Bilbao (EFE).- La céntrica calle Iparraguirre de Bilbao, que conduce al Museo Guggenheim, conecta al peatón con el arte a través de una instalación permanente del creador Olafur Eliasson.
La obra está compuesta por una serie caleidoscopios que al caer la tarde iluminan la vía desde abajo y generan una atmósfera onírica.
Olafur Eliasson ha inaugurado la instalación, junto al director del Museo Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, y el alcalde de la ciudad, Juan María Aburto.
La obra consta de siete puntos lumínicos romboidales de acero y vidrio, que semejan ventanas situadas bajo el pavimento de la calle.
“Ventanas” a los pies de los viandantes
Cada una de estas “ventanas” puestas a los pies de los viandantes contienen minerales y rocas de Bizkaia.
Han sido seleccionadas por sus vínculos con la historia de la industria y la minería del territorio.
Se trata de calcita, limonita, goethita, siderita, basalto, arenisca y caliza.
Los minerales acaban reflejados en los espejos de cada caleidoscopio.
De esta manera, generan formas geométricas con texturas y colores que son diferentes en cada uno de los emplazamientos.
La obra lleva por título “Beneath Bilbao, the curious planet”.
El artista invita a detenerse
Con ella el artista invita al público a detenerse y observar desde una perspectiva nueva.
Los elementos de la instalación cuentan con un poco de iluminación mediante su conexión con las farolas de la calle.
El origen del proyecto se remonta a hace cuatro años.

Los responsables del Museo Guggenheim Bilbao y del Ayuntamiento “hablaron” entonces de la posibilidad de propiciar la presencia del arte en las calles de la ciudad.
En aquel momento se estaba preparando la retrospectiva “En la vida real” que el Museo Guggenheim dedicó a Olafur Eliasson hace tres años.
Por ello, se pensó que el creador escandinavo “era el artista adecuado para dejar su impronta”, ha precisado el alcalde de Bilbao.
Aburto también ha señalado que se ha aprovechado la mejora llevada a cabo en la calle Iparraguirre para hacer realidad el proyecto.
Olafur Eliasson
El artista visitó Bilbao hace tres años, a escasas semanas de declararse la pandemia de covid-19.
Ahora ha valorado “la gran colaboración” entre su equipo y el del Ayuntamiento para llevar a cabo la iniciativa.
Ha explicado que el peatón puede ver en la obra diferentes minerales, que “están en el subsuelo y que son los que han servido para construir la ciudad”.
El creador ha considerado que las personas “estamos obsesionadas con mirar hacia dónde vamos” y con poner el foco en el futuro.
Sin embargo, ha instado a mirar, en lugar de hacia adelante, hacia “abajo”, al presente, a “la crisis climática y a la tierra bajo nuestros pies en colapso”.
“Va a haber muchos problemas si no miramos hacia abajo”, ha advertido el artista.
El creador ha valorado también lo impredecible del arte.
“Algunas veces -ha sostenido- el arte puede ser como un meteorito” y “provoca una especie de debate más allá de la imaginación”.
El artista y su obra
Mediante su obra, Olafur Eliasson (Islandia/Dinamarca, 1967) explora la importancia del arte en el mundo.
Su práctica se fundamenta en su preocupación por la naturaleza -inspirada en el tiempo que pasó en Islandia-.
También lo hace en su investigación en torno a la geometría y su indagación sobre cómo la sociedad percibe y siente el mundo.
El pasado 13 de septiembre, Eliasson fue reconocido con el premio internacional de arte Praemium Imperiale de escultura.
Se trata de un galardón otorgado por la familia imperial japonesa en nombre de la Asociación de Arte de Japón. EFE