Solo un 1 % de mujeres a pie de obra en la construcción en Euskadi. EFE/David Aguilar

Solo un 1 % de mujeres trabajan a pie de obra en la construcción en Euskadi

Vitoria, 30 ene (EFE).- Solo un 1 % de mujeres trabajan a pie de obra en el sector de la construcción en Euskadi, una problemática invisibilizada.

Así lo pone de manifiesto un estudio de la arquitecta bilbaína Ane Alonso. El informe, presentado por la autora y la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, se nutre de testimonios de mujeres fontaneras, carpinteras o pintoras.

En Euskadi hay 53.000 trabajadores de la construcción y la presencia de mujeres es de apenas el 8 %. Si se consideran los trabajos más manuales que se realizan directamente a pie obra, el porcentaje se reduce al 1%.


Esta extremada segregación en el sector es “una problemática invisibilizada y normalizada”, explica la arquitecta.

No hay conciencia del problema

No hay una conciencia colectiva en el sector y en la sociedad de que haya un problema, y no hay demandas de mejora o de intervención para revertir progresivamente el desequilibrio existente.


“Parece que a nadie le llama la atención que haya un sector laboral, como es el de la construcción, en el que las mujeres son excluidas”, recalca el estudio. En él se alerta de que este problema no está en ninguna agenda política, ni del feminismo ni mucho menos del sector de la construcción.

Solo un 1 % de mujeres a pie de obra en la construcción en Euskadi.
En Euskadi solo el 1 % de mujeres trabajan a pie de obra en la construcción. EFE/David Aguilar


Los testimonios de las mujeres entrevistadas ponen de manifiesto situaciones discriminatorias. “Cuando empezamos el grado nos dijeron que las empresas de pintura quieren chicas porque son más limpias, más cuidadosas, no manchan tanto”. Pero añade que este es un argumento sexista que además luego se desmonta porque cuando buscan prácticas “las empresas no quieren chicas”.


“Como coordinadora en las obras me he encontrado mucho machismo. De mirarte como si no supieses nada solo por el hecho de ser mujer”, denuncia una empapeladora.

El estereotipo de la fuerza física


Otra de las barreras que impiden a las mujeres acceder al sector de la construcción son los estereotipos sobre la necesidad de fuerza física, la suciedad del trabajo, la asunción de riesgos y la hostilidad del ambiente entre hombres.


Sin embargo, gracias a la utilización de maquinaria y a los avances tecnológicos la mayoría de los trabajos a pie de obra a día de hoy no requieren de grandes dosis de fuerza.

Tampoco manchan más que otros empleos sucios, no son más ruidosos que una discoteca, y la normativa de seguridad laboral regula para que no sea necesario ser especialmente osado o valiente, explica.

La construcción, uno de los sectores menos feminizados. EFE/David Aguilar

Construcción: Faltan referentes femeninos


La ausencia de referentes en los que sentirse identificadas es otro de los impedimentos que perciben las mujeres.


La suma de estos factores hace que aquellas que pese a todo se atreven a ingresar en el sector, se ven condenadas a esforzarse el doble que en otras profesiones y que los hombres.


Sin embargo, el informe deja claro que el hecho de ser un sector claramente masculinizado se traduce en mejores condiciones laborales y de remuneración económica que otros más feminizados.


Además, la construcción es un nicho de mercado que concentra 15 de cada 100 nuevos puestos de trabajo que las mujeres no están pudiendo aprovechar. De ahí la importancia de fomentar la presencia de trabajadoras en este sector, concluye el estudio. EFE