La periodista Rosa Díez-Urrestarazu, posa este miércoles en San Sebastián. EFE/Juan Herrero

‘Deja escribir al tiempo’, el coraje de mujeres anónimas arrolladas por la Guerra Civil

San Sebastián (EFE).- La donostiarra Rosa Díez-Urrerstarazu lleva cuatro décadas dedicada al periodismo, aunque la escritura ha sido una de sus pasiones “inconfesables”. Ahora se ha entregado de lleno a su vocación literaria con ‘Deja escribir al tiempo’, una novela sobre el coraje de mujeres anónimas que vieron sus vidas rotas por la Guerra Civil.

Mujeres anónimas en la Guerra Civil

‘Deja escribir al tiempo’ (La Esfera de los libros) se presenta por primera vez en San Sebastián este 6 de marzo, el día que Rosa Díez-Urrestarazu cumple 61 años.

“Siempre he escrito relatos, desde los veinte años, y tengo algún cuento publicado”, relata a EFE esta periodista que ha desarrollado su carrera profesional en EiTB, donde llegó a dirigir Euskadi Irratia, y que ha ejercido también como profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Deusto.

La dinámica diaria le dificultó seguir con su afán literario, pero hace unos años decidió retomarlo y durante problema de salud que le impidió trabajar se puso más en serio.

Una segunda vida profesional

“Ahora tengo claro que me quiero dedicar a escribir, es como una segunda vida profesional”, afirma con entusiasmo esta escritora que ya tiene ideas para su próxima obra.

La Guerra Civil en Euskadi, algo que siempre le ha interesado en parte por historias que ha oído en su familia, se ha contado en infinidad de libros, pero “generalmente se habla de batallones, de gudaris y cuando se trata de mujeres son militantes, con nombres y apellidos y un perfil público”, señala.

“Me impactan especialmente esas mujeres desconocidas que se quedaron de un día para otro sin marido, sin hijos, huérfanas, que pasaron de la opulencia a la pobreza y tuvieron que salir adelante”, señala Rosa Díez-Urrestarazu.

Mujeres anónimas guerra civil
La periodista Rosa Díez-Urrestarazu, posa este miércoles en San Sebastián. EFE/Juan Herrero

La guerra las arrolló, aunque muchas de estas mujeres no tenían ideología “porque no hay que olvidar que también se mató por envidias y por odios personales”, afirma.

Habían sido educadas “para casarse y tener hijos”, pero se ven obligadas “a salir a trabajar o a irse de Euskadi” y en otros casos “pasaron de tener dos personas de servicio a ir a trabajar la tierra, como la protagonista”.

El relato arranca en la actualidad cuando Coro Egurrola, una empresaria vasca de éxito, recibe un requerimiento notarial de una desconocida para la venta de una casa en un pueblo castellano del que no ha oído hablar.

Historias reales

Así descubre la historia de su verdadera abuela, Magdalena, hija de contrabandistas de Bera del Bidasoa, al igual que su marido Juan Domingo Oyeregui. Ambos disfrutan de una vida acomodada en una villa situada junto a la playa de Ondarreta en San Sebastián, pero la detención del esposo por su militancia a favor de la República deja a Magdalena sola, sin nada, de la noche a la mañana.

“Es una ficción, pero las historias que se narran son reales”, afirma la autora, que recuerda que el tema de los expolios “está hoy en día en los periódicos”, en alusión a los cuadros que fueron incautados en la Guerra Civil a la familia De la Sota.

“En la cantera de Bera es donde más fusilamientos hubo de toda Navarra. Está documentado”

“A un amigo mío le invitaron a cenar a una casa y le sirvieron en una vajilla que tenía las iniciales de su familia. Cuando preguntó sobre el origen de los platos le dijeron que era el legado del abuelo”, recuerda.

Pero Díez Urrestarazu ha trazado una novela de emociones “no de marcaje de ideología”.

En sus páginas asoman historias reales, como los fusilamientos que se perpetraron en Bera del Bidasoa (Navarra) de presos que trasladaban desde la cárcel de Ondarreta.

“En la cantera de Bera es donde más fusilamientos hubo de toda Navarra. Está documentado”, remarca.

Por el momento Rosa está encantada con la acogida del libro, de fácil lectura, con un lenguaje asequible y “muy visual”, nada extraño cuando la autora ha dedicado su carrera al sector audiovisual.