Dori Monasterio (i) y Rosario Burgos, hija y viuda de Fermín Monasterio, asesinado por ETA en 1969, en el homenaje dedicado a la que fue la primera víctima civil de la banda terrorista. EFE/Luis Tejido

La hija de la primera víctima civil de ETA reivindica una memoria “permanente”

Bilbao (EFE).- Dori Monasterio, hija de la primera víctima civil de ETA, el taxista Fermín Monasterio, asesinado en 1969 y que ha sido homenajeado en Bilbao, ha destacado que la memoria de lo sucedido en décadas de terrorismo debe quedar “permanente”.


Dori y su madre, Rosario Burgos, viuda de Fermín Monasterio, han asistido, junto a otros familiares, al homenaje tributado a su padre por el Ayuntamiento de Bilbao y el Foro por la Paz y la Convivencia de la capital vizcaína.


En el acto se ha colocado una placa conmemorativa en memoria de Fermín Monasterio en el barrio bilbaíno de Deusto, donde residía el taxista, sobre la que han depositado flores los familiares de la víctima y las autoridades presentes en el homenaje, encabezadas por el alcalde, Juan Mari Aburto.


En declaraciones a los medios, Dori Monasterio ha agradecido el “homenaje especial” a la memoria de su padre “para que no quede todo esto en el olvido”.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, abraza a Dori Monasterio -aferrada a la mano de su madre, Rosario-, durante el homenaje a Fermin Monasterio. EFE/Luis Tejido

No olvidar


“Habrá gente que pase página, pero lo que ha ocurrido durante décadas no lo podemos olvidar nadie. La memoria de lo que ha ocurrido tiene que quedar permanente”, ha dicho la hija de Fermín Monasterio.


“Siempre digo que no hay camino para la paz, la paz es el camino, y la violencia no cabe en este mundo”, ha añadido.


Aburto, por su parte, ha subrayado que “este es un acto de justicia, de reconocimiento y sobre todo de cariño hacia la familia de Fermín y el propio Fermín”.


El alcalde ha resaltado que se trata de un homenaje para que “jamás olvidemos que la barbarie del terrorismo fue un lacra que padeció esta sociedad y esperemos haber aprendido para que nunca más vuelva a tener cabida entre nosotros”.

Humanidad


“Este no es un acto de ideologías, es de humanidad, y en los actos de humanidad debiéramos estar todos y todas” ha añadido Aburto en alusión implícita a las ausencias en el homenaje de representantes de EH Bildu y PP.


Sí han acudido al acto concejales los demás partidos del consistorio bilbaíno: PNV (Amaia Arregi y Asier Abaunza, entre otros), PSE-EE (Nora Abete) y Elkarrekin Podemos-IU (Ana Viñals).


También ha asistido la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora, Aintzane Ezenarro; y el director del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez.

Dori Monasterio deposita una flor sobre la placa colocada en Bilbao en memoria de su padre, Fermín Monasterio. EFE/Luis Tejido

Cuatro disparos


Fermín Monasterio Pérez, natural de Burgos, tenía 38 años, estaba casado y era padre de tres hijas -Dori, Charo y Marimar- cuando fue asesinado el 9 de abril de 1969 por el etarra Miguel Echevarría, que huía, herido, tras un enfrentamiento con la Policía en un piso de la banda en el Casco Viejo bilbaíno; montó en su taxi y le pidió que le llevara hacia Burgos.


El taxista, al advertir las heridas de Echevarría, se negó a continuar el viaje; el etarra le descerrajó cuatro disparos, le sacó del taxi y le abandonó en la carretera, mientras proseguía su huida al volante del coche de la víctima.


Otro taxista encontró el cuerpo agonizante de su compañero cerca de Arrigorriaga (Bizkaia) y lo llevó al hospital bilbaíno de Basurto, donde falleció.


El etarra logró huir a Francia y, casi treinta años después del crimen, el 2 de abril de 1998, fue detenido en la localidad mexicana de San Luis Potosí y entregado a las autoridades españolas.


La Audiencia Nacional le condenó a ocho años de cárcel por sus implicaciones en las actividades de fabricación de explosivos de la banda terrorista. Los hechos anteriores a 1977 fueron amnistiados.

Placas


Con motivo del homenaje, el Ayuntamiento de Bilbao ha señalado que, tras el asesinato de Fermín, la familia tuvo que ocultar la verdad sobre el crimen, “como defensa ante un sociedad que callaba y se mostraba poco solidaria con las víctimas de ETA”.


La placa en memoria de Fermín Monasterio es la cuarta que se coloca en Bilbao en memoria de las víctimas del terrorismo, tras las dedicadas al ingeniero de la central de Lemóniz Ángel Pascual, el teniente farmacéutico José María Urquizu y el trabajador del Banco de Vizcaya Benicio Alonso, asesinados por ETA en 1982, 1980 y 1983, respectivamente.


Con estos símbolos se está configurando el “Mapa de l Memoria de Bilbao”, una iniciativa del Ayuntamiento y del Foro Bilbao por la Paz y la Convivencia, creado en 2017. EFE