir, desde cero, se veía como una locura”.

“Hasta hace muy poco se usaban las proteínas de la naturaleza o se incorporaban pequeños cambios en las mismas”, para crear medicamentos.

Cuando su equipo empezó a intentar diseñarlas les decían: “no se puede hacer”, por eso ahora “es muy emocionante poder fabricar nuevas proteínas que hagan cosas”.

Por el momento se ha aprobado para su uso en personas una vacuna para covid-19 y hay otras proteínas que “pronto van a estar en la fase de ensayos clínicos”.

“En los próximos años vamos a ver más proteínas de diseño en medicamentos”, augura Baker.

Habla de otras vacunas, como una de amplio espectro para la gripe, y un spray nasal frente a virus respiratorios.

“A más largo plazo, tratamientos para las enfermedades autoinmunes y cáncer. Hay muchos enfoques terapéuticos”, ha señalado.

Virus peligrosos.


Reconoce que en toda nueva tecnología “existe el potencial de darles un mal uso”, por eso hay que pensar en esas posibilidades e “implantar salvaguardias”.

“El mundo ya conoce virus muy muy peligrosos, así que no necesitas un diseño de proteínas para hacerlo, porque esa es información ya pública”.

Tanto RoseTTAFOLD, como AlphaFold2 de DeepMind, el cual ha resuelto la forma de millones de proteínas, están basados en la Inteligencia Artificial denominada de aprendizaje profundo.

El proceso de predecir la forma de una sola proteína supone años de complejo trabajo, pero gracias a la IA es cuestión de minutos u horas.

Baker cree que pausar el desarrollo de la IA por un tiempo “seria un error”, pero sí considera que “hay que vigilar lo que está ocurriendo y pensar en lo que podría ocurrir”.

Considera que él está trabajando en el lado bueno de la IA. “Siento que estamos utilizando la inteligencia artificial para hacer que el mundo sea un lugar mejor”.

Herramientas libres.


RoseTTAFol y AlphaFold son herramientas de acceso libre para la comunidad científica, pero vienen de entornos diferentes.

El bioquímico explica que para lograr una proteína de diseño, por ejemplo contra el cáncer, no solo hay que pedírsela al software.

Primero hay que tener una idea de qué proteína de la célula cancerígena se quiere atacar y qué se quiere que ocurra después de dirigirse contra ella.

Después se diseña la proteína en el ordenador y se hace un gen sintético que se introduce en una bacteria, la cual produce la proteína.

Una vez que existe, “se añade a la célula cancerígena para ver si hace lo que se supone que ha de hacer”.

El diseño “puede tardar cuatro o cinco días y otro par de semanas fabricar la proteína y testarla. Así que, sí, lleva un cierto tiempo”.

Luego “hay que hacer ensayos clínicos para asegurarte que es una proteína segura y convencer a las agencias reguladoras” de medicamentos. EFE