El capitán de la Guardia Civil Antonio Bayona, (i) da cuenta este jueves a través de un video el resultado de la Operación BIZCAST, en la que la Guardia Civil ha desmantelado una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y de vehículos robados a nivel internacional. EFE/Luis Tejido

Alto nivel de vida y cobro de ayudas en el grupo criminal detenido en Bizkaia y Cantabria

Bilbao (EFE).- El grupo criminal desmantelado este mes por la Guardia Civil de Bizkaia y Cantabria disfrutaba de un alto nivel de vida y uno de sus miembros cobraba una ayuda 1.100 euros mensuales en Euskadi.

Este grupo criminal se dedicaba al tráfico de drogas y vehículos robados a nivel internacional.

Responsables de la operación Bizcast y los delegados del Gobierno del País Vasco y Cantabria, Denis Itxaso y Ainoa Quiñones, respectivamente, han detallado las investigaciones.

La operación, denominada Bizcast, se ha saldado con nueve detenciones, cinco en Bizkaia, tres en Cantabria y una en Segovia.

En el acuartelamiento bilbaíno de La Salve, la Guardia Civil ha mostrado a los medios algunos de los vehículos incautados al grupo criminal.

Ha explicado, además, el sofisticado sistema empleado para esconder la droga en una “caleta” o lugar oculto en el maletero.

“Éxito” de la operación

Las autoridades se han congratulado del “éxito” del operativo, culminado el pasado 6 de octubre.

Lo han atribuido a la colaboración internacional entre distintos cuerpos.

En la operación ha participado también la Guardia Civil de Segovia y Madrid, así como Europol y autoridades policiales de Austria e Italia.

La organización blanqueaba el dinero ilícito a través de un entramado societario de, al menos, diez empresas.

Entre ellas había sociedades instrumentales, algunas en Reino Unido y Bélgica, y sociedades con aparente actividad real, lo que ha dificultado la investigación patrimonial.

Los administradores de estas empresas eran testaferros.

El grupo operaba en Bizkaia, Cantabria, Segovia y Madrid y tenía repartida las tareas.

Reparto de tareas

El escalón directivo supervisaba directamente la estructura mercantil diseñada para blanquear capitales.

Los escalones inferiores distribuían la droga y se dedicaban al tráfico ilícito de vehículos.

La organización contaba con dos cabecillas, que residían en Cantabria, aunque antes lo habían hecho en Bizkaia.

Usaba para sus comunicaciones mensajería cifrada para dificultar su interceptación por la Policía.

La operación se ha saldado también con la intervención y el bloqueo de catorce vehículos, dos embarcaciones, tres inmuebles y 22 cuentas corrientes.

La Guardia Civil ha aprehendido, asimismo, dos armas cortas, 13.700 euros, 37 teléfonos móviles y distintas cantidades de droga, entre otras sustancias.

Ha practicado 12 entradas y registros en Cantabria, Segovia y Bizkaia (en Bilbao, Etxebarri y Barakaldo).

Inicio de la operación

El capitán de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Bizkaia, Antonio Bayona, ha detallado que la investigación se inició a mediados del año pasado.

La Guardia Civil en Castro Urdiales (Cantabria) detectó en un grupo de personas con antecedentes policiales movimientos tendentes a iniciar una distribución a gran escala de droga.

Los agentes tuvieron conocimiento de una entrega de 11 kilogramos de cafeína usada para adulterar droga.

Comenzó entonces el control del grupo bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Castro Urdiales y con medidas como intervenciones telefónicas.

Alto nivel de vida

Los investigadores comprobaron que los miembros del grupo mostraban un elevado poder adquisitivo pese a no contar con trabajo remunerado.

Se alojaban en caros hoteles cuando se desplazaban a Madrid y efectuaban frecuentes viajes al extranjero (Kenia, Dubai, Marraquech).

El capitán ha señalado que uno de los implicados cobraba una ayuda “de 1.100 euros mensuales” en Euskadi.

Bayona ha explicado que los investigados intensificaron su actividad mediante unas plantaciones de marihuana en unos terrenos en Segovia.

Por el volumen de producción, “seguramente se destinaba a Bizkaia y Cantabria y no se descarta que, teniendo mayor producción, pudiera ir a otros países”, ha dicho.

Respecto a los vehículos incautados al grupo criminal, el capitán ha señalado que usaban “placas temporales” y la mayoría eran originarios de Italia.

Eran introducidos en España y matriculados a través de facturas emitidas por empresas falsas.

A través de sociedades instrumentales, eran vendidos a terceras personas. EFE